La pregunta
es buena en el sentido que se ha escrito mucho sobre la “irracionalidad” de los
sectores populares con el peronismo o sobre el hecho de que el voto popular
peronista sería un producto esencialmente material de prácticas clientelares.
Ambas
propuestas no son correctas.
Esa
perspectiva implica por otra parte que las clases medias votan, inversamente,
con criterios racionales, sobre “issues” y posiciones ideológicas.
Ahí se
pierde el aspecto estructural del panorama argentino.
De cierto
modo, ambos sectores votan con valores, con ciertas pautas.
Pero es muy
posible que esas pautas, además de los referentes identidarios y de “imagen de
si mismo”, sean muy distintos entre niveles educativos y socioeconómicos muy
dispares.
Las clases medias
para nada votan de modo homogéneo en la Argentina, particularmente en la dimensión
izquierda-derecha.
Encontramos
discursos muy “clase media” que van desde el socialismo culto hasta posiciones
de “libre mercado”.
Pero creo
que existe una cierta aversión dentro de gran parte de la clase media para
votar al peronismo.
Y es una
aversión que combina valores, imagen de uno mismo, un sentido de lo “proper”,
además de un sentimiento de sentirse cómodo o incómodo con “cierto tipo de
gente”.
……..
Para decir
la verdad, no conozco en el mundo una sociedad en donde las diferencias
socioculturales (vinculada a clase y educación) se aparejen tan
“maravillosamente” con el clivaje político central que en la Argentina –y además tan ortogonalmente
al muy convencional espectro político izquierda-derecha-.
Creo que es
en gran parte un producto de lo muy extraño que ocurrió entre 1943 y 1946 –el
momento fundador del espacio político moderno argentino.
Y este fenómeno
“extraño”, en vez de desaparecer (como lo quiso la Libertadora por
ejemplo), más bien se consolidó con el tiempo.
………….
Se debería
entonces modificar la pregunta y preguntar si el peronismo se puede constituir
en hegemónico en la
Argentina.
Mi
respuesta es clara: de ninguna manera.
El no
peronismo es demasiado importante y sentido (felt) en la Argentina (es decir,
tanto en extensión como en intensidad) para permitir eso.
A pesar de
su gran indefinición a través del tiempo en el eje izquierda-derecha, el peronismo
no es tampoco, y para nada, un “catch-all” movement, un movimiento atrapa todo
(aun si, sí, atrapa mucho).
No es algo
insípido, como el Congreso Party en la India.
Entonces
genera permanentemente su contrario.
Sin duda,
estamos ahora en un momento en que el no peronismo no tiene unidad
institucional o un actor casi-hegemónico, como lo fue en su época el
Radicalismo (que supo atraer socialistas y neoliberales).
………..
Ahí entra
claramente, a nivel de la discursividad política, mi diferenciación alto y
bajo.
Todo el
discurso “alto” enfatiza, constantemente y fuertemente, la corrupción, la
honestidad, la ética, la transparencia, etc.
El “roba
pero hace” es un lema discursivo típicamente populista.
Fue un tema
de Adhemar en Brazil, pero uno se lo puede imaginar fácilmente en bocas
peronistas en la Argentina.
Ahora, hay
que poner una fuerte advertencia, para no caer preso del discurso “alto” (pues
aquí se habla de discurso, y no necesariamente de prácticas).
Guillermo
O’Donnell me hizo notar, hace ya 7 años, que muchos políticos “altos” hablan en
contra de la corrupción, pero la practican abundantemente.
Uno puede pensar
en el escándalo que involucró al gobierno de De la Rúa y que llevo “Chacho” Álvarez
a renunciar.
Es decir,
lo que choca y contrasta es más bien—otra vez a nivel discursivo—la franqueza
descarada del peronista (bajo) Barrionuevo, para decir en público cosas
inadmisibles.
Y de un
cierto modo, eso es el peronismo: decir y hacer en público cosas “que no se
hacen”.
Y no es que
la gente discursivamente “alta” nunca lo hace, pero tienen la llamada
“decencia” de guardarlo en lo privado.
A nivel de
recepción, igual creo que el asunto de la corrupción es más molesto para
sectores educados de clase media.
Para gente
empobrecida, es normal que el “hacer” y el “cumplir” sea más vital e
importante.
Además, hay
códigos de clase muy distintos, me parece.
Creo que
guardar las apariencias importa menos en los sectores sociales bajos.
Imagen que encabeza el post sintetiza la clave de la “movilización” de Macri 2019, ver
La imagen intermedia el reclamo de las Clases Bajas, ver
Alta
Cultura y baja chusma, en la Edad
de Oro
"Antes
puto que gallego" (Francisco de Quevedo)
“Aunque
gallego, es honrado”. (Monroy y Silva)
"Ni
perro negro, ni mozo gallego" (Lope de Vega)
"A
gallego pedidor, castellano tenedor"
“Gallegos,
gente no santa.”
"¿Rogaste
a gallegos?, ya no puedes venir a menos". (Tirso de Molina)
"Los
gallegos no se colocan en predicamento, porque no son alguien" (Miguel de
Cervantes)
"No
salen tantas flores en diez mayos, como en Galicia mozas y lacayos"
"Eres
honrado. -Y noble, aunque gallego". (Tirso de Molina)
"Antes
moro que gallego"
"Gallego,
vuelvete moro y te daré dos reales".
"Venga
el gallego a segar, miserable jornalero, que los hombres de Castilla tienen el
trabajo a menos".
"Los
gallegos vinieron al mundo para descanso de los animales".
- "Sois
de Toledo?
-No soy,
sino gallego.
-¿Gallego?
Para enviar
un recado será muy lindo criado." (Tirso de Molina)