jueves, 16 de junio de 2011

La Mochila de Manolo (2)


Tiempos de la Republica, no de la Democracia; los Radicales Yrigoyenistas estaban Presos y/o Proscriptos, y el Fraude era Patriótico.

En la Argentina, el Oficialismo era la Concordancia; Alianza de Radicales Antipersonalistas, Conservadores y Socialistas Independientes (Libertinos).

La Oposición, Parlamentaria “Fiscalizadora”, eran los Demócratas Progresistas y el Partido Socialista (Familia Puritana).



Un Socialista Oligarca

El debate sobre los nuevos proyectos económico-financieros de Federico Pinedo se inició en Diputados el 27 de febrero y estuvo plagado de interrupciones e imputaciones.

Entre otras se acusó al ministro de Hacienda de usar la radio oficial para difundir sus planes, pero sin permitir a la oposición disfrutar del mismo derecho.

El diputado socialista José Luis Pena afirmó que las graves incursiones proyectadas sobre el crédito público y la moneda estaban destinados a encubrir las operaciones del llamado Instituto Movilizador de Inversiones Bancarias, con el que se trataba de salvar a algunos malos bancos.

"El ministro de Hacienda no es responsable de esta situación -enfatizó- pero es responsable de buscar soluciones para sacar a flote situaciones personales y de clase".

Para corroborarlo, detalló: "el Banco de la Nación tiene 227 millones de pesos en créditos incobrables de personas y firmas totalmente arruinadas; el Banco El Hogar Argentino con un capital de 50 millones tiene prestados más de 42 millones, casi tanto redescuento como capital; el Banco Tornquist, uno de cuyos síndicos es Roberto M. Ortiz, con un capital de 7 millones y medio ha recibido 40 millones de redescuento; el Banco Español con 28 millones de capital supera los 76 millones de redescuento, y el Banco Argentino-Uruguayo con un capital de 2.700.000 pesos recibió en redescuentos 55 millones, o sea veinte veces su capital".

"¿Qué podrá movilizar el Instituto Movilizador que no sean estos grandes clavos?", preguntó Pena, agregando enseguida:

"Este gobierno -que no ha sido capaz de ocuparse de la situación desgraciada de millares de hombres que no encuentran trabajo y que están viviendo a lo largo de las vías ferroviarias, debajo de una arpillera y que uno no sabe cómo comen ni viven; este gobierno que no ha organizado nada para aliviar la situación desgraciada de este conjunto enorme de trabajadores, concibe, sin embargo, este plan para aliviar la situación de algunos privilegiados".

Terminó reprochándole al ministro de Hacienda el cambio de sus ideas monetarias, pues mientras fue afiliado socialista pensaba sobre esas materias como lo hacía el partido al que pertenecía.

"El señor diputado Pena me increpa por la supuesta defección a mis viejas ideas de antiguo exégeta de Marx -contestó Pinedo-, convertido ahora en el defensor de los peores intereses oligarcas y conservadores.

Y no hago con eso sino volver a lo que fui: un socialista oligarca.

Oligarca por naturaleza, socialista por convencimiento; sigo creyendo, no obstante mi posición en la política y mi posición en el gobierno, que no estamos en un Estado perfecto.

Sigo viendo las fuentes de privilegio donde las vi siempre; sigo considerando legitimo lo que consideré legítimo.

Me aparté en el campo político del árbol que no da frutos.

Pensé que si se habían secado algunos fuertes organismos, también habían perdido su lozanía otros, y que en esas circunstancias lo que era el deber de los argentinos, lo que era el deber de los hombres que ocupan un lugar en el terreno político de la República era formar la fuerza gobernante capaz de encauzar a este país por sendas de progreso".

En el Senado, la consideración de los proyectos se desarrolló en medio de un permanente duelo verbal entre de la Torre y Pinedo.

"Los planes monetarios del ministro de Hacienda se me presentan como una poderosa máquina de destrucción, que no va a dejar piedra sobre piedra, en el acervo que a través de innumerables vicisitudes venía conservando la Nación -expresó preocupado el fundador del Partido Demócrata Progresista-.

A mí el doctor Pinedo no me convence del todo; sospecho que su sabiduría es infundida por el doctor Prebisch, y le sucede que a veces se olvida de lo que el doctor Prebisch ha dicho y se producen las contradicciones; el doctor Prebisch va por un lado y el ministro por otro.

El doctor Prebisch le escribe todos los mensajes, le prepara todos los proyectos, le redacta todos los reportajes, le prepara todas las memorias, le suministra todo el material de información bancaria y monetaria que luego él exhibe como fruto de sus investigaciones personales.

La mayor parte de esta maniobra que se llama Banco Central, tiene un carácter fiscal: tiende a pagar el déficit acumulado o, por lo menos, parte del déficit, con el oro de la Caja de Conversión; y tiende a abrir nuevos horizontes para nuevos endeudamientos del Poder Ejecutivo".

"Comprendo que se pueda agitar mucho la opinión alrededor de dos o tres palabras: la inflación -respondió Pinedo-.

Un Banco de emisión es un banco que puede hacer billetes, luego un banco de emisión es un instrumento de inflación.

El argumento es de una simplicidad tal como para las escuelas primarias.

¡Pero no todo es así.

Si hoy tenemos elementos inflacionistas en nuestras manos y no los usamos, ¿por qué se cree que cuando tengamos estos otros elementos los vamos a usar?".

"El señor ministro de Hacienda siempre está seguro de lo que no va a suceder.

Pongamos en el caso de que trogloditas o negros del África Central, lleguen al gobierno y sean emisionistas -prosiguió de la Torre- ¿por qué se les allana el camino imprudentemente?

¿Por qué no los deja que tengan mañana que afrontar ellos a la Nación votando una ley que los autorice a emitir 5.800 millones?

Usando una vieja imagen, yo diría que este proyecto tan caro al señor ministro de Hacienda coloca al país encima de un barril de pólvora.

Todo andará regularmente mientras no se encienda la mecha, pero la mecha está ahí a la vista y al alcance de cualquier gobierno inconsciente que quiera encenderla.

Y no podemos tranquilizarnos cuando ya vemos la inconsciencia que hay en este mismo acto, en que, sin necesidad, se coloca al país encima del barril de pólvora".

Finalmente, la creación del Banco Central formó parte de un cuerpo de seis leyes sancionadas el 21 de marzo y que se promulgaron bajo los números 12.155/60, una semana después.

LA MEDALLA

A uno de los participantes de esos debates, José Luis Pena, le requirió Panorama su opinión.

"La mayor parte de los economistas de la época -rememoró- atribuyeron la enorme baja de todos los precios a una progresiva valorización del oro originada por la lucha entre los principales países para adquirirlo; fue entonces cuando Pinedo concibió los proyectos sancionados por el Congreso".

"El partido Socialista se había fundado a fines del siglo anterior levantando la bandera de la moneda sana y combatió la ley de 1899 que limitó el valor de la moneda (originario de 100 centavos a 44 centavos oro).

El plan de Pinedo, Oscar A. Troncoso
Revista Panorama abril 1971, hacer clic aquí.



Sobre la “Familia Puritana”

“Dentro del PS tres líneas familiares se cruzaron una y otra vez en una trama que abarca cuatro generaciones.

Las tres líneas originarias eran Justo-Castro Ramírez, padres de Juan B. Justo; Chertkoff-Demirov, padres de las hermanas Fenia, Adela y Mariana Chertkoff (casadas respectivamente con los Fundadores del PS Repetto, Enrique Dickmann y Juan B. Justo), y finalmente la línea Dickmann-Zalkind, padres de los hermanos Dickmann”.


Algunos nombres de los “Libertinos”.

Antonio de Tomaso, Héctor González Iramain, Pedro Revol, Alfredo Spinetto, Edmundo Tolosa, Agustín Muzio, Jacinto Boix, Jorge Boragina, Armando Botto, Nicolás Cubelo, Juan Darrieux, Emilio Ferreras, Carlos Kelly, Ubaldo Mazzaluomo, Atilio Moro, José Paolucci, Luis Pagano, Miguel Pizza, Luis Poggi, Germinal Rodríguez, Augusto Bunge, Federico Pinedo y Roberto Noble.


Fuente, hacer clic aquí: Conflictos en el interior del socialismo. Coyuntura divisionista y génesis organizativa del Partido Socialista Independiente. 1927-1928.

Pablo Pérez Branda, Universidad Nacional de Mar del Plata, Facultad de

Humanidades, Dpto. de Historia, CONICET.

Ponencia presentada en la V Jornadas Nacionales Espacio, Memoria e Identidad. Rosario 8, 9 y 10 de octubre de 2008.

Progresismo Argentino y Pirandello.

Top Five: separaciones y romances escandalosos

Desde Susana Giménez y el famoso cenicero hasta triángulos muy polémicos, un repaso por esas rupturas y relaciones que dieron que hablar

http://www.lanacion.com.ar/1381743-top-five-separaciones-escandalosas


Pino Solanas rompió con Binner y presentará un frente nacional propio

De cara a los comicios de octubre, cerró una alianza integrada por Proyecto Sur, MST y el PSA; malestar con el socialismo y el GEN.

http://www.lanacion.com.ar/1381941-pino-solanas-rompio-con-binner-y-presentara-un-frente-nacional-propio


“…il contrasto tra l'apparenza e la realtà…”

Così è (se vi pare); haciendo clic aquí, audio de Radio Nacional, “Las dos carátulas”.

Mochila de Manolo (1)

Tercer punto: la relación del aforismo con el humor y la ironía.

Quienes leen a Nietzsche sin reírse mucho y con frecuencia, sin sufrir de vez en cuando de ataques de risa, es como si no lo hubiesen leído.

Y esto no vale sólo para Nietzsche, sino para todos los autores que constituyen ese preciso horizonte de nuestra contra- cultura.

Lo que manifiesta nuestra decadencia, nuestra degeneración, es la manera en que tenemos necesidad de recurrir a la angustia, a la soledad, a la culpabilidad, al drama de la comunicación y a todo lo que hay de trágico en la interioridad.

Sin embargo, hasta el propio Max Brod nos cuenta que el auditorio no podía evitar partirse de risa mientras Kafka leía El proceso.

Y es como mínimo difícil leer a Beckett sin reírse, sin ir de un rato de alegría a otro.

La risa, y no el significante.

Risa, esquizofrénica o revolucionaria, es lo que emana de estos grandes libros, y no la angustia de nuestro narcisismo privado o de los terrores de nuestra culpabilidad.

Podemos llamar a esto «la comicidad de lo sobrehumano» o «el payaso de Dios», pero los grandes libros siempre irradian una indescriptible alegría, aunque hablen de cosas horribles, desesperantes o terroríficas.

Todo gran libro opera en sí una transmutación y constituye una salud futura.

No es posible dejar de reír mientras se desbaratan los códigos.

Al poner el pensamiento en relación con el exterior, surgen momentos de risa dionisíaca, y en eso consiste el pensamiento al aire libre.

Nietzsche se encuentra a menudo ante algo que juzga repugnante, innoble, vomitivo.

Pero le hace reír.

Si es posible, lo exagera.

Dice: vayamos mas lejos, aún no es lo suficientemente asqueroso; o bien: es admirable lo repulsivo que es, es una maravilla, una obra maestra, una flor venenosa, al fin «el hombre empieza a ponerse interesante».

Así es, por ejemplo, como Nietzsche considera y trata la mala conciencia.

Pero siempre hay comentadores hegelianos, comentadores de la interioridad, que tienen atrofiado el sentido de la risa, y dicen: he aquí la prueba de que Nietzsche se toma en serio la mala conciencia, hace de ella un momento en el camino de la espiritualidad hacia sí misma.

Sobre el modo como Nietzsche concibe la espiritualidad pasan de puntillas, porque huelen el peligro.

Vemos, pues, que si Nietzsche da lugar a contrasentidos legítimos, también hay contrasentidos enteramente ilegítimos, los que recurren al espíritu de la seriedad, de la gravedad, al mono de Zaratustra, es decir, al culto a la interioridad.

La risa de Nietzsche remite siempre al movimiento exterior de los humores y las ironías, y este movimiento es el de las intensidades, el de las cantidades intensivas que han expuesto Klossowski y Lyotard: juego de altas y bajas intensidades, o bien una intensidad baja que puede socavar la más alta e incluso igualarla, y también al contrario.

Este juego de las escalas intensivas es lo que gobierna los vuelos de la ironía y los descensos del humor de Nietzsche, desplegándose como consistencia o cualidad de vivencia en su relación con el exterior.

Un aforismo es una materia pura hecha de risa y alegría.

Si somos incapaces de encontrar en un aforismo algo que nos haga reír, esa distribución de humor e ironía y ese reparto de intensidades, entonces no hemos entendido nada.

Y aún queda un último punto.

Volviendo al gran texto de La genealogía sobre el Estado y los fundadores de imperios:

«Llegan igual que el destino, sin motivo, razón», etcétera (d).

Podemos reconocer en él a los llamados «hombres de la producción asiática».

Basándose en las comunidades rurales primitivas, el déspota construye su máquina imperial que todo lo sobrecodifica con la burocracia y la administración que organiza las grandes obras y se apropia del excedente («en poco tiempo surge, allí donde aparecen, algo nuevo, una concreción de dominio dotada de vida, en la que partes y funciones han sido delimitadas y puestas en conexión, en la que no tiene sitio absolutamente nada a lo cual no se le haya dado antes un «sentido» en orden al todo»).

Pero también podemos preguntarnos si este texto no reúne dos fuerzas que pueden distinguirse en otro sentido - y que Kafka, por su parte, distinguía y hasta oponía en La muralla china- .

Cuando se investiga el modo en que las comunidades primitivas segmentarias han sido sustituidas por otras formaciones de soberanía, cuestión que Nietzsche plantea en la segunda disertación de La genealogía, vemos que se producen dos fenómenos estrictamente correlativos, pero del todo diferentes.

Es verdad que, en el centro, las comunidades rurales quedan atrapadas y regladas en la máquina burocrática del déspota, con sus escribas, sus sacerdotes, sus funcionarios; pero, en la periferia, las comunidades emprenden una especie de aventura, con otra clase de unidad, nomádica en este caso, en una máquina de guerra nómada, y se descodifican en lugar de dejarse sobrecodificar.

Hay grupos enteros que se escapan, que se nomadizan: no como si retornasen a un estadio anterior, sino como si emprendiesen una aventura que afecta a los grupos sedentarios, la llamada del exterior, el movimiento.

El nómada, con su máquina de guerra, se opone al déspota con su máquina administrativa; la unidad nomádica extrínseca se opone a la unidad despótica intrínseca.

Y, a pesar de todo, son fenómenos tan correlativos y compenetrados que el problema del déspota será cómo integrar, cómo interiorizar la máquina de guerra nómada, y el del nómada cómo inventar una administración del imperio conquistado.

En el mismo punto en el que se confunden, no dejan de oponerse.

El discurso filosófico nació de la unidad imperial, a través de muchos ava­tares, los mismos que conducen desde las formaciones imperiales hasta la ciudad griega.

E incluso en la ciudad griega el discurso filosófico mantiene una relación esencial con el déspota o con su sombra, con el imperialismo, con la administración de las cosas y de las personas (se encuentran todo tipo de pruebas de ello en el libro de Léo Strauss y Kojève sobre la tiranía) (e).

El discurso filosófico siempre ha permanecido en una relación esencial con la ley, la institución y el contrato que constituyen el problema del Soberano, y que atraviesan la historia sedentaria que va de las formaciones despóticas hasta las democráticas.

El «significante» es en verdad el último avatar filosófico del déspota.

Si Nietzsche se separa de la filosofía es quizá porque es el primero que concibe otro tipo de discurso a modo de contra- filosofía.

Es decir, un discurso ante todo nómada, cuyos enunciados no serían productos de una máquina racional administrativa, con los filósofos como bu­rócratas de la razón pura, sino de una máquina de guerra móvil.

Acaso sea éste el sentido en el que Nietzsche anuncia que con él comienza una nueva política (lo que Klossowski ha llamado el complot contra la propia clase).

Sabemos bien que, en nuestros regímenes, los nómadas no tienen cabida: no se escatiman medios para regularlos, y apenas consiguen sobrevivir.

Nietzsche vivió como uno de esos nómadas reducidos a no ser más que su sombra, de pensión en pensión.

Pero, por otra parte, el nómada no es necesariamente alguien que se mueve: hay viajes inmóviles, viajes en intensidad, y hasta históricamente los nómadas no se mueven como emigrantes sino que son, al revés, los que no se mueven, los que se nomadizan para quedarse en el mismo sitio y escapar a los códigos.

Sabemos que el problema revolucionario, hoy, consiste en hallar una unidad de las luchas puntuales que no reconstruya la organización despótica o burocrática del partido o del aparato de Estado: una máquina de guerra que no remitiría a un aparato de Estado, una unidad nomádica en relación con el Afuera, que no se sometería a la unidad despótica interna.

Esto es quizá lo mas profundo de Nietzsche, la medida de su ruptura con la filosofía tal y como aparece en el aforismo: haber hecho del pensamiento una máquina de guerra, una potencia nómada.

E incluso aunque el viaje sea inmóvil, aunque se haga sin moverse del lugar, aunque sea imperceptible, inesperado, subterráneo, hemos de preguntar: ¿quiénes son hoy los nómadas?

¿Quiénes son hoy nuestros verdaderos nietzscheanos?

http://estafeta-gabrielpulecio.blogspot.com/2010/07/gilles-deleuze-pensamiento-nomada-sobre.html