“En pocas horas se ha derramado mucha sangre de argentinos.
El ex dictador, en su criminal intento para que otros le
abran la puerta definitivamente cerrada con su fuga, ha llevado a la muerte a
muchos de sus corifeos y ha provocado episodios de lucha civil.
Los que pretendieron de tomar de sorpresa al gobierno para
maniatar otra vez al país carecían de fuerza física para cumplir su cometido y,
además, no tenían razón para luchar contra la revolución democrática, ni defendían
propósitos e ideales de validez moral.
Pensando en los muertos y en los vivos, en los sacrificados
y en los que ahora lloran, el país recobra su tranquilidad al comprobar que se
ha producido el reencuentro de los hombres de la Revolución y el
reencuentro del pueblo con el rumbo cierto del proceso libertador.
Los hechos de la noche del sábado 9 y domingo 10, dentro de
su inmensa tragedia, definen circunstancias y posiciones sobre las cuáles
parece necesario detenerse a pensar hondamente.
En primer lugar, es dato fundamental de los hechos
acaecidos, la absoluta y total determinación del gobierno de reprimir con
energía todo intento de volver al pasado.
Se acabó la leche de la clemencia.
Ahora todos saben que nadie intentará sin riesgo de vida
alterar el orden porque es impedir la vuelta a la democracia.
Parece que en materia política los argentinos necesitan
aprender que la letra con sangre entra.
Los socialistas y la Revolución Libertadora.
Claudio Panella, hacer clic aquí.
Publicado en Anuario
del Instituto de Historia Argentina Nº 7, 2008.
El registro de Valle es el de preso político 4.498.
Está asentado debajo del registro 4.497 que corresponde a un
tal Amílcar Darío Viola, ingresado al penal el 26 de abril de 1957.
Luego, el registro salta al 4.499, de un tal Carlos Vázquez,
cuyo ingreso ocurrió el 8 de octubre de 1957.
¿Qué ocurrió en abril de 1957 para que el registro de Valle
fuera introducido atropelladamente?
Por esa fecha, Walsh ya había logrado que estallara la
polémica por los asesinatos en los basurales de José León Suárez.
El 24 de abril de 1957, la Corte Suprema de
Justicia dio un fallo en el caso Livraga: pasar todas las actuaciones a la Justicia Militar.
Al mismo tiempo que pasaba la responsabilidad estricta de
esos fusilamientos a los militares, cerraba el camino en la justicia civil.
En abril de 1957, además, Arturo Frondizi hacía un pacto con
Perón para ganar en las elecciones que terminarían con la dictadura de
Aramburu.
Últimos secretos de
los fusilamientos de 1956
María Seoane, hacer
clic aquí.
1 comentario:
La supuesta "incomprensión del peronismo" ya es un lugar común bastante trillado.
http://rib-moregeometrico.blogspot.com.ar/2012/04/utopia.html
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