sábado, 17 de octubre de 2009

Modelo español.


El PP convoca un concurso en busca de argumentos contra el Gobierno

El Partido Popular ha convocado un concurso en el que podrán participar todos los ciudadanos que quieran dirigirse, en forma de discurso, al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, "para decirle qué piensan sobre su política y sus decisiones".

El PP quiere responder así a la afirmación que hizo recientemente Zapatero en el semanario norteamericano 'Newsweek' de que "sólo hace falta salir a la calle para ver que España no se hunde", por lo que, con esta iniciativa, pretende llevar al jefe del Ejecutivo "la voz de la calle", según explica el principal partido de la oposición en un comunicado.

Con el concurso, llamado 'Tu discurso para Zapatero', el PP asegura que continúa "con su compromiso de pegarse a la piel del país y escuchar sin miedo el latido de su cuerpo social", prestando su "altavoz a los ciudadanos para que le digan a Zapatero cómo ven y qué opinan de la situación de España y de la acción de su Gobierno".

El concurso consistirá en escuchar la opinión de los ciudadanos y sus argumentos expresados en forma de discurso. De este modo, el PP indica que su pretensión es que los ciudadanos "se sitúen simbólicamente en la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados para expresar su opinión".

El PP premiará el discurso más original, "con buenas ideas y buenos argumentos, que esté bien estructurado y que sea constructivo", añade el comunicado. Éste será difundido a nivel nacional tras ser leído en la Convención Nacional que el PP celebrará en Barcelona los días 13, 14 y 15 de noviembre, donde su autor tendrá la oportunidad de comentarlo con el presidente del partido, Mariano Rajoy.

El ganador será invitado al acto. El Partido Popular correrá con los gastos correspondientes al desplazamiento y a una noche de alojamiento. Las bases del concurso están expuestas en la web www.pp.es.

Para seguir leyendo, hacer clic aquí.

Modelo mejicano.


Las autoridades mexicanas anunciaron este viernes haber hallado los cuerpos totalmente descuartizados de nueve personas frente a una clínica en el municipio de Tlapehuala, donde el crimen organizado ha recrudecido su violencia.

La Familia Michoacana, uno de los mayores cárteles de la droga del país, se atribuyó el homicidio múltiple en dos mensajes que dejó en el lugar de los hechos. Allí, los agentes hallaron los cadáveres en la parte trasera de una camioneta que obstruía la carretera Altamirano-Iguala. La Policía encontró nueve bolsas de plástico con los torsos de los cuerpos y otras tantas con las cabezas y los miembros de las víctimas.

En el interior del vehículo, había dos cartulinas. En una se leía: "La Familia no mata a inocentes. Muere quien debe morir. Aquí está tu gente, recógela y ven a pelear". La otra rezaba: "Para que aprendan a respetar". Ambos mensajes firmados "F.M.".

Para seguir leyendo, hacer clic aquí

Modelo brasileño.


Doce muertos, ocho heridos, un helicóptero de la policía abatido y un camión y diez autobuses incendiados. La fotografía podría reflejar perfectamente el saldo de un enfrentamiento armado en una zona de conflicto, como Afganistán, pero en Río de Janeiro la realidad a veces supera el guión de cualquier película bélica. Ayer, la ciudad más turística de Brasil volvió a mutar en territorio de guerra. Los narcotraficantes sembraron el pánico en varios barrios de la deprimida zona norte de Río, donde las ráfagas y los disparon fueron el sonido ambiente durante toda la jornada.

Para seguir leyendo, hacer clic aquí.

Starbuck y Queequeg, una fabula militante


Nuestro negocio es cazar ballenas.

Tripulación del Pequod

Nosotros, a diferencia del Ejército, podemos promover un hijo de puta; pero nunca lo haríamos con un boludo.

En Alta mar nos puede matar a todos.

Almirante Isaac Rojas, durante la Guerra de Malvinas.


Moby Dick es iniciática, y no tiene nada que ver las aventuras amenas, o lo bien escrita que este.

Como los Viajes de Gulliver, Sandokan, el Quijote, o los cuentos de los hermanos Grimm; son formadores de carácter y por eso están dentro de la literatura juvenil.

A primera vista, cualquier bienpensante se horrorizaría de la violencia y crueldad que contienen estos relatos; que originalmente fueron escritos para adultos, y no para niños o púberes.

Pero su valor radica en la paleta de conductas que muestran, que están más cercanas a la crudeza de las situaciones límite, que a la vida normal en sociedad.

Lo que sucede es que confundimos la ingenuidad infantil con la inocencia, y los inocentes son el capullo de las victimas.

Todos hemos jugado a la mancha, o a la escondida; típicos juegos de persecución, y a nadie se le ocurre ver algo siniestro en estros juegos, ¡si están llenos de inocencia!

Pero nos solemos olvidar que son juegos evolutivos, aprendemos a sobrevivir jugando.

Como eludir a un depredador, sea por la fuga o por el ocultamiento; o, como rastrear o capturar a una pieza.

En la cadena alimenticia solíamos ser simultáneamente presas y depredadores, el gato Tom, que esta entre Jerry y Spike; ¿se entiende?

El Correcaminos y el Coyote, o Speedy Gonzáles y Silvestre; nos muestran, la importancia del estado físico para escapar, y la astucia y perseverancia para cazar.

Los cachorros de nuestra especie, aun en un mundo tecnificado; se excitan ante cualquier oportunidad de ejercer la depredación o el ocultamiento; no importa si es un pelotero o un juego en red.

Volviendo a Moby Dick; Toynbee le dedica todo un capitulo de su “Estudio de la Historia” a las diferencia que existen entre las migraciones por tierra y por mar.

En las últimas, los protagonistas deben abandonar no solo parte de su cultura material, sino también usos y costumbres, o Capital Simbólico.

En alta mar el status anterior cede ante la pericia, el sectarismo y la exclusión son contraproducentes, porque la competencia es avasallada por la cooperación obligada.

No hay forma de fugarse, ni de tiranizar sin limite, porque los limites físicos condicionan los comportamientos.

Ahora bien, es cierto que existe una jerarquía, pero esta basada en la pericia no en la violencia o el amor.

Todos hemos oído hablar, o visto algunas de las películas, del Bounty.

El malvado Capitán Bligh y el generoso Sr. Fletcher Christian; pero como los relatos están centrados en la isla de Pitcairn, y concluyen con la muerte de este ultimo; hay muchos datos que no son conocidos.

El Primer oficial se quedo con el buque y 11 tripulantes, mientras que el derrotado capitán tenía su chalupa abarrotada con 18 hombres de los 31 leales a él.

Christian obligo, a punta de pistola, a 13 de los hombres de Bligh a permanecer en el barco, para poder manejarlo.

Se dirigió a Tahití, donde 16 tripulantes huyeron o fueron abandonados; y el resto, junto a 6 polinesios y 11 mujeres terminaron en Pitcairn.

En menos de 11 años, solo sobrevivían 1 hombre de 15 y 9 de las 11 mujeres, y docenas de niños.

Como efecto colateral curioso, en 1838 Pitcairn fue la primera colonia británica donde las mujeres tenían el mismo derecho a voto que los hombres.

Aunque los problemas de “abuso” sexual de los menores sigue siendo un problema cultural aun hoy, hacer clic aquí.

Ahora bien, ¿que paso con Bligh y sus 18?

En una chalupa de 7 metros de largo navego 6710 Km. en 47 días; apenas con un sextante y un reloj de bolsillo; sin mapas ni brújula.

Solo perdió a un hombre frente a los caníbales, aunque media docena más murieron luego de llegar a la colonia portuguesa de Timor, por el rigor del viaje.

Es una distancia mayor a la que existe entre Buenos Aires y Ciudad del Cabo, o New York y Le Havre.

Bligh no era más rigorista que el grueso de los oficiales navales de la época, y muchos historiadores consideran que fue un oficial modelo, tenía una pericia excepcional; que lo llevo a ser uno de los oficiales principales del Capitán James Cook, hasta la muerte de este.

Pero sufría de un defecto imperdonable para Maquiavelo, no era lo suficientemente brutal para ser temido, ni lo suficientemente comprensivo para ser amado.

Fue uno de los capitanes afectados por los históricos motines de Spithead y Nore, donde el Almirantazgo se vio obligado a negociar condiciones con los tripulantes; hacer clic aquí.

En 1805, fue nombrado gobernador de Nueva Gales del Sur, o sea la penitenciaria de Australia.

Aquí enfrento a la oligarquía de funcionarios en la Rebelión del Ron, único golpe militar exitoso de Australia, donde fue depuesto.

Es interesante saber que los golpistas, que fueron retirados de Australia; fueron uno de los regimientos que combatieron en la Guerra Anglo-estadounidense de 1812.

Resumiendo, en situaciones normales uno querría estar lo mas lejos posible de Bligh; pero en situaciones de excepción, como señalo el Almirante Nelson en la Batalla de Copenhague, “ante la confusión siempre tomara la decisión correcta”.

Moby Dick es un manual ejemplos de esta tensión entre pericia y convivencia.

A groso modo, podemos personalizar la estructura social en 4 personajes por orden jerárquico.

Ahab, Starbuck, Queequeg e Ismael.

El primero es Lobo Alfa, Jefe o Conductor; su cargo siempre depende de su capacidad de reclutar, y esta de la pericia para lograr el éxito.

Sin éxito no hay superioridad, porque la tripulación tiende a mantenerse unida ante los riesgos; apoyando al Capitán, o destituyéndolo si demuestra no estar a la altura de las circunstancias.

Starbuck es el tipo ejemplar de la segunda línea, son los que están capacitados para remplazar al Capitán, pero a su vez deben asegurar la lealtad de la tripulación.

Es un dilema mortal, desean el puesto, pero deben trabajar para el éxito que solo refuerza a la cúspide.

Pero además deben responder a la base, si los fracasos se acumulan, deben ponerse a la cabeza de los amotinados; por que si no lo hacen a tiempo terminaran tan destituidos como el Jefe.

Ismael es la base, la tripulación abigarrada, lista para actuar sin directivas si la situación lo amerita.

En plena acción, tormenta o cacería de ballenas, no hay tiempo para las órdenes; hay que actuar en consecuencia con la circunstancia.

Se suman al grupo en base a la confianza que les genera el conjunto, por que la pericia de los Ahab parte desde la selección de los Starbuck y Queequeg.

Los Queequeg son difíciles de definir para aquellos que viven en sociedades fuertemente estratificadas que no son puestos a prueba.

Son los veteranos, que en situaciones normales tienen bajo rango, prácticamente el mismo de los Ismael.

Pero en ante las crisis, normales o excepcionales, se hacen cargo de la conducción táctica.

Es el arponero, no el oficial en la chalupa, quien decide como, donde y cuando.

Son momentos, como en la guerra, donde las jerarquías son subvertidas; hasta Ahab debe seguir ordenes.

O sino, tomar él mismo el arpón.

La extraña “familiaridad” de los veteranos con los superiores, para los extraños, esta fundada en la capacidad de supervivencia.

Seguir vivo, mientras el otro avanza, da derechos adquiridos; no solo son los comportamientos excéntricos, sino el lenguaje franco.

Generalmente son los Queequeg los primeros en notar como los errores se van a acumulando, y que a pesar de la sensación generalizada el desastre es inminente.

Cuando ven que los Starbuck no corrigen a los Ahab, como es su derecho y deber; y los Ismael no alcanzan a comprender, debido a su juventud e inexperiencia.

Preparan su ataúd; que es Simbólicamente, caja de herramientas, tesoro de sabiduría, y salvavidas para que los más jóvenes se conviertan en lo que es él.

Porque a diferencia de la segunda línea, no aspiran a la cúspide, y por lo tanto no hay conflicto de lealtad; siempre privilegian a los Ismael sobre los Conductores circunstanciales.

La Ley del Mar exige abandonar todo para recatar a los náufragos”.

Tripulación del Rachel.

El pecado del Pequod no fue perseguir a Moby Dick, que solo era una ballena, y ese era su negocio.

Sino rechazar el pedido de auxilio del Rachel; sin seguridad de reciprocidad no hay tripulación, y no existe pericia que lo pueda remplazar.

El Lobo alfa, concepto de moda gracias a Duran Barbas, es imposible si no logra reclutar.

No importan las simpatías y afinidades, los éxitos y la pericia, una vez que se rompe nunca lograra reconstruirse; y apenas se toque puerto desertaran.

No elegirán su nuevo destino por los Ahab o Starbuck; sino por los Queequeg, que ya estarán preparando los reemplazos.

¿Que hubiera pasado si el Pequod se sumaba al Rachel?

No es seguro que lograran encontrar a su huérfano, pero si que se cruzaran con Moby Dick, y ahí la venganza conjunta seria terrible.

El Leviatán no podría sobrevivir al ataque simultáneo.

Claro que en esta versión perderíamosCall me Ishmael”, pero tendríamos un par de docenas mas de supervivientes; y su negocio seguiría siendo cazar ballenas.

En fin, ¿para que gastarse?, si quienes son tripulantes ya lo saben, y quienes solo son pasajeros nunca lo entenderán.

Porque hay muchos Ismael entre nosotros, el deber que tenemos los Queequeg es legarles nuestros ataúdes como salvavidas.