3. Triunfalismo
A pesar de los golpes recibidos y de las rectificaciones del documento,
seguimos triunfales.
Decidimos el fracaso total de los planes del enemigo y seguimos
subestimándolo.
Esto es muy grave y pensamos que en el fondo obedece a la incomprensión
sobre nuestra propia historia.
Trataremos de ejemplificarlo: al no reflexionar
sobre las causas de nuestro crecimiento espectacular y nuestra
representatividad popular en los años que van de 1970 a 1974-75, llegamos a
pensar que no obedece a que actuamos correctamente, y con propuestas
comprendidas y aceptadas por el pueblo, sino a que nosotros somos geniales, y
si somos geniales es accesorio que acertemos o nos equivoquemos.
Todo lo que hagamos estará bien.
Esto lo notamos en documentos como el último
Montonero de 1975 y en la persistente ausencia de autocrítica.
4. Desmedida ambición de poder
Todo lo hacemos y lo pensamos a lo grande.
Nuestra lucha es una guerra.
Nuestra propaganda tiene que llegar a cuatro millones.
Aunque criticamos el militarismo, todo el documento parece la receta
para que un Ejército rompa el cerco de otro y luego lo derrote.
Hay que ser más modesto.
Nosotros tenemos que resistir junto con el
pueblo a la dictadura.
Necesitamos mucha propaganda.
Tenemos que irnos organizando en la lucha sin
delirios de grandeza y pensando en plazos largos.
Ésta es la síntesis de nuestras apreciaciones generales.
Ahora pasamos a nuestras observaciones punto por punto.
1.2. 1. Situación frente al enemigo
No
es cierto que haya fracasado el aperturismo.
Ejemplos: el PC no participa en los conflictos, mientras negocia con el
gobierno a través del Partido Intransigente y les paga viajes a Lázara y García
Costa para que vayan al Congreso de la Internacional Socialista
a defender a Videla; la UCR
no rompe a pesar de todos los agravios, incluidos Solari Irigoyen y Amaya; la
reacción de la Iglesia
es tibia comparada con todo lo que han hecho y con los episcopados de Chile y
Brasil, donde por mucho menos se enfrentan abiertamente con las dictaduras.
1. 2.2. De las fuerzas populares
No es cierta la desaparición casi total de la
izquierda no peronista, armada o no armada.
Estos son bandazos que nos alarman.
Hace unos meses el proyecto de vanguardia
pasaba por el debate ideológico en la
OLA , ahora no existen más.
Existen y actúan.
El ERP pinta (más que nosotros). edita
regularmente sus revistas, que llegan a las fábricas puntualmente a pesar de
todos los golpes que sufrieron, toman un canal de televisión, tienen una radio
clandestina, operan en el litoral.
Hacen operaciones militares.
El PC, los distintos partidos socialistas,
también existen.
Que sean una bosta es otra cosa.
Con ese criterio nosotros tampoco existimos.
Rodolfo Walsh, noviembre de 1976, hacer clic aquí.
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