Éste es mi Twitter.
Hay muchos como él, pero éste es el mío.
Mi Twitter es mi mejor amigo.
Es mi vida.
Debo dominarlo como domino mi vida.
Mi Twitter, sin mí, es inútil.
Sin mi Twitter, yo soy inútil.
Debo disparar mi Twitter certeramente.
Debo tirar con más puntería que cualquier enemigo que esté intentando matarme.
Debo alcanzarlo antes de que él me alcance.
Lo haré…
Mi Twitter y yo sabemos que lo qué cuenta en esta guerra no son las balas que disparamos, el ruido de nuestros disparos, ni el humo que hacemos.
Sabemos que lo que cuenta son los aciertos.
Acertaremos…
Mi Twitter es humano, como yo lo soy, porque es mi vida.
Así que lo conoceré como a un hermano.
Conoceré sus puntos débiles, sus puntos fuertes, sus piezas, sus accesorios, y su conexión.
Mantendré mi Twitter limpio y preparado, como yo estoy limpio y preparado.
Nos convertiremos parte el uno del otro.
Lo haremos…
Ante Dios juro este credo.
Mi Twitter y yo defendemos mi país.
Dominamos a nuestro enemigo.
Salvamos mi vida.
Así sea, hasta que América venza y no quede ningún enemigo, sino paz.
Ya que los Twitteros son esencialmente francotiradores callejeros, como los del USMC, tome como base para lo anterior el Credo del Fusilero, del General Rupertus.
http://en.wikipedia.org/wiki/Rifleman's_Creed
1 comentario:
ay ay ay punto débil, como detesto a los tuiteros por dios....
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