viernes, 22 de mayo de 2009

Reuters, bajarían la calificación de USA, S&P rebaja calificación de UK.

Srs, hagan sus apuestas.

 

S&P rebaja calificación de economía británica

http://eleconomista.com.mx/notas-online/internacional/2009/05/21/sp-rebaja-calificacion-economia-britanica

 

Pimco: mercado teme EEUU pierda calificación AAA

http://lta.reuters.com/article/businessNews/idLTASIE54K2BP20090521

 

¿Donde deje el numero del chapulín colorado?, Anónimo Bostero al no poder comunicarse con su Broker, que tiene todo desconectado hasta el martes. 

Clientelismo, y el tronar del escarmiento; 0.

Alejandro en La Barbarie hace una “Critica de El Conurbano”, hacer clic.

Donde MEC realiza la pregunta del sillón de Rivadavia.

Mejor dicho, explica la imposibilidad de construir “desde abajo”, ya que lo explica es la “falta de maniobra”, por así decirlo, de ciertos sectores populares. 

Pero, ¿qué pasa con los intendentes?

¿Por qué ningún partido político ha podido proponer una fórmula diferente “desde arriba”?

 Repito: no ha podido hacerlo ni el PJ, ni la UCR, ni el frepaso, ni el PC, ni el sabattellismo.

Si, de hecho, la responsabilidad última es el la manera en que el modelo macro-estatal crea y/o gestiona ciudadanía; es decir, si se depende del margen de maniobra que le deja el estado nacional, estaríamos diciendo que la posibilidad real de maniobra de un intendente es acotada a los resquicios que le deje la estructuración macro que hace el estado nación.

Si esto fuera así, lo único que podría hacer un intendente sería gestionar estos resquicios mejor (Sabattella) o peor (tantos otros).

En un contexto de, además, tremendas desigualdades de recursos.

Entonces, pedirles más es pedirles peras al olmo. 

La vía defensiva sería la única posible.

No sé si esta es la respuesta, y dios evite que yo aparezca como defendiendo prácticas políticas que no crean ciudadanía. 

Pero me interesa contestar a la pregunta, ¿cuáles son las prácticas políticas transformadoras y generadoras de ciudania popular que están fácticamente, hoy y aquí, al alcance de los intedentes del conurbano?

¿Vos cómo te imaginás que podrían ser esas prácticas real y efectivamente? ¿Qué consejos le darías al Príncipe, o en su defecto a Descalzo?

Si no es un one case comparison.
Genial el debate, debería ser publicado”.

 

Para construir desde “desde arriba” hace falta el Estado, y no me refiero solo a los Ministros o sub. Secretarios, sino a la estructura formal que recolecte y analice la Información; para luego presentarle al ejecutivo las acciones alternativas.

En el nº 4, la nota de Clarín de hace  10 AÑOS, es un pequeño ejemplo de lo que NO SE HIZO.

Aceptemos por un momento que todo lo que se dice del menemismo y el duhaldismo es cierto; fomentan la pobreza para poder medrar con las masas esclavizadas.

Entonces, ¿Estaban los esclarecidos miembros de la Alianza, progresistas y centro izquierda por definición, juntando data en el campo para poder liberar a los Clientelizados?  

Parece que no, porque de lo contrario no les hubiera estallado en la cara el 2001, por mas que Rucucu hubiera complotado para sustituir a de la Rua.

Hoy, intentar “construir por arriba” tiene un sentido univoco, reconstruir el Estado generando una Burocracia de Estado, que remplace a las Militancias territoriales y sindicales.

Para que estas se dediquen a su función especifica, la búsqueda de calidad Social e Institucional dentro del Sistema Político.

 

Sobre la imposibilidad de construir “desde abajo”, es un problema con dos dimensiones.

La primera son los presupuestos disponibles, con el Conurbano hemos puesto sobre la mesa la escasez de recursos propios que se tienen a disposición.

En esa situación solo es posible emparchar los problemas que se enfrentan sobre la marcha, ni siquiera se puede planear a mediano plazo; porque no existe ni la seguridad de tener en tiempo y forma, lo mínimo requerido para la reasignación.

Las soluciones solo pueden venir del PEN nacional, como en la década 1945/55.

La segunda esta relacionada con las formas representativas, desde la Reforma Bignone existe una tendencia a subrepresentar fuertemente a las aglomeraciones urbanas.

El Pacto de Olivos es el mejor ejemplo; la eliminación de electores era para balancear las posibilidades de la UCR, fuerte en el Litoral y la CABA, frente a la hegemonía de los Feudales en el Interior Profundo.

A los Clientelizados solo les queda como arma su peso para la elección de Ejecutivos; y estos últimos están fuertemente mediatizados por los Legislativos, con sobre representación federal o rural, y los Judiciales; recordar la Corte de Nazareno. 

A estas dos dimensiones hay que sumarles las formas de interacción política, son cuerpo a cuerpo, no hay manera de interponer barreras que los protejan físicamente del humor popular.

Se esta a la distancia de un puntazo, como se puede ver en los casos de Magalhaes, o los Juárez.

Un loco suelto, o una muchedumbre enojada, y arden las antorchas.

Inclusive, te podes encontrar en la terrible situación que tu cabeza depende de encabezar la protesta frente a situaciones que están más allá de tus potestades como funcionario.

Ya no sos un representante del Estado frente a los Ciudadanos, sos un Delegado de tus Vecinos y Compañeros ante el abandono del Estado.

El tronar del escarmiento, puede dirigirse contra una Comisaría, un Juzgado; o Dios no lo permita, contra el Palacio Municipal.

Poner el cuerpo, para que te puteen, te escupan, te quieran golpear; también es contención; Reutemann e Ibarra marcan la diferencia.

Las responsabilidades del primero, en la inundación de Santa Fe, palidecen frente al abandono del segundo en Cromagnon.

El “pecado” de Ibarra fue desertar frente al dolor, negarse a hacerse cargo de los sobrevivientes, cuando mas lo necesitaban en el desamparo.

Luís D’Elia recordaba afectuosamente a Federico Russo, durante el sitio del 2008.

Para quienes no lo sepan, Federico encabezaba la Coalición Herminista que administraba La Matanza de 1983/91, en las antípodas ideológicas del FTV.

Pero frente a los asentamientos de los 80, fachos y zurdos debían deponer la beligerancia, para resolver el Aquí y Ahora; que es lo único que importa.

Los Movimientos Sociales olvidaron esa regla básica, no hay Mañana sin concretar el Hoy.

Como decían los Intendentes, o sus representantes, en las Asambleas del 2002.

“Dejemos de boludear, que los Compañeros voten; o hacemos las listas de los bolsones de comida, o me cuelgan y marchan a tomar el Palacio de Invierno”

Es brutalmente sencillo, para realizar una Revolución elegís un Presidente, los Intendentes solo son “solucionadores de problemas”; como definía Javier Auyero.

Están a cargo del Aquí y el Ahora; y su permanencia, décadas o meses, depende de resolverlo lo mas satisfactoriamente posible.

¿Por qué políticos con imagen positiva superior al 50% atan su suerte a Néstor K?

¿Por qué no se fugan Curto, Gutiérrez, Ishi, Massa, Espinosa, o Descalzo?

Esa duda fue expresada en voz alta por Mariano Grondona en su programa del domingo 10 de mayo.

Porque más allá de las diferencias ideológicas, y la desconfianza política mutua, enfrente no se percibe ni la más mínima preocupación por resolver la diaria.

¿Alguien se molesto en explicar públicamente las metodologías de aplicación y control de la Asignación Universal?

¿Dónde van a estar las Oficinas que entreguen la tarjeta, y se pueda reclamar por su perdida o falla?

¿Cómo se organiza el cobro en Municipios como José C Paz, donde solo hay 2 Sucursales bancarias para 300.000 habitantes?

Si solo se puede utilizar para la compra, ¿Cómo hacen aquellos que están a más de 2 horas en colectivo de los posnet de Carrefour o Jumbo?

¿Tienen que perder 4 horas por semana para comprarse la polenta o la leche?

El Poder del FAM, como el de la CGT, no es ofensivo; sino defensivo, de veto.

Yo; Intendente de Quemu Quemu, no estoy con Carrio o Macri, porque no confió en que me den soluciones.

Y si no me dan soluciones a mí, yo no les puedo resolver los problemas a mis clientes.

 

 

 

 

 

Clientelismo, y el tronar del escarmiento; 5.

“Critican el clientelismo para cuestionar los propios planes, cuando los verdaderos ejes de la discusión deberían ser los paupérrimos y escasos recursos económicos que se destinan a los planes sociales”, afirmó a Página/12 el sociólogo Javier Auyero, profesor de la Universidad del Estado de Nueva York –donde actualmente reside–, para diferenciar las críticas interesadas contra los subsidios a pobres y desocupados. Investigador sobre temas de marginalidad y exclusión, y autor, entre otros libros, de La política de los pobres, insiste en que para terminar con el uso clientelar–partidario de los planes “no hay muchos secretos, hay que universalizarlos porque el clientelismo no es el responsable de la pobreza y la miseria”. 

–Un cruzamiento de datos realizado por la UCR reveló que el 51 por ciento de los beneficiarios de los planes Jefas y Jefes de Hogar son afiliados a partidos políticos. ¿Se puede afirmar con este sólo dato que el reparto de subsidios está asociado al uso clientelar de los mismos?

Primero habría que ver qué porcentaje de afiliados hay en relación a la población mayor de 18 años. Segundo, en la Argentina está afiliado todo el mundo, los padrones no han sido depurados. Asociar afiliación partidaria con distribución de planes sociales y clientelismo es una suerte de acto de fe. Tercero, contradiciendo lo anterior, en realidad no me sorprende: hace dos años atrás un estudio del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) afirmó que los programas sociales y en particular los planes Jefas y Jefes de Hogar se ha hecho por canales partidarios. Lo que da cuenta que es un recurso con el que se mantiene la maquinaria política. 

–Pero éste dato ha pasado a ser el principal eje de las críticas a los planes que sostienen económicamente a cientos de miles de personas.

–Son recurrentes las críticas al plan Jefas y Jefes y a su uso clientelar. Pero no critican el clientelismo sino al plan, cuando en realidad, la verdadera discusión es lo escaso de los recursos que se distribuyen y el acceso que no es universal, que debería ser el verdadero eje de la discusión. No si se lo utiliza clientelarmente, porque el clientelismo no es responsable de la pobreza, de la miseria.

–Tampoco hubo controles en las asignaciones. Lo manejaron los intendentes y los Consejos Consultivos o no se crearon o no funcionaron. 

–No voy a negar que se utilizan los recursos del Estado para hacer política partidaria, se llame clientelismo o intentos de manipulación o de monopolizar los recursos para aceitar y hacer funcionar la maquinaria política. El ejemplo más claro es el caso del peronismo, pero todos los partidos provinciales hacen más o menos lo mismo, incluso la UCR que elaboró el informe. 

–¿Esto ayudó a digitar las asignaciones por las que hoy se critican los planes?

Hay un otorgamiento personalizado. No es lo mismo estar dentro del partido que no estarlo. Había un lema de una tarjeta de crédito que decía “pertenecer tiene sus privilegios”. Pertenecer a un partido político tiene sus privilegios, esto es acceso más rápido a los recursos del Estado. Esto es así con el peronismo, y lo fue así con el radicalismo. No es sorprendente que alguien que esté en una red partidaria o de movilización como los piqueteros tenga mejor acceso a los recursos del Estado, porque alguien que está organizado tiene más poder, por decirlo así, que alguien que no lo está. Porque tienen más facilidad de acceso a la información. La red partidaria le garantiza saber cuándo se está empadronando. Esto fue lo que pasó al inicio del plan. El primero que se enteraba era el tipo que estaba en la unidad básica y cuando cerraron el padrón los que llegaron tarde, por falta de información, se quedaron afuera. Y esto no es por un sistema perverso, de un puntero maldito. Tiene que ver con su organización, sea política o piquetera.

–La oposición volvió a plantear duras críticas a la asignación de planes. 

–A mí me asombran el parroquialismo, el provincialismo y el localismo de la discusión que hay sobre estos temas en la Argentina. Se sabe en todo el mundo que al clientelismo o el patronazgo se lo combate con el acceso universal, en esto no hay mucho secreto y hay ejemplos históricos. El ejemplo más claro fue el propio Estados Unidos, donde el fin del Estado clientelar fue cuando se aseguró el acceso universal a los subsidios y ahora todos cobran en base a su número de documento y se acabó. Sin entrar de lleno en temas económicos, lo que habría que discutir para combatir en serio el tema del clientelismo y la pobreza es el ingreso ciudadano. Por su calidad de ciudadano y no de pertenecer a una organización política.

–Tampoco faltaron cuestionamientos empresarios a la supuesta deformación que los planes ejercen sobre el mercado laboral. 

–Hace un año se discutió, con bastante protagonismo de la Iglesia y la derecha, que el plan Jefas y Jefes desalentaba el trabajo y fomentaba la vagancia sin ninguna evidencia empírica sobre eso. Es una afirmación ilógica porque en la Argentina contemporánea nadie vive con 150 pesos. Todas las personas que yo entrevisté y con lo cual hice la investigación, ninguna recibe el plan Jefas y Jefes y se queda en casa. Igual salen a trabajar, aun si tienen que realizar alguna contraprestación, porque necesitan, nadie vive con 150 pesos ni siquiera con 350. Si alguien intenta subsistir con lo que el Gobierno define como canasta básica se muere de hambre. Es de sentido común. Es constante la crítica política y politizada del plan por su uso clientelar y por los efectos desalentadores del trabajo. Habría que preguntarse entonces cuáles son los salarios que se pagan en la Argentina, para que un plan de apenas 150 pesos desaliente a una persona a conseguir un trabajo. 


–¿Qué hubiese pasado si los planes no hubieran existido?

–Su implementación, hace más de dos años, disminuyó considerablemente el nivel de conflictividad social en un país sumergido en una grave crisis económica y social. Las organizaciones piqueteras ayudaron a contener a la gente más marginada y desesperada. Las molestias que ocasionan los piqueteros, en problemas cotidianos como el tránsito vehicular, son infinitamente menores a los problemas que esas organizaciones lograron evitar organizando y ayudando a los desocupados. Como algunas vez lo plantee, la clase media debería estar agradecida a los piqueteros.

 http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-56419-2005-09-13.html


Clientelismo, y el tronar del escarmiento; 4.

Ni prerrevolucionarios ni irrelevantes para la historia -como se los interpretó de manera contrapuesta en 1989-, los saqueos implicaron un rechazo de las condiciones existentes, aun sin revelar conciencia política.

El motín popular de Santiago del Estero en 1993 o los cortes de ruta de Cutral Có o Jujuy en 1997 promovieron un vínculo original entre las instituciones y los reclamantes, casi sin mediaciones políticas.

Así concluye el historiador Nicolás Iñigo Carrera, que investiga junto a otros pares en el Programa de Investigación sobre el Movimiento de la Sociedad Argentina.

Autor de Alianza de obreros y campesinos y movimiento social y La colonización del Chaco, Iñigo Carrera es investigador del Conicet con asiento en el Instituto de Estudios Históricos Sociales de la Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires, en Tandil.

En los últimos años descendió notoriamente el número de huelgas y hay quienes deducen de eso que bajó también el nivel de conflicto social.

¿Se puede hacer esa relación mecánica?

-Si es cierto que hay menos huelgas, eso no significa que no las haya.

Eso me hace acordar a los que de la disminución de la clase obrera concluyen que la clase desaparece...

Lo que sí creo es que hay nuevas formas de protesta social, que denuncian un grado importante de conflicto.

Varios investigadores venimos estudiando en el Programa de Investigación sobre el Movimiento de la Sociedad Argentina (PIMSA) cómo se manifiestan esas nuevas formas de protesta desde la hiperinflación en adelante.

Lo primero que pusimos en cuestión es si eran realmente nuevas.

¿Había habido saqueos antes de 1989?

-Por supuesto. Le doy unos pocos ejemplos: hubo saqueos en Jujuy, alrededor de los hechos del 17 de octubre de 1945; en el Rosariazo en 1969; en los años 30 y 31, cuando los desocupados de Villa Esperanza y Villa Aceptación llegan hasta Corrientes y Canning y saquean negocios.

¿Qué distingue entonces los viejos saqueos de los nuevos?

-Que en 1989 y en 1990 los saqueos no son un elemento marginal de la protesta, sino la protesta misma.

Algo similar se puede decir de los cortes de ruta: siempre los hubo -años 70, las ligas agrarias-, pero por algún motivo -quizás porque no están insertos dentro de otro hecho dominante, sino que son el hecho mismo-, los de los últimos años son más significativos.

Las condiciones dentro de las que ocurren los hacen diferentes.

¿Qué es lo que cambió?

-El país. Para decirlo con más precisión: ahora es hegemónico el capital financiero, con sus características de parasitismo, rentismo, repulsión de población de los espacios sociales que antes ocupaba, y con gran crecimiento de la pobreza.

Y dentro de ese contexto, ¿cómo se interpreta un saqueo?

-Cuando ocurrieron, se hacían dos lecturas de los saqueos.

Unos decían que los saqueos tenían caracteres políticos prerrevolucionarios, otros creían que eran absolutamente intrascendentes para el análisis histórico o social.

Creo que ambas miradas eran erróneas.

Es que hay muchas acciones subsumidas dentro del concepto saqueo -marchas, ollas populares, ataques a comisarías-, pero todos esos actos, que pueden caracterizarse como revuelta, se definen como la forma más primaria de acción que implica un rechazo a las condiciones existentes, sin ningún grado de conciencia de cómo resolver realmente la situación en la que se encuentran los participantes.

No es más que esto: No tenemos comida, agarrémosla de donde esté.

O sea, políticamente el saqueo tiene grado cero, porque no condensa ningún objetivo.

Pero sí tiene efectos políticos: desde la renuncia del gobierno de Alfonsín en el 89 hasta la afirmación de la nueva política económica bajo el justicialismo en el 90.

Es decir que el desorden social trae consecuencias políticas, lo que no implica que haya tenido objetivos del mismo tipo.

¿Está comprobado que los actores de los saqueos pertenecieran a la clase obrera?

-Para realizar nuestra investigación, nosotros trabajamos con varios diarios nacionales de la época.

Es muy interesante, porque en las crónicas cuesta identificar claramente al actor.

En realidad, creo que sí se trata de obreros, de pobres que suelen ser asalariados de empresas privadas.

Es interesante observar que los saqueos se producen donde más desarrollado está el capitalismo en la Argentina, lo que permite afirmar que este tipo de protesta no es el resultado de la extensión de la pobreza, sino de la extensión del capitalismo.

Eso asemeja nuestros saqueos a los motines de Los Angeles en Estados Unidos en el 92 o al Caracazo venezolano.

¿También era errada otra interpretación de la época que atribuía a los saqueos el ser una lucha de pobres contra pobres?

-Insisto: los saqueos ocurren en medio del mayor capitalismo, no contra la pobreza.

Hay muchos más pobres en Misiones -donde no pasó nada- que en la capital, o el Gran Buenos Aires o Rosario, donde hubo saqueos.

Por otra parte, si usted piensa en una lucha contra, le está asignando a la revuelta un grado de conciencia que realmente no tuvo.

El 80% de los hechos que nosotros tenemos consignados en el PIMSA son saqueos en busca de alimentos.

Y cuando alguien busca algo tan básico como el alimento, está haciendo sólo eso, no definiendo a un enemigo.

Usted cree que esa lectura de son pobres contra pobres tuvo alguna intención política?

-Sí, si se tiene en cuenta cómo funcionó el rumor durante esos días.

Se escuchaba van a saquear, hay que quedarse cada uno en su casa porque van a venir los del barrio de al lado.

¿Sabe cuántos saqueos de vivienda hubo realmente?

Uno, y fue la casa del supervisor de un supermercado que no permitió que entraran a saquear.

El efecto del rumor -y si quiere, el de la lectura a la que usted alude- fue que cada uno se quedara en su casa, defendiéndose de un peligro eventual, pero sin conectarse con los otros, sin organizarse ni intentar ningún tipo de solidaridad.

La gente se organiza

¿Los saqueos tuvieron organizadores externos?

-Cualquier acción humana tiene un grado mínimo de organización.

Pero en los saqueos es un exceso hablar de organización externa.

Quizás pasaba alguien con un megáfono o una radio barrial convocaba, pero eso se da en el 6% de los hechos.

Este dato es muy impactante, porque en esos días los radicales acusaban a los justicialistias, los justicialistas a los radicales, el gobierno al Partido Obrero, todos a los carapintadas y los carapintadas a la izquierda.

Sin embargo, cuando uno pone la lupa sobre los hechos, encuentra que no hay organizadores externos: es la misma gente del barrio.

Por su descripción, los saqueos fueron acciones espontáneas. ¿Se puede decir lo mismo de otras protestas nacidas al calor del ajuste como el Santiagazo de 1993 o Cutral Có en 1997?

-No, son movimientos diferentes. Los saqueos representan el grado de organización más bajo.

En Santiago del Estero ya hay un enemigo delineado.

El gobierno.

-El gobierno y las instituciones políticas en general.

No se olvide de que la gente atacó las casas de los dirigentes oficialistas pero también las de los opositores.

Ahí hubo algo más que una explosión de rabia o de impotencia; se trató de una acción política conciente.

Por eso ya no lo calificamos como revuelta -como a los saqueos- sino como motín, una expresión de desesperación y venganza, pero sin una propuesta política positiva.

Es curioso, pero luego de tanta violencia no desapareció de la escena política una figura tan cuestionada en ese momento como Carlos Juárez, que hoy ocupa el cargo de gobernador.

-Pero es interesante observar qué pasó.

Sucedido el Santiagazo se interviene la provincia y luego vienen las elecciones para convencionales en 1994.

La primera lectura superficial es que ganó el Partido Justicialista, el gobernante.

En realidad, entre los que no votaron y los que votaron en blanco sumaron algo más del 44% del padrón.

Con lo que habría que preguntarse si realmente ganó el PJ o salió segundo, detrás de un muy alto porcentaje de disconformes con el sistema.

Aún hoy, Santiago del Estero es una de las provincias que registra mayor abstención y más votos en blanco.

Esto es, como diría Gramsci, una expresión de política no positiva sino negativa.

¿Qué valor tuvo entonces el Santiagazo como protesta?

-Hasta ese episodio, desde el 89, todas las acciones del campo popular terminaban de manera desfavorable para la gente.

A partir del Santiagazo, el pueblo empieza a ser escuchado.

Lejos de mí imágenes exitistas que suponen que estamos a las puertas de no sé qué transformación.

Pero sí creo que hay que empezar a diferenciar resultados dentro de un proceso descendente de la lucha social.

A partir de diciembre del 93 hay, creo, un cambio de tendencia y empieza a notarse una acumulación de fuerzas que se muestra en la Marcha Federal, en los cortes de ruta, en distintas manifestaciones casi siempre por fuera del sistema institucional.

¿Es una contradicción? Cuando el capitalismo aparece con mayor fuerza en el mundo entero, las formas de protesta que se articulan son más espontáneas pero también más precarias y dispersas.

-Es que todo se mueve en una correlación de fuerzas.

Aunque yo no sé si el capitalismo -en la Argentina y en el mundo entero- no ha entrado en una fase de descomposición.

Habría que discutirlo...

Eso no quiere decir que el capitalismo se caiga a pedazos ni mucho menos, sino que cada vez tiene más obstáculos para poder reproducirse y para reproducir a la sociedad en las condiciones económicas dentro de las que el capitalismo funciona.

Pero que haya marcas de descomposición no quiere decir que los capitalistas, y sobre todo la oligarquía financiera, no estén más fuertes que nunca.

Como lo están, pueden imponer sus condiciones.

Por eso hay mayor precariedad y mayor desorganización en los instrumentos de lucha de las clases populares.

Pero está comprobado históricamente que pueden construirse fuerzas sociales antagónicas a este sistema social que deja a una parte importante de la población en las más difíciles condiciones de existencia.

¿Qué huellas quedan en la clase obrera de una protesta que se precariza?

-No quisiera arriesgar sobre rasgos que no hemos investigado aún.

Es cierto que algunas formas de protesta se precarizaron (las revueltas, los motines de los que hablamos), pero los cortes de ruta como los de 1997 en Cutral Có y Jujuy ya implican un nivel de organización sistemática.

En los cortes de ruta funcionan siempre comisiones que articulan la protesta.

Se forman al comienzo y algunas perduran y otras no.

Usted vio que finalmente los gobernadores de Neuquén y de Jujuy debieron sentarse a escuchar a los piqueteros - al pueblo mismo- y negociar con ellos.

Fue interesante: el pueblo estaba reunido frente a las autoridades, sin mediadores.

En esa relación directa ya hay formas concretas de organización, que quizás luego no se institucionalizan.

Pero si se disuelven, pueden reconstituirse pronto.

Y esa organizaciones muestran que tienen ya metas, objetivos precisos y diversos.

En Jujuy, por ejemplo, las demandas eran muy completas.

Pedían antes que nada puestos de trabajo, pero también la recuperación de espacios que se habían vivido como propios y de los que la gente se consideraba injustamente expulsada.

Por ejemplo, pedían participación de la juventud en la fiesta de la primavera.

Eso parece ridículo en el contexto de todo lo que estaba pasando, con todas las rutas cortadas.

Pero también habla de la organización y la jerarquización de las demandas y de la necesidad y las ganas de reconstruir el tejido social y las condiciones de vida. 

 

A FONDO NICOLAS IÑIGO CARRERA, HISTORIADOR

Por ANALIA ROFFO. De la Redacción de Clarín

http://www.clarin.com/diario/1998/01/18/i-02001d.htm

 

DOMINGO  18 DE Enero de 1998; 35 meses antes del incendio de Diciembre del 2001.

Clientelismo, y el tronar del escarmiento; 3.

La Corte rechazó la demanda del matrimonio contra el Estado Nacional y dejó sin efecto la sentencia. Manifestó que los perjuicios ocasionados corresponden a la jurisdicción provincial de Santiago del Estero. 


La Corte Suprema de Justicia de la Nación dejó sin efecto una sentencia de la Cámara Federal de Apelaciones de Tucu mán, en la que se había condenado al Estado Nacional. El Dr. Carlos Arturo Juárez -senador de la Nación- y su esposa Mercedes Marina Aragonés, habrían sido indemnizados por los da ños y perjuicios que sufrieran a causa del incendio y saqueo de dos inmuebles de su propiedad. 

El Alto Tribunal al rechazar la demanda, manifestó que los perjuicios producidos durante los disturbios de diciembre de 1993 en Santiago del Estero, no fueron responsabilidad del Estado Nacional sino que están sujetos a la jurisdicción provincial. Argumentó además, que al tiempo de los sucesos, el senador y su esposa habían viajado a Buenos Aires y que en ningún momento es tuvo en peligro su seguridad personal. De esta manera, deslindó la responsabilidad de la Policía Federal Argentina, sin considerarla como una falta de servicio o incumplimiento de sus deberes. 

En otro punto, la Corte consideró que el mantenimiento de la custodia sobre la vivienda particular de los demandantes, constituía una actividad discrecional ya que la Policía Federal no estaba obligada a vigilar el patrimonio de los demandantes dentro de la jurisdicción de la provincia. 

Ante situaciones similares, de protección de sus funcionarios, el Estado Nacional brinda seguridad personal pero no lo hace extensivo a sus familiares y bienes materiales. Por esta razón, la Corte manifestó que “es absurdo convertir al Estado Nacional en responsable de las consecuencias dañosas de cualquier delito, extraño a su intervención directa y competencia” (Doctrina de Fallos: 312:2138, considerando 5º, y 313:1636).


Finalmente, resolvió dejar sin efecto la sentencia apelada y ordenó que “vuelvan los autos al Tribunal de origen, a fin de que se dicte un nuevo pronunciamiento”.


Clientelismo, y el tronar del escarmiento; 2.


Queman una comisaría por el crimen de Peralta

Los vecinos están indignados con la actuación policial

 

El cadáver de Diego Peralta, el joven de 17 años secuestrado el 5 de julio último y por quien sus padres pagaron un rescate de 9000 pesos y 2000 dólares, apareció ayer semisumergido en una tosquera situada junto a la autopista Buenos Aires-La Plata, en Ezpeleta, partido de Quilmes.

La difusión del hallazgo del cuerpo derivó anoche en el incendio de la comisaría del barrio El Jagüel, partido de Esteban Echeverría, por parte de vecinos de la víctima indignados con la actuación policial en el hecho.

El cadáver, que mostraba heridas cortantes en el cuello, fue encontrado por vecinos que advirtieron a los bomberos voluntarios sobre la presencia de “un ahogado”.

Con el correr de las horas, la policía comenzó a sospechar que podía tratarse de Peralta. Su padre, Luis, y un tío confirmaron la hipótesis: los hombres identificaron el cuerpo y la ropa que llevaba puesta el joven al ser secuestrado.

APARECIÓ MUERTO EL JOVEN SECUESTRADO

El cadáver de Diego Peralta, el joven de 17 años secuestrado el 5 de julio último, apareció ayer al mediodía semisumergido en una tosquera de Ezpeleta, en el partido de Quilmes. Según informaron fuentes policiales de la Jefatura Departamental de ese distrito bonaerense, el cuerpo presentaba cortes en el cuello, aunque no pudieron confirmar si estas heridas habían causado la muerte del muchacho o no.

Más precisiones, como la existencia de otras lesiones y el motivo del deceso, surgirán cuando los peritos forenses realicen la autopsia. Al cierre de esta edición, los investigadores todavía no habían establecido si la práctica sería efectuada por profesionales de la morgue de Ezpeleta -adonde trasladaron los restos de Peralta- o del Poder Judicial de la Nación.

Así lo explicó a LA NACION el titular de la Departamental de Quilmes, comisario mayor Rodolfo Coronel.

El cadáver y la ropa del adolescente fueron reconocidos por su padre, Luis Peralta, y por uno de sus tíos, que abandonaron la morgue de Ezpeleta -instalada dentro del cementerio de esa ciudad- sin efectuar declaración alguna. El mismo hermetismo mantuvo toda la familia, sumida en un profundo dolor tras el hallazgo, que se refugió en su casa de El Jagüel, partido de Esteban Echeverría.

Allí se congregaron -desde que cayó la noche- unos 500 vecinos para solidarizarse con los Peralta, reclamar más seguridad para el barrio y criticar la actuación de la policía en el caso. El malestar condujo a la gente a apedrear la comisaría de El Jagüel e incendiar un auto en las inmediaciones de la seccional (ver página 13).

"Vamos a pedir justicia por Diego y por su familia. La policía nos abandonó en esta investigación. Ni siquiera nos atendieron como correspondía. Todo el barrio se va a movilizar, porque ninguno de nosotros está libre de que le pase lo mismo", incentivaba Mabel, que prefirió no dar su apellido, en la puerta de la vivienda situada en Cabildo 371, antes de iniciar la marcha rumbo al destacamento policial, situado a diez cuadras.

 

En shock

"Están destruidos. El padre reconoció el cuerpo y regresó a darles la noticia a su esposa y su otra hija. Están todos shockeados, muy mal. Se quedaron arriba (por la planta alta de la casa) y no van a hablar", confió un amigo de los Peralta, que había acompañado a la madre del muchacho, Emilse, mientras esperaban el resultado del reconocimiento de los restos.

Diego había sido secuestrado a las 7.30 del viernes 5 de julio en la calle El Ceibo, entre Gutiérrez y Uraldi, de El Jagüel. Acababa de dejar su hogar a bordo de un remise Peugeot 504 gris, conducido por Fermín Amarilla.

Entonces, tres hombres armados y vestidos de azul le cortaron el paso al vehículo con un Volkswagen Senda rojo, golpearon al remisero y se llevaron al joven. Treinta minutos después, los secuestradores llamaron al padre y le exigieron 200.000 dólares a cambio de la libertad de su hijo.

Luego de dos semanas de negociaciones, los delincuentes aceptaron el pago de 9000 pesos y 2000 dólares, concretado el sábado 20 de julio en la localidad de Claypole, partido de Almirante Brown. Los secuestradores acordaron liberar a Diego en las inmediaciones de la cárcel de mujeres de La Plata. Pero nunca lo hicieron.

Desde entonces hasta ayer, todo fue misterio. Entre marchas en reclamo de justicia y acusaciones contra la policía por su supuesta participación en el hecho, los Peralta trascurrieron un mes y medio de zozobra. Pero los sostuvo la esperanza de encontrar con vida al muchacho, una esperanza que empezó a sucumbir ayer al mediodía con el hallazgo del cuerpo de un joven en una tosquera de Ezpeleta, situada junto a la autopista Buenos Aires-La Plata.

"No es mi hermano. Nada que ver. Van a matar a toda la familia con esas versiones", respondió Romina, hermana de Diego, cuando LA NACION la consultó a las 15.45.

Dos horas después, según los voceros de la Departamental de Quilmes, su padre y su tío identificaron tanto el cadáver como la ropa que vestía. "Un pantalón azul del colegio y una remera blanca con una franja azul y el número 10 en la espalda", indicaron las fuentes.

El cadáver había sido rescatado de la tosquera por los bomberos voluntarios de Quilmes, advertidos de la presencia de un "ahogado" por vecinos del barrio 9 de Julio. Dos de ellos, Juan Carlos Affatato y Gustavo Ríos, relataron a LA NACION que "el cuerpo estaba muy, muy hinchado, semisumergido boca abajo, con las manos al costado del cuerpo y sin zapatillas".

En busca de indicios

Luego de retirar los restos, buzos tácticos del destacamento de bomberos rastrillaron las aguas "en busca de objetos que pudieran dar indicios" sobre los posibles motivos de la muerte y sobre las circunstancias en que el cadáver había llegado hasta allí, informó el segundo jefe de la comisaría de Ezpeleta, el subcomisario Abel Milano. "Todo será remitido al fiscal del caso, Luis Armella", agregó.

Aunque algunas versiones señalaban que a Peralta le faltaban los dientes y las yemas de los dedos, fuentes de la investigación negaron la existencia de heridas semejantes. "A simple vista nada más se observaban cortes en el cuello, pero sólo la autopsia dirá si provocaron la muerte del joven. No sabemos si bajo la ropa aparecerán otras lesiones", dijo un alto jefe policial.

El reconocimiento del cuerpo puso así un triste fin a la incógnita de los Peralta respecto del paradero de su hijo. Anoche, pese al hallazgo, permanecían intactos en el portón de la casa familiar los carteles que vecinos y allegados habían colgado para exhortar a los secuestradores a devolver a Diego. Luego, el reclamo quedó transformado en furia durante el ataque a la comisaría de El Jagüel.

El ministro de Seguridad bonaerense, Juan Pablo Cafiero, admitió anoche que los incidentes se debieron a "la interpretación de los vecinos" sobre la posible participación de la policía de la provincia en el hecho. Y advirtió: "Estamos abiertos a cualquier hipótesis".

Angeles Castro 

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=422133



Clientelismo, y el tronar del escarmiento; 1.

El joven diputado federal Antonio Carlos Magalhaes, nieto de un cacique ultraderechista de Bahía, fue acuchillado en la calle por la espalda por una mujer. Rita de Cássia Sampaio de Souza, la agresora de 45 años, dijo que fue un acto de protesta contra el reajuste de 91% que los legisladores brasileños votaron para sí mismos. Con esta medida, las remuneraciones de los parlamentarios pasarán en enero de los actuales 5.900 dólares a unos 11.600 dólares (o sea 35.600 pesos). 

Este hecho desató la furia del país, al punto que la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil pidió a todos los párrocos que aborden el tema en sus misas. De acuerdo con la jerarquía eclesiástica, la orientación fue acatada por 90% de los curas párrocos.

La indignación creció todavía más cuando se supo que el Parlamento irá a discutir hoy una irrisoria suba del salario mínimo. El gobierno propuso llevar ese sueldo, que es recibido por 60% de los trabajadores brasileños, de 165 a 173 dólares. Y el Congreso, supuestamente para congraciarse, intentó mejorar la iniciativa oficial en apenas 4 dólares.

El diputado federal acuchillado ayer en Salvador (capital del estado de Bahía) es nieto del senador Antonio Carlos Magalhaes, un viejo cacique de extrema derecha que preparó al muchacho para sucederlo en la vida política. El joven tuvo este año sus horas de fama: intervino en las comisiones parlamentarias de investigación de los casos de corrupción bajo el gobierno de Lula da Silva. 

El senador y abuelo se enteró del ataque cuando había subido al estrado de la Cámara alta para discursear contra una revista que en su última edición lo acusó de "estar en decadencia política". Al saber del episodio, Magalhaes viejo declaró sobre la atacante: "Fue una mujer loca que no merece comentarios".

Al parecer, Rita de Souza estaba muy alterada al ser detenida. Ella confesó en el momento que la rabia la había llevado a dar un puntazo al legislador. Lo hirió justo a la altura del omóplato. Había otras razones que también pesaron en la actitud agresiva de la mujer. Según ella, el diputado herido no habría cumplido una promesa de interceder para que ella cobrara una indemnización.

Internado en el hospital Bahía, el diputado estaba anoche bajo observación y evolucionaba "con estabilidad clínica". En tanto, Rita fue derivada a una cárcel de mujeres, pero en la Policía prometieron que le harán pericias psiquiátricas para determinar si padece disturbios mentales.

http://www.clarin.com/diario/2006/12/19/elmundo/i-02502.htm