jueves, 17 de octubre de 2019

17 de Octubre, el Pueblo en Armas (Das Volk in Waffen, ein Buch über Heerwesen und Kriegführung unserer Zeit. Berlin, 1883.)



¿Qué tenia en la cabeza el sujeto que fue el “motivo” de la movilización del 17 de Octubre de 1945?

Hay que retroceder hasta la Prusia anterior a la Guerra Franco prusiana.

Un judío de Breslau, Constitucionalista de nota, Agitador político genial (su admirado Marx lo califica así), patriota alemán y lector de Adam Smith (CHAP. VIIL OF THE WAGES OF LABOUR.)

No es difícil, sin embargo, prever cuál de las partes vencerá en la disputa y forzará a la otra a aceptar sus condiciones.

Los patronos (Amos-Masters), al ser menos en número, pueden unirse fácilmente; y además la ley lo autoriza, o al menos no lo prohíbe, mientras que prohíbe las uniones de los trabajadores.

No tenemos leyes parlamentarias contra la asociación para rebajar los salarios; pero tenemos muchas contra las uniones tendentes a aumentarlos.

Además, en tales confrontaciones los patronos pueden resistir durante mucho más tiempo.

Un terrateniente, un colono, un comerciante o un fabricante pueden, normalmente, vivir un año o dos con los capitales que ya han adquirido, y sin tener que emplear a ningún trabajador.

En cambio, muchos trabajadores no podrían subsistir una semana, unos pocos podrían hacerlo durante un mes, y un número escaso de ellos podría vivir durante un año sin empleo.

A largo plazo, el trabajador es tan necesario para el patrono como éste lo es para él, pero la necesidad del patrono no es tan inmediata.

Se suele decir que la unión de los patronos es muy rara y que la de los trabajadores es muy frecuente.

Pero los que, de acuerdo con estos dichos, piensen que los patronos raramente se unen, son tan ignorantes de lo que pasa en el mundo como de este asunto.

Los patronos están siempre y en todas partes en una especie de acuerdo tácito, pero constante y uniforme, para no elevar los salarios por encima de su nivel actual.

La violación de dicho acuerdo es, en todas partes, impopular, y somete a quien así procede al reproche de sus vecinos e iguales.

De hecho, oímos poco de estas uniones porque es lo normal, incluso se puede decir que es el estado natural de cosas de las que nunca se oye hablar.

Los patronos constituyen, a veces, incluso uniones específicas para reducir los salarios por debajo de aquel nivel.

Estos acuerdos se llevan a cabo siempre con el más absoluto silencio y secreto hasta que se ejecutan, y nunca se hacen públicos cuando los trabajadores se someten, como a veces ocurre, sin resistencia.

No obstante, estas uniones se encuentran a menudo frente a uniones defensivas de los trabajadores, quienes en ocasiones, sin existir siquiera una provocación de este tipo, se unen para elevar los salarios.

Las razones que esgrimen estriban a veces en el alto precio de los bienes de subsistencia y, a veces, en los grandes beneficios que los patronos sacan de su trabajo.

Ahora bien, sean sus uniones defensivas u ofensivas, se suele hablar mucho de ellas.

Para precipitar una solución recurren siempre a grandes alborotos y a veces a la violencia y a los atropellos más sorprendentes.

Están desesperados y proceden con el frenesí propio del hombre en ese estado, cuya alternativa es morirse de hambre o forzar a sus patronos a que, por miedo, cumplan sus exigencias.

En estas ocasiones los patronos reclaman tanto como ellos, y exigen la ayuda de los magistrados civiles, y el cumplimiento riguroso de las leyes establecidas con tanta severidad contra la asociación de sirvientes, trabajadores y jornaleros.

Los obreros, en consecuencia, muy rara vez obtienen ninguna ventaja de la violencia de estas acciones desesperadas.

En parte por la intervención del magistrado civil (Estado), en parte por la firmeza superior de los patronos (Amos-Masters), y en parte por que la mayor parte de los trabajadores están bajo el nivel de subsistencia.

Por eso, generalmente, terminan en nada más que el castigo, o la ruina, de los cabecillas.

Notable documento del siglo XVIII; anterior, incluso, a la Revolución Americana; ¿no es cierto Compañero Coutiño?

Todo el Capitulo es esclarecedor; e inclusive su lenguaje original desnuda las relaciones subyacentes.

Master, o Amo; en lugar de Patrono.

Landlord, como Terrateniente o Propietario propiamente dicho.

Farmer, como Colono subordinado al Terrateniente.

Master Manufacturer, como gran Industrial.

Merchant, el Comerciante en su papel de Mercader.

¿Y que podemos decir de los subordinados?; Servants, Labourers, Journeyme, Workman.

Cada una de ellas representaba una relación social, legalmente reglamentada; mas que una clasificación económica.

Servant, que eran los que mas restringida tenían su Libertad laboral y personal, no eran slave (Esclavos).

Y la diferencia radicada que estos últimos, el Ganado Menor; eran Propiedad, o Capital, en si mismos.

Recordemos las Indemnizaciones por las manumisiones de Esclavos, de los primeros gobiernos patrios.

Una simple Expropiación por Utilidad Pública y Notoria; y el Liberto pagaba su costo convirtiéndose en un Soldado de la Patria.

Para comprender la situación legal del Sirviente, hay que rescatar la Ley de Vagos y Mal entretenidos, y la infame “papeleta”.

Entre 1852 y 1943, cualquier criollo que no la tuviera, podía ser detenido por el Comisario lugareño; enviado al Magistrado local, o Juez de Paz, y este lo entregaba bajo custodia de un Estanciero Local; para que fuera de “Utilidad a la Comunidad”.

La “papeleta” no era mas que una autorización del Patrón, o el Comisario de la localidad de origen, para que se pudiera circular libremente.

Los extranjeros zafaban gracias a los Cónsules; pero perdían esa “protección” si se naturalizaban.

Notable diferencia con USA, donde se presionaba al inmigrante para que se convirtiera en Ciudadano de Pleno Derecho y aspirara a ser Propietario, no Colono o Arrendatario.

La “generosidad Constitucional” camuflaba, disociando, dos resortes de Poder.

En primer lugar, el Meteco, no podía enriquecerse inmobiliariamente.

En segundo, al no poder aspirar al voto activo y pasivo; dejaba en manos del terrateniente, y su peonada, el manejo de la Republica.

No era Clientelismo, sino Patrocinio, disfrazado de Paternalismo.

AS, en el mismo capitulo menciona a Mr Cantillon; que había calculado que un Esclavo producía, como mínimo, el doble de lo que consumía.

Y en esa formula también se consideraba la reproducción del Capital semoviente.

Eso lo lleva, como Filosofo Moral que era; a intentar calcular cual es el mínimo necesario para que la Fuerza Laboral, sin importar su encuadramiento legal, se pueda reproducir.

Tenía en mente la escasez de “mano de obra” en las Colonias de America; donde impulsaba hacia arriba los costos laborales.

A diferencia de su contemporáneo Malthus, creía que el “ahorro” en salarios en corto plazo, se traducía en “costos crecientes” a largo plazo; por la declinación natural de la natalidad y supervivencia.

Pero concentrémonos en las Uniones o Combinaciones, que es el tema de hoy.

Primero, TODO Conflicto esta limitado objetivamente por la subsistencia del trabajador y su familia.

En cambio, muchos trabajadores no podrían subsistir una semana, unos pocos podrían hacerlo durante un mes, y un número escaso de ellos podría vivir durante un año sin empleo”.

Es un dato que los activistas de origen burgués suelen pasar por alto, por dos razones.

Por la Crianza de Clase, y porque si la situación se pone fea; la Organización, o Papa y Mama, los rescatan.

Quienes no tienen esa posibilidad, que son la gran mayoría de las bases, están condenados a pagar los costos de estas falencias.

Por eso, la Huelga es considerada un recurso de última instancia, aun con el Estado a favor.

La Revolución, con Mayúsculas, se lleva muy mal con la Paternidad responsable.

El otro tema, que subordina al primero, es en las propias palabras del Profeta de los Mercados.

“…la ley lo autoriza, o al menos no lo prohíbe, mientras que prohíbe las uniones de los trabajadores.
No tenemos leyes parlamentarias contra la asociación para rebajar los salarios; pero tenemos muchas contra las uniones tendentes a aumentarlos.
……….

“…los patronos reclaman…, y exigen la ayuda de los magistrados civiles, y el cumplimiento riguroso de las leyes establecidas con tanta severidad contra la asociación de sirvientes, trabajadores y jornaleros”.

O sea, la clave esta en “la intervención del magistrado civil (Estado),…”

Un judío alemán del siglo XIX, y un meridional italiano de principios del siglo XX, lo comprendieron cabalmente.

Toda Conquista es efímera, sino no se considera al Estado como un espacio en disputa; porque por definición tiene el Monopolio de la Violencia, y la Potestad e Imperium de imponer “manu militari” el Orden Publico.

El alemán, que no es Carlos de Treveris, sino Fernando de Breslau; como Constitucionalista comprendió que el primer paso es influir en la Definición de Orden Publico.

Y para eso, las Organizaciones propias del proletariado, deben actuar políticamente; ser parte del Cuerpo Colegiado que dicta las Leyes.

Marx, en su papel de Teórico, se canso de denigrar la Rosca entre Lasalle y Bismark; una concesión de Realpolitik, donde se permutaba el apoyo al II Reich, por el voto Universal.

Aunque era cierto que el Reichstag tenía atribuciones limitadas, se estaba adentro; y la tendencia era a que fueran cayendo una a una las limitaciones.

La necesidad de negociar concesiones, provocaba el peor de los desviacionismos, el Reformismo de Bernstein.

El Proletariado postergaba la Revolución, porque las “ventajas” logradas lo alejaban de la desesperación del Todo o Nada.

Los puristas se lanzaron a combatir este “Cuanto Mejor, Peor”, por el celebérrimo “Cuanto Peor, Mejor”, para la Insurrección Revolucionaria.

El Italiano, que no era otro que Gramsci; comprendió y sistematizo, las formas de “disputar al Estado en si”.

Y que no alcanzaban con las Leyes en su letra fría, era el “espíritu legal” la que definía su aplicación.

El Deber Ciudadano de Cumplirlas, tendría que estar sujeto al Sentido Común Hegemónico; y este debía tener la suficiente fuerza como para derogarlas si no servían.

Porque un tema que se pasa por alto livianamente, es que en la División de Poderes, el Poder Judicial ES quien decide el “espíritu”.

No el Legislador o el Ejecutivo.

Además, por no estar sujeto directamente a la Voluntad Popular, suele ser el último Bastión de la Reacción en la Guerra de Posiciones de Gramsci.

No me voy a referir a Roosvelt o De Gaulle; sino a un hito de nuestra propia historia.

Fue la Corte Suprema la que convalido como Constitucional el Golpe contra Yrigoyen.

Es la familia Judicial la que “concede”, graciosamente, el Derecho al Legislativo para remover su Cúpula en cada recuperación de la Democracia; mientras se mantenga el Status Quo en el resto.

En los últimos años, se logro algo inédito, que el “Orden Publico negociado” sea la norma.

Que se considere como natural su transformación en “Orden Político”, donde quienes protestan tengan el Derecho a ser escuchados, en lugar de reprimidos como sediciosos.

Que el Estado, por Potestad e Imperium, arbitre en los conflictos entre Amos y Sirvientes; y en caso de Duda se beneficie al más débil; en lo económico y social.

Pero para el Establishment, y sus deudos, violenta “…el estado natural de cosas de las que nunca se oye hablar”.
sábado, 14 de noviembre de 2009
Sindicatos, según Adam Smith; traducción e interpretación, sujetas a crítica.

Llevo este judío “negro” (descalificación de sus admirados Marx y Engels) a “organizar” Sindicatos “politizados” para “disputarle” a la Burguesía el Estado vía el Sufragio Universal.

Aun al precio de “aliarse” con la “Reacción  junker”, Otto von Bismarck, también lector de Marx y Engels.

Que otorgo el voto universal masculino para el IIº Reich; y creo, literalmente, el Estado de Bienestar tal cual se concibe hoy en día.

Con Jubilaciones, Sanidad y Educación publica.

No lo hizo por ser “sensible y piadoso”, sino por un texto que penetro hasta la raíz del militarismo prusiano.

l.- Poder organizado e inorgánico

El instrumento de poder político del rey, el Ejército, está organizado, puede reunirse a cualquier hora del día o de la noche, funciona con una magnífica disciplina y se puede utilizar en el momento en que se desee; en cambio, el poder que descansa en la nación, señores, aunque sea, como lo es en realidad, infinitamente mayor, no está organizado: la voluntad de la nación, y sobre todo su grado de acometividad o de abatimiento, no siempre son fáciles de pulsar para quienes la forman: ante la inminencia de una acción, ninguno de los combatientes sabe cuántos se sumarán a él para darla.

Además, la nación carece de esos instrumentos del poder organizado, de esos fundamentos tan importantes de una Constitución, a que más arriba nos referíamos: los cañones.

 Cierto es que los cañones se compran con dinero del pueblo: cierto también que se construyen y perfeccionan gracias a las ciencias que se desarrollan en el seno de la sociedad civil, gracias a la física, a la técnica, etc.

Ya el solo hecho de su existencia prueba, pues, cuán grande es el poder de la sociedad civil, hasta dónde han llegado los progresos de las ciencias, de las artes técnicas, los métodos de fabricación y el trabajo humano.

Pero aquí viene a cuento aquel verso de Virgilio: 

Sic vos non vobis! ¡Tú, pueblo, los haces y los pagas, pero no para ti! 

Como los cañones se fabrican siempre para el poder organizado y sólo para él, la nación sabe que esos artefactos, vivos testigos de todo lo que ella puede, se enfilarán sobre ella, indefectiblemente, en cuanto se quiera rebelar.

Estas razones son las que explican que un poder mucho menos fuerte, pero organizado, se sostenga a veces, muchas veces, años y años, sofocando el poder, mucho más fuerte, pero desorganizado, de la nación; hasta que ésta un día, a fuerza de ver cómo los asuntos nacionales se rigen y administran tercamente contra la voluntad y los intereses del país, se decide a alzar frente al poder organizado su supremacía desorganizada.

Hemos visto, señores, qué relación guardan entre sí las dos Constituciones de un país, esa Constitución real y efectiva, formada por la suma de factores reales y efectivos que rigen en la sociedad, y esa otra Constitución escrita, a la que, para distinguirla de la primera, daremos el nombre de la hoja de papel

Das Volk in Waffen, conocida en nuestro idioma como “La Nación en Armas”, aunque la traducción literal es “El Pueblo en Armas”; la diferencia tiene razones sociales e ideológicas obvias.

Fue, y sigue siendo, el equivalente al Manual del Alumno Bonaerense para la totalidad de las Academias de Oficiales de matriz prusiana

Así que tanto Perón, como militar, como los sindicalistas de la década del 40; tenían un “autor en común”; el judío negro de Breslau, Ferdinad Lasalle.

Muchachos, les decía a los gremialistas en la Secretaria de Trabajo y Previsión Social, tienen que copiar a MI SINDICATO si quieren que SUS Conquistas Sociales perduren en el tiempo”

¿Y como entendía el mestizo Juancito Sosa la labor de su sindicato?

A fines de los 20 y principios de los 30, un Capitán que estaba organizando la Escuela de Suboficiales, se ponía a tomar mate con los futuros Suboficiales.

Eran las largas guardias del fin de semana, que generan ese vació insoportable en los hombres jóvenes y sanos, el tiempo pasa lentamente y es una tortura pensar que los demás se están divirtiendo.

Entre charlas sobre Fútbol, Tango y minas; el Capitán trataba de infundir los temas que no trata el Reglamento.

Una de sus preguntas preferidas, era esa.

Las respuestas variaban, 3 meses de Instrucción Básica; un año, cuando pasaban a Reserva Activa.

Con el pucho en la mano, la media sonrisa y el guiño cómplice, decía “Veinte años”.

“Todo comienza en la panza de la madre, ella debe estar sana y alimentada.

Su niñez, debe ser feliz, con los cuidados que se merece; sin pasar hambre, enfermedad, o pobreza solemne.

Es necesario que estudie según su capacidad, sin la obligación de ir a trabajar para ayudar al puchero familiar.

En su primera juventud, debe tener la posibilidad de aprender un oficio digno, que le permita solventar sus gastos y labrarse un futuro.

Es en ese momento, a los 20 años, que el Ciudadano se convierte en Conscripto.

Para que le enseñemos las artes de nuestro oficio.

Yo me he visto en la ingrata tarea de rechazar a más de la mitad de los incorporados.

Tuberculosis, Sífilis, Desnutrición, Enanismo, Retraso Mental; no eran aptos para defender a la Patria, no por su culpa, el sistema social injusto es el responsable.

De la mitad que era apta físicamente, la mayoría apenas sabía leer, o no tenían oficio.

Porque no podemos llamar oficio digno a ser una bestia de carga.

Solo fuerza física y mansedumbre “para lo que gusten mandar”.

Nos vemos obligados a enseñarles las primeras letras, los principios de higiene y urbanidad.

Se encontraran explicándoles a sus hombres la necesidad de utilizar el profiláctico.

Como dirigirse respetuosamente ante los otros, sin caer en lo abyecto.

No olvidemos que el Ciudadano Conscripto, no hace la milicia porque le guste, como a nosotros.

Estamos obligados a dar la vida por la Patria, si hay Guerra.

Pero en la Paz, ellos también dan un pedazo de vida, nos donan un año.

Renuncian a su Libertad, sus Afectos, sus gustos y manías,

Esta en nosotros que ese año no sea un desperdicio”

Peirano, me dirás con razón, ¿para que carajo contas esta historia, de hace 80 años?

Porque vos sos el responsable de incorporar a la vida productiva al Núcleo Duro de Artemio.

Tu éxito no depende del aumento del PBI, las Inversiones o Ganancias de las Empresas.

Se mide en la creación de trabajos dignos, que sirvan para labrar un futuro.

En la capacitación laboral, que es tu insumo estratégico.

Porque el Mercado no lo va a hacer, la inversión de tiempo y dinero no es rentable.

¿Cuanto tiempo se necesita para tener un tornero, tractorista, camionero, empleado de comercio u oficinista?

Veinte años, desde el vientre materno.

¿Cuántos años se necesita para tener un ingeniero, contador, analista, o programador?

Veinticinco, desde el momento que una mujer sabe que va a ser madre.
miércoles, 25 de julio de 2007
Peirano, ¿Cuánto tiempo se necesita para tener un soldado instruido?

La “influencia prusiana” no solo alcanzo a Perón; sino también a otros militares de profesión.

Ataturk, Lázaro Cárdenas, Naser, De Gaulle, Ibáñez del Campo, Velazco Alvarado, Torrijos, Gadafi, Chávez, etc.

Desarrollo Industrial, fabricar los “cañones”, pero también “Desarrollo Social”; el obrero y la obrera que se transforman en la “masa de combate” empuñando o manejando los "cañones"

Luego de la muerte de Perón, el Pueblo en Armas no se “volatilizo”, se trasformo en la “Desorganización Organizada” de Steven Levitsky, “El peronismo y la sucesión permanente mismos votos, distintas élites” de Calvo, “La metamorfosis del fénix” El siglo de Perón de Alain Rouquié, “La Maquina de Guerra Nomadica contra la Maquina Administrativa Despótica” de Gilles Deleuze. Félix Guattari.

Una Weltanschauung o “Comunidad de Destino” (Zielgemeinschaft) en pugna con el “Deber Ser” Oligárquico y sus sectores intelectuales y sociales subordinados.

jueves, 30 de marzo de 2017
Weltanschauung en pugna.

lunes, 27 de marzo de 2017
¿Pre-macrismo, o las PASO como herramienta gramsciana para articular mayorías electorales?


 En fin estimados Amigos, Compañeros, Adversarios y también Enemigos; no tener enemigos es el colmo de la inoperancia e inofensividad; buen 17 de Octubre. 

3 comentarios:

Capitán Yáñez dijo...

Abrazo peronista en el Día de la Lealtad cumpa!!!

Ñandú dijo...

Feliz día estimado compañero.
Nuevas y espantosas luchas nos esperan, y los salvajes e irreductibles nómadas ahí estaremos

oti dijo...

El problema de Marx es que, cuando estudiaba en el museo de Londres, para preparar El Capital, estaba agarrado por los economistas de la escuela de Haileybury y por la geopolítica británica. Marx los admiraba al mismo tiempo que despreciaba a los economistas de la escuela americana que, en ese entonces, fundamentaban qué tipo de economía era mejor para una nación independiente del imperio británico.

El último peronista que entendía bastante bien estas cosas fue Jauretche.

Lamentablemente, los economistas e historiadores argentinos conocen más de la escuela británica que de la escuela americana. Y digo lamentablemente porque son estos últimos los que nos enseñan cómo es liberarse de un imperio.