Una “Teoría
General del populismo” no puede omitir el 2 de Mayo, tan magistralmente
plasmado por Goya.
Contracara del
14 de julio de 1789, tan Neoclásico en espíritu, aunque compartirá el salvajismo
de las Masas linchando a todo aquello que se le opusiera.
Los
historiadores argentinos, que yo sepa, nunca investigaron que se decía en
Madrid y el resto de los pueblos de España; sobre la Resistencia Popular de
1806 y 1807 en el Rio de la Plata.
Juntas y
Milicias, Pueblos en Armas, los Territorios en Resistencia prolongada, los telúricos
como guerrilleros o partisanos.
Fueron los “Reaccionarios”
prusianos quienes elaboraron tesis, militares y sociológicas, sobre el “epifenómeno”
que “borro” la distinción entre lo Civil y lo Militar; de la “Leva en Masa” de
la Revolución Francesa.
De las “Guerras
de Liberación, de los Defensores, a las Guerras Asimétricas de desgaste, de los
Ofensores.
Con sus razias
y fusilamientos masivos, fue el Vietnam y la Argelia del 1800.
El video
tiene muchos detalles sorprendentes.
Desde el folclórico
detalle de los 56 presos de la Cárcel Real, hasta la “apropiación” del más
rancio liberalismo español de la Soberanía del Pueblo.
Pasando por
el “reconocimiento” de papel de las mujeres, con nombre y apellido; y la “insólita”
declaración de Guerra de los Alcaldes de Móstoles al Imperio Francés.
Luego del
Congreso de Viena, España compitió con Francia e Italia como “Destino Cultural”
para las elites europeas.
Mientras
las dos últimas “aportaban” lo Clásico Grecorromano,
el Renacimiento y la Era de las Luces.
La península,
con sus toros y mujeres bravías como la Carmen de Bizet, infectaba de plebeyísimo
al Romanticismo decimonónico, y a sus sucesores vitalistas del siglo XX.
Nadie es una isla,
completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de continente, una parte de la
tierra.; si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda
disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la
tuya propia.
La muerte de cualquier
hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por consiguiente nunca
hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti.
John Donne, Devotions Upon Emergent Occasions,
1624.
For Whom
the Bell Tolls, Ernest Hemingway, 1940.