martes, 23 de julio de 2013

PASO, por John Ford; incluye Cardenal, Prensa, Desprecio Social y la Nueva Política.




Un antídoto frente al consumo descontrolado de los spots de campaña.

No apto para Anónimos, puede freír las neuronas.

La “Nueva Política” de 1958.



 

Microclima o Barbarie.

Vino éste, y le hice preguntar que si todavía no era hora de ensillar.
Me contestó que teníamos bastante tiempo aún; que de allí a Añancué , línea divisoria de sus tierras, no había más que dos galopes, que ya había mandado traer sus caballos y buscar una res para que mi gente carneara antes de partir; pero que la res tardaría un rato largo en llegar, porque estaba lejos.
-¿Y qué, mi compadre no tiene vacas gordas aquí? -le pregunté a San Martín.
-No, señor, si está muy pobre -me contestó.
-¿Muy pobre?
-Sí, señor.
-¿Y cuánto vale una vaca?
-No tiene precio.
-¿Cómo no tiene precio?
-Cuando es para comercio depende de la abundancia, cuando es para comer, no vale nada; la comida no se vende aquí: se le pide al que tiene más.
-¿De modo que los que hoy tienen mucho, pronto se quedarán sin tener qué dar?
-No, señor; porque lo que se da tiene vuelta .
-¿Qué es eso de vuelta?
-Señor, es que aquí el que da una vaca, una yegua, una cabra o una oveja para comer, la cobra después; el que la recibe algún día ha de tener.
-Y si a un indio rico le piden veinte indios pobres a la vez, ¿qué hace?
-A los veinte les da con vuelta y poco a poco se va cobrando.
-Y si se mueren los veinte, ¿quién le paga?
-La familia.
-¿Y si no tienen familia?
-Los amigos.
-¿Y si no tienen amigos?
-No pueden dejar de tener.
-Pero todos los hombres no tienen amigos que paguen por ellos.
-Aquí sí; no ve, señor, que en cada toldo hay allegados, que viven de lo que agencia el dueño.
-¿Y si se les antoja no pagar?
-No sucede nunca.
-Puede suceder, sin embargo.
-Podría suceder, sí, señor; pero si sucediese, el día que a ellos les faltase nadie les daría.
-¿Cada indio tendrá una cuenta muy larga de lo que debe y le deben?
-Todo el día hablan de lo que han recibido y dado con vuelta.
-¿Y no se olvidan?
-Un indio no se olvida jamás de lo que da ni de lo que le ofrecen.
-¿Me has dicho que cuando una vaca era para comercio tenía precio?
-Sí señor.
-Explícame eso.
-Señor, comercio es, que el que tiene le haga un cambio al que tiene.
-¿Entonces, si un indio tiene un par de estribos de plata y no tiene qué comer, y quiere cambiar los estribos por una vaca, los cambia?
-No se usa; le darán la vaca con vuelta y él dará los estribos con vuelta también.
-¿Y si un indio tiene un par de espuelas de plata y las quiere cambiar por un par de estribos?
-Las cambia, con vuelta o sin vuelta , según el trato.
-¿Y con los indios chilenos, cómo hacen el comercio, lo mismo?
-No, señor; con los chilenos el comercio lo hacen como los cristianos, a no ser que sean parientes.
-¿Y con los indios de Calfucurá y con los pampas?
-Lo mismo, señor.
-¿Y hay pleitos aquí?
-No faltan, señor.
-¿Y cuando los indios tienen una diferencia, quién los arregla?
-Nombran jueces.
-¿Y si alguno no se conforma?
-Tiene que conformarse.
Estos bárbaros, dije para mis adentros, han establecido la ley del Evangelio, hoy por ti, mañana por mí, sin incurrir en las utopías del socialismo; la solidaridad, el valor en cambio para las transacciones: el crédito para las necesidades imperiosas de la vida y el jurado civil; entre ellos se necesitan especies para las permutas, crédito para comer.
Es lo contrario de lo que sucede entre los cristianos. El que tiene hambre no come si no tiene con qué. Está visto que las instituciones humanas son el resultado de las necesidades y de las costumbres, y que la gran sabiduría de los legisladores consiste en no perderlo de vista al modelar las leyes. Los que a cada rato nos presentan el cartabón de otras naciones cuya raza, cuya religión, cuyas tradiciones difieren de las nuestras, deberían tomar nota de estas observaciones.