@LeirasMarce publico en Anfibia una introspección sobre el Progresismo
argento, y sus votos, que no casualmente coinciden con múltiples artículos de
Eduardo Fidanza en La Nación; desde la mirada del Liberalismo argento.
La coincidencia fundamental, e indiscutible para ambas filosofías,
trata sobre el respeto irrestricto de lo Institucional.
En contraste no verbalizado, pero implícito en el desarrollo
de las tesis, sobre “lo otro” que acecha en las penumbras de la Razón
Iluminista. .
El peronismo, al que se lo presupone como anti
Institucional, por “saltarse y/o retorcer” las “reglas sociales” del Sistema
y/u “Orden Legal”.
En realidad es mucho más “Institucional” de lo que se
supone, la cuestión radica en que se
resiste recalcitrantemente a ser “sobre codificado” por los “significantes”.
“El discurso filosófico siempre ha permanecido en una relación esencial
con la ley, la institución y el contrato que constituyen el problema del
Soberano, y que atraviesan la historia sedentaria que va de las formaciones
despóticas hasta las democráticas.
El «significante» es en verdad el último avatar filosófico del déspota”.
El cuento de Clarke, que está en la colección de “Superioridad”,
trata de la misma problemática; pero en lugar de ser desde el punto de vista
militar tecnológico, lo es desde lo burocrático legal.
De allí el titulo, “Loophole”, que puede ser traducido como “resquicio”
o “laguna”, más precisamente como “resquicio legal” o “laguna jurídica”.
En la literatura clásica inglesa es el “atajo” utilizado
por Porcia en el Mercader de Venecia, frente al imperativo contractual de “la
libra de carne”.
Traducir el titulo como “Lo imprevisto”, en lugar del más
literal “rizar el agujero”, está justificado por el público al que va dirigido.
En la SciFi abundan los ingenieros, científicos “duros” y
ciencistas sociales, y escasean los abogados, juristas y economistas.
Mas duchos los últimos en las cuestiones descriptas más
arriba por Deleuze.
Como el “Imperativo” peronista es “Resolver o Renunciar”; se
está obligado, a diferencia de Liberales y Progresistas que se “paralizan”
frente a Instituciones, Contratos y Leyes; a “búscale la vuelta” al “problema”.
No porque se odie, o no se respeta, lo Institucional; sino
porque el baremo es el resultado.
En cierta manera poética, el escenario de la historia del
cuento, tiene similitudes con el “contencioso” de nuestro país frente a Griesa
y los Vultur.