sábado, 6 de octubre de 2018

Combatiendo al Capital, y el “Opium den” de la Burguesía Cultural y Administrativa argenta.

Mientras las elites argentas se agitan en sus “infiernos artificiales”, Bancos Centrales, FMI y Mercados Financieros Globales.


Monopsony’: la fuerza que recorta salarios y amenaza el poder de los bancos centrales
 El poder “descomunal” de unas pocas empresas está distorsionando el análisis económico en el que los bancos centrales basan sus decisiones

A los banqueros centrales no les cuadran las cuentas. Las teorías macroeconómicas para diseñar su política monetaria han dejado de funcionar. Así lo han reconocido el pasado fin de semana en su reunión anual en las montañas estadounidenses de Jakson Hole.

El actual presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, aseguró que las políticas monetarias de los últimos años se han aplicado más mirando a las “estrellas” que a la razón o los datos. Pero lo más sorprendente es que tras la ingente inyección de liquidez que los bancos centrales han trasladado a la economía, indicadores como la inflación no se hayan disparado, ni como dijo Powell, se espera que lo hagan en los próximos meses.
Pero si hay un dato que está distorsionando todo lo escrito en los tratados de economía tradicional es la evolución de los salarios.

Salarios incomprensiblemente bajos
En Estados Unidos el mercado laboral ya está en tasas de pleno empleo. Las empresas tienen problemas para contratar empleados, pero los salarios siguen en niveles históricamente bajos. “El salario mínimo Estados Unidos es actualmente es 7,25 dólares la hora, sin que haya subido ni un céntimo desde julio de 2009. Es más, el valor real de ese salario mínimo ha caído alrededor del 20% desde 1979”, denunciaba Alan Krueger en su discurso ante los principales banqueros centrales del mundo.

Krueger, profesor de la Universidad de Princeton, es un experto en mercado laboral y fue el presidente del Consejo de Asesores económicos de Barack Obama, dedicó su intervención en Jackson Hole a analizar los motivos de esas incongruencias, concentrando su origen en una realidad conocida como Monopsony. Una rocambolesca palabra elegida por los estadounidenses para identificar el efecto que el dominio “descomunal”, dice Krueger, de unas pocas grandes empresas está causando en la economía en general y en el mercado laboral en particular.



Negocios
¿Los titanes corporativos atrofian la economía?

Una reunión de autoridades bancarias debatió la cuestión del crecimiento pobre, los salarios bajos y el “efecto Amazon”.

JACKSON HOLE, Wyoming — Dos de los hechos económicos más importantes de las últimas décadas son que más industrias se ven dominadas por un puñado de compañías extraordinariamente exitosas y que los salarios, la inflación y el crecimiento se han mantenido obstinadamente bajos.

Muchos de los creadores de política económica más poderosos del mundo ahora están tomando en serio la posibilidad de que el primero de esos hechos sea una causa de lo segundo —y que la creciente concentración de poder corporativo ha frustrado los esfuerzos de los bancos centrales para mantener sanas las economías.

Los economistas convencionales debaten interrogantes como si acaso un “monopsonio” —el poder descomunal de unos cuantos patrones consolidados— es parte del problema del bajo crecimiento de salarios. Analizan si estas “firmas superestrellas” son responsables de un gasto de inversión flojo. Y exploran si hay un “efecto Amazon”, en el que los algoritmos rápidamente cambiantes de fijación de precios del minorista online y sus rivales significan mayores oscilaciones en la inflación.

En una reunión celebrada el mes pasado en Wyoming, líderes de la Reserva Federal de Estados Unidos y otros bancos centrales debatieron si la consolidación corporativa podría tener amplias implicaciones para la política económica.

También podría tener implicaciones para la labor de los bancos centrales. Si el poder corporativo concentrado deprime el crecimiento de los salarios, la Reserva Federal podría mantener las tasas de interés más bajas durante más tiempo sin que estalle la inflación. Si las ventas minoristas online hacen que los precios se disparen más de lo que alguna vez lo hicieron, los creadores de políticas deberían ser más reacios a hacer cambios de política abruptos en base a oscilaciones de corto plazo en precios para el consumidor.

Alan Krueger, economista en la Universidad de Princeton, argumentó que cuando los trabajadores tienen pocos patrones potenciales entre los cuales elegir, podrían tener menos capacidad para exigir un sueldo más alto y se vuelve más fácil para los patrones coludir para limitar los sueldos, ya sea a través de tratos explícitos tras bambalinas o señales más sutiles.

Pero al mantener bajas las tasas de interés y permitir que el mercado laboral se fortalezca, los patrones podrían descubrir con el tiempo que no les queda más opción que incrementar el sueldo de los trabajadores. “Permitir que el mercado laboral funcione con más intensidad de lo que haría de otro modo podría hacer que la colusión se venga abajo”, dijo Krueger. “Si la colusión sí mengua, los salarios y el empleo aumentarían”.

Otra monografía, presentada por el economista Alberto Cavallo de la Universidad de Harvard, presenta evidencia de que los algoritmos usados por Amazon y otros minoristas online, con sus pecios constantemente en ajuste, podrían significar mayores fluctuaciones en la inflación en general en caso de que haya oscilaciones en los valores de las divisas u otras conmociones.

Los minoristas físicos suelen ser lentos para cambiar precios debido a alguna perturbación temporal, como un repunte en el valor del dólar o una caída en los precios de la nafta, pero los minoristas online pueden reflejar los precios cambiantes casi de manera instantánea.

Quienes estudian la organización industrial o políticas antimonopolio se están dando cuenta de que podrían tener bastante que aprender sobre el funcionamiento interno de la economía: los detalles sobre cómo las empresas compiten, fijan precios y contratan a la gente.

Ayuda que haya una veta cada vez más sustanciosa de investigación basada en la habilidad para procesar enormes acervos de datos de compañías individuales.

“Analizar el tamaño y la huella de las firmas no ha sido convencional, pero parece tener una base muy amplia y ser una señal de algo que vale la pena tomar en serio”, dijo Esther George, quien dirige el Banco de la Reserva Federal de Kansas City.

© 2018 The New York Times
  

Lasalle lector de Adam Smith

Se suele decir que la unión de los patronos es muy rara y que la de los trabajadores es muy frecuente.
Pero los que, de acuerdo con estos dichos, piensen que los patronos raramente se unen, son tan ignorantes de lo que pasa en el mundo como de este asunto.
Los patronos están siempre y en todas partes en una especie de acuerdo tácito, pero constante y uniforme, para no elevar los salarios por encima de su nivel actual.
La violación de dicho acuerdo es, en todas partes, impopular, y somete a quien así procede al reproche de sus vecinos e iguales.
De hecho, oímos poco de estas uniones porque es lo normal, incluso se puede decir que es el estado natural de cosas de las que nunca se oye hablar.
Los patronos constituyen, a veces, incluso uniones específicas para reducir los salarios por debajo de aquel nivel.
Estos acuerdos se llevan a cabo siempre con el más absoluto silencio y secreto hasta que se ejecutan, y nunca se hacen públicos cuando los trabajadores se someten, como a veces ocurre, sin resistencia.
No obstante, estas uniones se encuentran a menudo frente a uniones defensivas de los trabajadores, quienes en ocasiones, sin existir siquiera una provocación de este tipo, se unen para elevar los salarios.
Las razones que esgrimen estriban a veces en el alto precio de los bienes de subsistencia y, a veces, en los grandes beneficios que los patronos sacan de su trabajo.
Ahora bien, sean sus uniones defensivas u ofensivas, se suele hablar mucho de ellas.
Para precipitar una solución recurren siempre a grandes alborotos y a veces a la violencia y a los atropellos más sorprendentes.
Están desesperados y proceden con el frenesí propio del hombre en ese estado, cuya alternativa es morirse de hambre o forzar a sus patronos a que, por miedo, cumplan sus exigencias.
En estas ocasiones los patronos reclaman tanto como ellos, y exigen la ayuda de los magistrados civiles, y el cumplimiento riguroso de las leyes establecidas con tanta severidad contra la asociación de sirvientes, trabajadores y jornaleros.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Sindicatos, según Adam Smith; traducción e interpretación, sujetas a crítica.




sábado, 14 de noviembre de 2009

Sindicatos, según Adam Smith; releyendo los clásicos.

An inquiry into the nature and causes of the wealth of nations.
Adam Smith - 1864 - 429 páginas; hacer clic aquí.
An inquiry into the nature and causes of the wealth of nations: ...
Adam Smith, Germain Garnier (comte) - 1852 - 429 páginas, hacer clic aquí.
CHAP. VIIL
OF THE WAGES OF LABOUR.



lunes, 29 de abril de 2013

Blue, Inflación y economistas argentinos; volver a Adam Smith para no quedar a la derecha gremial de Adenauer, 1949/63.




Marx y Engels bramaban contra el judío de Breslau, por su ignorancia sobre la ciencia sombría y su acendrado carácter de Realpolitik.

Aunque reconocían, a regañadientes, su genio como agitador/organizador, siendo el mas temido por las Burguesías liberales y la Reacción aristocrática alemana.

Ahora bien, es cierto que Lasalle no era un “economista”, sino un “constitucionalista” de enorme envergadura; leer “¿Qué es una Constitución?”

Donde fue mucho mas allá de los “fetiches” de los “Contratos”  y lo “Constitucional” de las Burguesías Progresistas, esclareciendo sobre los “factores de Poder” y el “Poder Organizado”.

Como tal, al leer a Adam Smith, descubrió que la “clave” no era la “Economía de por si y ante si”; sino el “Magistrado” o sea el Estado y sus cañones

O sea, “Organización social” vía Sindicatos y Organizaciones Libres del Pueblo, y sufragio universal para “disputar” el “Estado”.

Las Ganancias y Beneficios SIEMPRE están “apoyadas” por las bayonetas como ultima instancia.

Como el peronismo liquido al Partido Militar como Poder Organizado, el FMI descuenta “condicionar” a quien gane en 2019.

Como Menem en 1989 y Tsipras de Grecia en 2015.