viernes, 26 de septiembre de 2008

Ortodoxia 9: Los Pecados de José, y algunas predicciones

Era un Burócrata Sindical?, pero eso no lo calificaba para ser ejecutado como traidor de clase.

¿Era un recontra alcahuete de Perón?, si lo era.

Siguiendo sus directivas fue el soporte sindical del Burgués Maldito, el Hombre del PCA en el Establishment, Gelbard.

Con su proyecto de integrarnos con los países fuera de la orbita del Dólar.

Países Socialistas, China; Países Árabes, Europa; la de Gladio.

Pero su pecado principal fue ser un defensor acérrimo de la “vía electoral”.

Cuando todos estábamos embriagados con los vapores de la gloria armada, él “traicionaba” pactado una salida demoburgesa.

Todos se adjetivaban “Revolucionarios”, Ongania con su RA, los jóvenes balbinistas como JRR.

Ni Votos, ni Botas, Pelotas.

Como se te va a ocurrir que la Masa, el Pueblo, decida quien manda.

Esa es tarea de la Vanguardia, que esta esclarecida, porque los Explotados no tienen Autonomía.

Siempre son prisioneros, de la Burocracia, el Sistema, el Clientelismo.

Cambian los nombres, pero permanece la Matriz del Razonamiento, el Iluminismo y su metodología inevitable, el despotismo Ilustrado.

Perón había ganado por el 62%, su Poder de Fuego Electoral deja reducido a la insignificancia la Tesis de la Boca del Fusil.

Fue el golpe que demostró que el ERP tenía Razón, las Masas estaban inmaduras, preferían un reformismo bonapartista, a la Gloria de la Revolución.

Existían muchos otros, para ser considerados enemigos Principales, y por lo tanto blancos de la “justicia popular”.

Pero José era infinitamente más peligroso.

Su insidia consistía en que CREIA en la Liberación, pero defendía los métodos de la “vía incruenta”, y los defendía consecuentemente.

En el debate con Tosco, las diferencias fundamentales eran dos.

-La apropiación de los medios de Producción Privados.

-La vía de acceso al Poder.

Agustín Tosco NO CREIA en la Salida Electoral, era una trampa más de la Burguesía.

Muchos Argentinos, peronistas y no peronistas, compartían esa postura.

Caparros es muy claro en sus afirmaciones, como él dice no es hora de hacerse los boludos.

Para quienes crean que “insulto” la memoria de Tosco con “infundíos y patrañas”, solo hay que leer sus declaraciones de la época.

La vía chilena al socialismo no tenía muchos seguidores en la Argentina.

USA Today es un reflejo de la Crisis de la Alianza 2001, Bush parece De la Rua.

Esta intentando imponer a SU propio Cavallo, con un Megacanje de 1 millon de millones.

Para empezar.

El Neoliberalismo colapso, y arrastra a sus socios menores, los Social liberales.

Los que en nombre de una tercera vía, le quisieron dar un rostro humano al Dios Mercado.

Pero la fiesta termino, y hay que empezar a juntar los pedazos.

En la Argentina tenemos un año a año y medio de gracia, antes de que nos alcance de pleno el derrumbe.

Como en Diciembre de 2001 NO hay manual, ni teoría que nos señale la salida.

Nuestros Sectores Medios, origen de los Bienpensantes, se irán volviendo más y más extremistas.

Cuando se asusta la Burguesía tiende a salir por la Derecha; y todos estos años de ninguneo de la Política, clave para la ejecución Modelo Neoliberal, aun tiene mucha fuerza.

En USA vemos a los financistas acusar al Capitolio, de mezquindades electoralistas, los que crearon los problemas se hacen los indignados.

Sobre ESA “derechización” antipolitica y tecnocratita NOS van a operar, si le sumamos los errores que ha cometido el Kirchnerismo, el futuro es sombrío.

Si no se marca la Chancha, con consignas y políticas que obliguen a sincerar las posiciones, el Frente de los Ilustrados y Vanguardistas impondrán su Ideal de País.

A la Izquierda la Cultura, a la Derecha la Economía, y la Política se convertirá en Policial.

¿Recuerdan la Alianza y Cavallo?

Yo planteo volver a Dependencia o Liberación, que no es tan aristotélica como la Di Telliana Izquierda-Derecha.

Es un espacio incomodo, lleno de forcejeos con tipos malencarados, con un estética kish.

Por supuesto no tiene el glamour de Paris o Madrid, porque importa mas lo que producís que lo que aparentas.

El día arranca a la madrugada, no al medio día; cenas de parado en alguna cueva suburbana, en lugar de una Mesa bien regada en Las Cañitas.

Cualquier zarrapastroso te va interpelar por el atraso la cloaca, o la falta de blanqueo laboral.

Si muere un pibe, como le paso a Mauricio, no te va a llamar un Juez a Declarar; le van a prender fuego a tu casa.

La Clase Media te va Odiar, la vas estar obligando a reconocer sus propias miserias, su yo no fui, yo no sabia.

Tampoco les va gustar saber que el Paco no es rentable si sus hijos dejan de consumir coca o sintéticas.

Hacen falta 50 consumidores de Paco para igualar, a uno de los “chicos” de la rave, en valor económico.

Resumiendo, nos guste o no; por ahora la ni la Opción Militar o Militarista, o el rejunte de la Parte Sana y Decente, pueden hacerse cargo.

Más con el horror externo.

Si quieren sumarse bien, si no quieren, nadie los obliga; pero después no vengan a reclamar por SUS propias torpezas.

Crecer significa hacerse cargo, sin beneficio de inventario.

Ortodoxia 8: Caparros explica la Contradicción Principal, Fusiles o Votos.

Con algunos matices. La subversión marxista –o más o menos marxista, de la que yo también formaba parte– quería, sin duda, asaltar el poder en la Argentina para cambiar radicalmente el orden social. No queríamos un país capitalista y democrático: queríamos una sociedad socialista, sin economía de mercado, sin desigualdades, sin explotadores ni explotados, y sin muchas precisiones acerca de la forma política que eso adoptaría –pero que, sin duda, no sería la “democracia burguesa” que condenábamos cada vez que podíamos.

Por eso estoy de acuerdo con el hijo de mil putas cuando dice que “los guerrilleros no pueden decir que actuaban en defensa de la democracia”. Tan de acuerdo que lo escribí por primera vez en 1993, cuando vi a Firmenich diciendo por televisión que los Montoneros peleábamos por la democracia: mentira cochina. Entonces escribí que creíamos muy sinceramente que la lucha armada era la única forma de llegar al poder, que incluso lo cantábamos: “Con las urnas al gobierno / con las armas al poder”, y que falsear la historia era lo peor que se les podía hacer a sus protagonistas: una forma de volver a desaparecer a los desaparecidos. Me indigné y, de tan indignado, quise escribir La voluntad para contar quiénes habían sido y qué querían realmente los militantes revolucionarios de los años sesentas y setentas.

Es curioso cómo se reescribió aquella historia. Hoy la mayoría de los argentinos tiende a olvidar que estaba en contra de la violencia revolucionaria, que prefería el capitalismo y que estuvo muy satisfecha cuando los militares salieron a poner orden. “Ostentamos el dudoso mérito en ser el primer país en el mundo que juzga a sus soldados victoriosos, que lucharon y vencieron por orden de y para sus compatriotas”, dijo el asesino –y tiene razón. Pero la sociedad argentina se armó un relato según el cual todos estaban en contra de los militares o, por lo menos, no tenían ni idea. Es cierto que no podían haber imaginado que esa violencia era tan bruta, tan violenta, pero había que ser muy esforzado o muy boludo para no darse cuenta de que, más allá de detalles espantosos, las fuerzas armadas estaban reprimiendo con todo.

El relato de la inocencia mayoritaria se ha impuesto, pese a sus contradicciones evidentes. Los mismos medios que ahora cuentan con horror torturas y asesinatos las callaron entonces; los mismos partidos políticos que se hacían los tontos ahora las condenan; los mismos ciudadanos que se alegraban privada y hasta públicamente del retorno del orden ahora se espantan. Y todos ellos conforman esta masa de ingratos a la que se dirige el muy hijo de exputa: “Luchamos por y para ustedes” –les dice y, de hecho, los militares preservaron para ellos el capitalismo y la democracia burguesa. Pero la sociedad argentina se ha inventado un pasado limpito en el que unos pocos megaperversosasesinos como éste hicieron a espaldas de todos lo que ellos jamás habrían permitido, y les resulta mucho más cómodo. Como les resulta mucho más cómodo, ahora, indignarse con el ex que repensar qué hicieron entonces, a quién apoyaron, en qué los benefició la violencia de los represores, y lo fácil que les resultó, muchos años después, asombrarse, impresionarse e indignarse.

Durante mucho tiempo me equivoqué pensando que los militares habían exagerado: que la amenaza revolucionaria era menor, que no justificaba semejante despliegue. Tardé en entender que los militares y los ricos argentinos habían usado esa amenaza como excusa para corregir la estructura socioeconómica del país: para convertir a la Argentina en una sociedad con menos fábricas y por lo tanto menos obreros reivindicativos, para disciplinar a los díscolos de cualquier orden, y para cumplir con las órdenes reservadas del secretario de Estado USA, su compañero Kissinger, que les dijo en abril de 1976 que debían volver a convertir a nuestro país en un exportador de materia prima agropecuaria.

Es lo que dijo el ex: “¡Y nosotros estamos siendo juzgados! ¿Para quién ganamos la batalla?”. Porque es cierto que la ganaron, y que su resultado principal no son estos juicios sino este país sojero.

Ése es el punto en que casi todos se hacen los boludos. La indignación siempre fue más fácil que el pensamiento. Supongo que es mejor que muchos, para sentirse probos, prefieran condenar a los militares antes que seguir apoyándolos como entonces. Pero no deja de inquietarme que todo sea tan fácil y que sólo un asesino hijo de puta suelte, de vez en cuando, ciertas verdades tremebundas.

http://criticadigital.com/impresa/index.php?secc=nota&nid=8662

Ortodoxia 7, Lopez Rega, Nazis y Franquistas.

P.: Esta es una pregunta que va dirigida a los dos dirigentes sindicales. Los dos han hablado de la revolución y del socialismo. Un dirigente importante del peronismo, cuando se le pidió que identificara recientemente el tipo de re­volución socialista que quería, citó el caso del gobierno español. Como que tenemos que mo­vernos en base a modelos, yo quería decir si ese es el socialismo que quieren Rucci y Tosco. Y en qué se parecen y en qué se diferencian.

RUCCI: En lo que a mí respecta quiero aclarar que el modelo de socialismo que yo quiero para mi país nada tiene que ver con lo que ocurre en España.

TOSCO: El régimen franquista es un régimen fa­langista y no socialista. El modelo de socialismo para nuestro país, recogiendo la experiencia re­volucionaria de todos los países del campo socia­lista, se dará en la Argentina como modelo propio históricamente hablando.

P.: Rucci, López Rega dijo alguna vez que el so­cialismo nacional podía parecerse, de alguna manera, al nacional-socialismo. Parece bas­tante peligrosa la afirmación de López Rega y yo quiero que usted, como cabeza visible del movimiento obrero, diga si cree que el socia­lismo nacional se parece, de alguna manera, al nazismo.

RUCCI: Yo dije hace un rato que cada pueblo, en materia de socialismo, ajusta más que nada a su idiosincrasia los matices del socialismo. Señalé también que probablemente este proceso nos lleva a características socialistas. Y va a ser el resulta­do del pensamiento, del sentido de nosotros los argentinos.

P.: Pero no me ha contestado la pregunta.

RUCCI: Le estoy contestando la pregunta en el sentido de que el nazismo no tiene nada que ver con el socialismo que nosotros podemos plantear acá en la argentina.

Ortodoxia 6, Compañeros peronistas y no peronistas.

P.: Rucci, usted ha dicho que los duros del pe­ronismo sólo sirven para sacar solicitadas. ¿Si­gue manteniendo ese punto de vista?

RUCCI: Bueno, usted primero me tiene que de­terminar quiénes son los duros.

P.: Atilio López, por ejemplo.

RUCCI: Atilio López es un peronista y no es duro.

P.: Guillán...

RUCCI: No es un duro, es un peronista...

…………………………………………..

P.: El señor Tosco se ha definido en una serie de medidas de tipo económico a establecer en forma inmediata en el país. Estas medidas son: control de cambios, dominio del comercio ex­terior...

RUCCI: De acuerdo.

P.: Manejo de las importaciones y exportacio­nes...

RUCCI: De acuerdo.

P.: Nacionalización de la banca...

RUCCI: Nacionalización de la banca.

P.: Nacionalización del crédito...

RUCCI: Es decir, recuperar la soberanía del país en todos los niveles fundamentales en lo económi­co. Totalmente de acuerdo.

P.: ¿Y en qué no está de acuerdo?

RUCCI: En lo que está ocurriendo ahora. . .

P.: No, no. ¿En qué no está de acuerdo con Tos­co?

RUCCI: Si ese es el esquema que se plantea en un proceso que permita recuperar la entidad sobera­na al país, creo que en eso...

P.: ¿Y en el traspaso de las fuentes de trabajo?

RUCCI: No. En eso no estoy de acuerdo. Estoy de acuerdo con un capital al cual el gobierno le haga ajustar las reglas del juego para que ese capital esté al servicio de la comunidad y cumpla una función social.