"En las postrimerías del siglo XIX, nadie
hubiera creído que las cosas humanas fueran observadas por inteligencias
superiores, de modo tan penetrante y detenido."
……..
"Los sabios admiten hoy que la vida es una incesante lucha por la existencia,
y parece ser que también es esa la creencia de los espíritus de Marte."
“El Índice de Confianza del Consumidor cayó 15,6 por ciento en febrero.
…….
Juan José Cruces, Director del Centro de Investigación en Finanzas de
la UTDT, detalló que “entre los subíndices que componen el ICC, los subíndices de Bienes Durables e Inmuebles, de Situación
Personal y de Situación Macroeconómica registran bajas de 33,1%, 12,4% y 9,7%
respectivamente.”
Además, Cruces señaló que "respecto al mes
anterior, la confianza de los consumidores cae 20,8% en el Gran Buenos Aires,
12,4% en la Capital Federal y 7,9% en el Interior del país.”
El especialista señaló también que "la
confianza de los consumidores cae tanto para el sector de los encuestados con
mayores ingresos como para el sector con menores recursos”.
Un “índice” o encuesta para “consumo" de grandes empresas, más
que para los politizados y/o los académicos “asociados”.
Como Oficial de Estado Mayor suelo seguirlo, al igual que a
sus antecesores, en El Economista desde hace un par décadas largas.
Ya que los Factores de Poder económico en nuestro país, los
que responden con el bolsillo a los requerimientos del corazón, suelen tomarlo
en cuenta para SUS estrategias estrictamente mercantiles.
Lo interesante de la última publicación es que las “Tendencias
implícitas” contradicen fuertemente las Operaciones de márquetin mediático de
Balcarce 50.
De allí, quizás, provenga el clamoroso reclamo por “generar”
una “Épica” o “Relato” que “ataque” y “contrarrestare” el “Desencanto” en el “honor
social”.
Verbigracia paradójica, el histórico cualunquismo: “Con
los Militares estábamos mejor”; remplazado por el igualmente
cualunquista: “Con el peronismos estábamos mejor”.
En fin, a falta de “pan” ofrecer “circo”.
Lo que implica una palmaria inopia sobre la “lógica de “la
zanahoria o el palo”.
Ya que sin “pan”, a la “Autoridad constituida” solo puede “repartir”
represión,
Sea a los “consumidores”, lo que es más habitual en las
Republicas “serias”; o los “especuladores”, que solo lo “intentan” los
populismos realmente existentes.
“Ni se les ocurra, porque los hijos de puta nos van a embocar después de
la elecciones de 2017”, enérgica recomendación a los “cazadores de
corruptos” republicanos.
El dilema de la Presidencia Macri y asociados.
-Si no “persiguen judicialmente” a los funcionarios de las
Administraciones salientes, sus propios ultras se le amotinan, con las
consecuencias previsibles.
Además de “frustrar” el “imprescindible” relato M, para
contrarrestar el “sesgo plutocrático” que la Opinión Publica “observa” en las
medidas de gobierno.
-Y, si hay un Núremberg que se “carge” a la Dirigencia de
los últimos 20 años; se corre el riesgo que los “epígonos” del peronismo, a los
que ya se les denominan “la Piara de chanchos salvajes del Monte”, sean mucho
más “incontrolables” que sus predecesores.
Al fin y al cabo, como la Matriarca de los Medicis menores, Catalina
Sforza; el peronismo mantiene “intacto” “lo strumento per farne degli altri!”
Volver a leer a Ernesto Calvo en su paper sobre Elites y
Bases sociales del peronismo.
Las “desprolijidades” de las Administraciones de Cambiemos permiten
acumular “indicios fehacientes” de, por lo menos, incumplimientos de los
deberes de Funcionarios Públicos; que pueden llevar a corruptelas mucho
mayores.
Y esa “data” ya está siendo “almacenada” para ser utilizada
con la mayor efectividad probable.
Que, desde ya, no será en los medios pautados ni en el ámbito
de la Familia Judicial; todos ellos regados generosamente con las “efectividades
conducentes”.
Sino en las Comisiones de Investigación Legislativas, como
el caso del mítico Lisandro de la Torre.
Si quieren parlamentarismo al palo, les dares parlamentaristaa salvaje, después de las elecciones de 2017; antesala de las Generales del 2019.
La Bancaria; línea Adam Smith-Rosa de Luxemburgo-Juancito
Sosa, desafía la Épica de Cambiemos.
“Pero los que, de acuerdo con estos dichos, piensen que los patronos
raramente se unen, son tan ignorantes de lo que pasa en el mundo como de este
asunto.
Los patronos están siempre y en todas partes en una especie de acuerdo
tácito, pero constante y uniforme, para no elevar los salarios por encima de su
nivel actual.
La violación de dicho acuerdo es, en todas partes, impopular, y somete
a quien así procede al reproche de sus vecinos e iguales.
De hecho, oímos poco de estas uniones porque es lo normal, incluso se
puede decir que es el estado natural de cosas de las que nunca se oye hablar.
Los patronos constituyen, a veces, incluso uniones específicas para
reducir los salarios por debajo de aquel nivel.
Estos acuerdos se llevan a cabo siempre con el más absoluto silencio y
secreto hasta que se ejecutan, y nunca se hacen públicos cuando los
trabajadores se someten, como a veces ocurre, sin resistencia.
No obstante, estas uniones se encuentran a menudo frente a uniones
defensivas de los trabajadores, quienes en ocasiones, sin existir siquiera una
provocación de este tipo, se unen para elevar los salarios.
Las razones que esgrimen estriban a veces
en el alto precio de los bienes de subsistencia y, a veces, en los grandes
beneficios que los patronos sacan de su trabajo.
Ahora bien, sean sus uniones defensivas u ofensivas, se suele hablar
mucho de ellas.
Para precipitar una solución recurren siempre a grandes alborotos y a
veces a la violencia y a los atropellos más sorprendentes.
Están desesperados y proceden con el frenesí propio del hombre en ese
estado, cuya alternativa es morirse de hambre o forzar a sus patronos a que,
por miedo, cumplan sus exigencias.
En estas ocasiones los patronos reclaman tanto como ellos, y exigen la
ayuda de los magistrados civiles, y el cumplimiento riguroso de las leyes
establecidas con tanta severidad contra la asociación de sirvientes,
trabajadores y jornaleros”.
“…el sindicalismo no conducía a la abolición de la explotación
clasista; al contrario, buscaba asegurar que el proletariado, limitado por la
estructura explotadora del capitalismo, recibiera, a través de salarios, el
mejor precio que el mercado permitiera”.