sábado, 4 de julio de 2009

La hora de los no políticos, por Jorge Fernández Díaz

Un gerente piensa que el arte y la política pueden gerenciarse. Así como un editor piensa que hasta cierto punto la vida puede editarse como un diario o un noticiero de televisión. Un viejo editor me dijo alguna vez: “El matrimonio es una larga crisis que se administra. Por más que estemos en el peor momento, un beso antes de dormirse, un beso al despertar y un ramo de flores los domingos. Si usted sabe editar la realidad, puede también editar su matrimonio”. Se refería a la posibilidad de manejar los tiempos y las cosas, desechando lo inconveniente y resaltando lo necesario.

Ojalá fuera cierto, pero la verdad es que nadie puede editar la vida, y que es infinitamente difícil gerenciar una pasión. Se la puede administrar, no voy a negarlo. Se pueden hacer negocios editoriales y pictóricos, pero esas operaciones del mercado nada tienen que ver con gerenciar el arte, que está hecho de la materia de los sueños y que es, por lo tanto, ingobernable.

No digo que la política sea asimilable a la literatura o a la pintura, pero les aseguro que también es un arte mayor y que su praxis necesita una vocación tan profunda y absorbente como la que se autoimpone cualquier artista verdadero.

En veinticinco años de periodismo no he conocido a un solo dirigente de primer nivel que no fuera un animal político. Un hombre sin tiempos libres, un enfermo de la materia que domina. Como esos cracks futbolísticos que al evocar su infancia solamente se recuerdan jugando a la pelota, día y noche, con una de cuero, con un bollo de papel o con una chapita, obsesionados gozosamente por desarrollar su vocación profunda. O como esos adolescentes que, abstraídos, se olvidaban de comer, de estudiar y hasta de dormir tocando como posesos la guitarra o el piano, o dibujando o escribiendo en cuadernos o en reveses de facturas contables. Las vocaciones volcánicas borran al hombre del mundo, ponen en suspenso a sus familias y a las necesidades mundanas, y, como todo acto de amor torrencial, son un acto de obsesión. Nadie llega a la primera fila de las butacas sin ese fuego sagrado.

Comparar la política real con la política corporativa de las empresas es, por lo tanto, un malentendido amargo. La política, por más gurúes y politicólogos que valgan, resiste las reglas del management ortodoxo y de la ciencia pura. En el mundo de los negocios, uno más uno es dos. En política, como todo el mundo sabe, no necesariamente dos más dos son cuatro.

Toda esta introducción viene a cuento de un hecho indiscutible: la actual oposición tiene entre sus filas a muchos hombres de empresa. Muchachos por lo general bienintencionados que se han pasado, no hace mucho, a la política creyendo que ésta sólo necesita buenos gestores.

Los no políticos son hombres de ideología pasteurizada, que igualmente merodean las posiciones de “centro” y el libre mercado, y que han comenzado a meterse en el barro de la historia.

A unos, los resultados electorales de octubre los dejaron nocaut. A otros, los pusieron muy nerviosos: deben realizar ahora lo que prometieron en la campaña. Sólo a Elisa Carrió, para la cual hubiera sido una tragedia ganar y tener que hacerse cargo del barco, abandonando los cómodos camarotes de la indignación, este período de cristinismo se le presenta plácido y apetitoso. Los demás, incluso los nuevos referentes de ARI, tienen en la boca el regusto agrio de la decepción y del miedo. No lo dirán nunca en público, pero así están los opositores políticos en la Argentina de hoy.

Se sienten, en el fondo de sus corazones, injustamente derrotados por “políticos mediocres” y “burócratas clientelísticos”. Ellos, los príncipes de la nueva política, eficientes y limpios, pasaron por la universidad y conocen el mundo: son muy viajados. “¿Cómo puede ser que nos derroten estos políticos de cabotaje, estos impresentables de siempre?”, se preguntan.

Algunos de estos gerentes de la nueva política duermen con la valija cerrada al lado de la cama. Están siempre listos para volver al sector privado rumiando una queja: “Soy demasiado bueno y honesto para la política”.

Olvidan que los verdaderos militantes políticos no tienen dónde volver, porque pertenecen, en cuerpo y alma, a la lucha política. Porque no podrían hacer otra cosa, porque nacieron para eso, porque quemaron las naves. Un gerente es demasiado cerebral y tiene demasiado “sentido común” para quemarlas.

Un militante se mide no por cómo reacciona ante una victoria, sino por cómo se recupera de las derrotas. ¿Se recuperarán estos muchachos o tomarán la valija y volverán, sanos y salvos, a casita?

Necesitan un examen profundo para entender lo que les ocurre. Son amateurs jugando a ser profesionales. No dominan del todo la materia y, en el fondo, la desprecian un poco. Toda la nueva oposición está llena de estos personajes tiernitos y bienintencionados: aves de paso queriendo comerse crudas a las fieras.

No se le puede enseñar política a un negado, así como no se le puede enseñar música a quien no tiene oído. Entender la política, entenderla de verdad, es un don: se tiene o no se tiene. Es un saber que no se adquiere en los libros ni en los claustros. Se adquiere en la calle y con las entrañas.

Pero el ser humano desarrolla las habilidades que necesita, de manera que no todo está perdido. La nueva oposición está llena de sordos y zoquetes. Hay muy pocos afinados y casi ningún oído absoluto. Pero tiempo al tiempo.

Luego, por supuesto, está todo ese asunto de los personalismos. En la Argentina, todo gira en torno de tres o cuatro dirigentes que lucen bien en los programas del cable, que suelen ser bastante autoritarios dentro de sus propios partidos y que no saben adónde van. Quiero decir, parecen poseer grandes convicciones y son buenos “tribuneros” (no deberían quejarse tanto del atril, porque ellos lo llevan incorporado), pero carecen de paciencia y flexibilidad para armar partidos políticos consistentes, con alas izquierdas y derechas, con democracia interna y participación.

Descaradamente personalistas, un día tienen tres millones de votos y otro día no tienen nada. Poseen una extraña alergia, que les contagiaron los encuestadores y la “opinión pública” más ramplona de los contestadores automáticos de las radios, que consiste en creer que toda alianza es la Alianza, o sea, un rejunte invertebrado e incoherente que fracasa gobernando. Y también que todo pacto político es el Pacto de Olivos, es decir, un contubernio para repartir favores.

Pero hagamos nombres propios: si Carrió y Ricardo López Murphy hubieran entendido de verdad la política, habrían recreado el espacio histórico electoral de la Unión Cívica Radical. Pero como no la entienden, terminaron en esta nada insípida, inodora e incolora, oposición para la gilada televisiva, que no puede juntar porotos y que no logrará ponerle freno a la hegemonía.

La Alianza era una bolsa de voluntades dispersas y el Pacto de Olivos era un contubernio, pero el peronismo es una bolsa del mismo estilo, aunque verticalista cuando se juega en serio, y el Pacto de la Moncloa era, al fin y al cabo, un acuerdo político, aunque con buena prensa.

Algo tiene para enseñarle el oficialismo a la oposición. Para empezar, su voluntad de poder. El peronismo no tiene un puñadito de dirigentes destacados: tiene cien candidatos potables en las gateras, con ganas de comerse la cancha. No es dogmático y principista: acoge en su seno a hombres ubicados en las antípodas ideológicas, aunque dispuestos, por las buenas o por las malas, a aguardar su turno y a trabajar coordinadamente cuando la tormenta arrecia y cuando el que manda tiene claro el horizonte y buena sintonía con la mayoría electoral. Casi nadie, por cuestiones del pasado, queda fuera del colectivo, y nadie se rasga las vestiduras por hacerse amigo de un enemigo de antes, o por codearse con un dirigente que piensa el país desde la otra orilla.

El radicalismo posmoderno tuvo estómago delicado, y así lo pagó. No pudo tolerar las diferencias internas y expulsó de sus filas a los opuestos, que a su vez se transformaron en estómagos delicados incapaces de digerir las mínimas discrepancias. Y así hasta el infinito. Es decir, hasta la atomización y la anécdota. Como la izquierda argentina, una diáspora interminable y minoritaria con dirigentes inflexibles que se pelean por palabras vacías.

Sin dominar la materia, sin vocación ni visión política, sin sentido común, sin pragmatismo y sin humildad, sin capacidad para acordar lo mínimo ni para construir una idea, la oposición se juega en una comuna, es decir, en una baldosa.

Hasta Néstor Kirchner está decepcionado de la oposición. Admite, a regañadientes, que ninguna democracia exitosa económica e institucionalmente prospera con partido único y sin alternancias ni bipartidismo. Sabe que, si no evoluciona por afuera, una oposición de centroderecha surgirá tarde o temprano del propio peronismo y que sobrevendrán como siempre la crueldad, el destripamiento, la lucha sin cuartel y la amnistía y, al final, la cohesión. La guerra peronista hace temblar a los peronistas que detentan el poder, porque saben que del otro lado no hay muchachos testimoniales con la valija armada al lado de la cama, sino políticos con hambre que quieren cambiar la historia.

Sólo se cambia la historia con ese apetito insaciable, con esa pasión que un frío gerente no puede gerenciar. Tal vez ni siquiera pueda comprender.

La nueva política no puede madurar en manos de los no políticos.

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=974124


California, ¿la Crisis del Estado posmoderno?


Como le gusta este tema Manolo...

Desde lo economico yo lo describiria con otra definicion:

"El riesgo pais se determina en el gran buenos aires.".

J P Morgan solo es el termometro.

O si quiere, el BCRA es tan independiente como lo determinen los barones.

Porque las cuasimonedas en algun momento se rescatan....con pesos.

Y si...hay gente que hace rato que dice que hay que comprar oro, o remimbis, o inclusive rublos.

Esto se llama "deshonestidad intelectual", asi que no me venga conque Ud esta solo describiendo un hecho.

Su posicion es clara aqui.

Y seria bueno que lo fuera poniendo en blanco y negro porque no estamos muy lejos de volver alli.

Ud volveria a emitir cuasimonedas ?

O le daria pesos directamente a las provincias desde el Tesoro Nacional..?

JM Keynes comentario a este post.

Estimado Critico, ¿o UD me chicanea, o no tiene la menor idea de lo grave que es el tema California?

A ver si me explico mejor, si es el segundo caso;-P

Según las teorías económicas en boga; la salida de la Crisis actual la darían la Tecnología de Punta (Silicon Valley), un Sector Servicios eficiente (Hollywood) y la agricultura industrial altamente tecnificada (Central Valley).

El Golden Estate, como 8ª economía del Mundo en si mismo, desmiente este presupuesto; en los tres sectores es una potencia mundial.

Hollywood es el Sur de California, y no es solo la industria de entretenimiento, esta el turismo, los servicios personales, los complejos de compras (la famosa cultura de shopping), etc.

Central Valley es un monstruo en si mismo, con el 1% de las tierras laborables de USA produce el 8% del Producto agrario.

¿Por qué se esta derrumbando entonces?, ¿fracasa la teoría económica?

Si y no; aunque tiene problemas económicos graves, en general, y existen alternativas “técnicas”; la clave es política.

En California comenzó la Revolución Conservadora; Reagan fue su Stalin, si asumimos que Nixon fue su Lenin; la estrategia meridional para captar los Demócratas Conservadores, la alianza estratégica con China para enfrentar a la URSS, la reconversión de secundario a terciario.

Si así fuera, el GOP ni mamado quiere que Arnoldo S se convierta en el Gorbachov del “proyecto”.

California era el Modelo que se presentaba contra la “Vieja Europa” y su economía renana.

Porque los otros dos Estados, con las mismas características económicas, que pueden tomar la posta son impresentables.

Texas es extremadamente rica y productiva; pero sus record sociales son terribles.

Florida, a pesar de todo el oropel, esta embebida hasta los tuétanos en el narcotráfico y el lavado de dinero.

No es casual que en estos Estados la dinastía Bush sea tan importante políticamente.

Ahora bien; todos los “Checks and balances”, potenciados o creados en los últimos 40 años por la Hegemonía realmente existente en el Estado, los llevo a una parálisis política.

Aumentar impuestos o crearlos, recortar gastos, o hacer un mix; que son decisiones “técnicas”, solo se logran con el “Consenso”, pero al ser imposible obtenerlo en la legislatura, el ejecutivo esta inerme.

A su vez pone en un dilema a la Administración Federal, si no “salva” a California, esta no solo arrastra a los “tres pilares de milagro”, sino a sus propios municipios o condados.

Si caen estos últimos colapsa la financiación de TODOS los condados de USA; que a su vez se llevan puestos a la mayoría de los Estados.

O sea, las unidades subnacionales de la Argentina de los 90, ¿o me equivoco?

Si la Administración Federal sale en auxilio de California, se ponen en fila otros ¿13/26? Estados en condiciones similares, sin contar con los centenares de condados.

El tema es que no se soluciona el problema de fondo; que es político, partidista e ideológico.

No solo se tira el dinero de los contribuyentes, les da la coartada al GOP, para zafar de su responsabilidad de ser los promotores de este cul de sac institucional.

Porque si los Neo Lib. y Neo Con no se allanan, y asumen su bancarrota ideológica, aquí se termina con una solución extraconstitucional.

Que yo recuerde, las únicas “intervenciones” del Gobierno Federal sobre los Estados, fue después de la Guerra Civil.

Como ve, estimado Keynes, estamos ante un quilombo grosso; y nuestros sabios papando moscas.

De los Liberales y/o Republicanos no me extraña, son tan holgazanes que aun son manchesterianos.

La Izquierda se divide entre los ultras; que aun esperan la rebelión en Moscú contra el estalinismo, o en Beijín contra el desviacionista de Derecha Deng.

Y los Social liberales, que todavía no se dieron cuenta que la “tercera vía” de Blair estallo.

Los peronchos, que somos los únicos que tomamos en serio el tema, estamos demasiado ocupados en hacer las autocríticas y correcciones pertinentes; para mantener a los demás compatriotas lo más lejos posible del caos externo.

Con el interno ya nos lleva mucho trabajo.

No se si satisfaci su pedido de postura política, pero explica mi interés mas allá de una simple chicana.

La data en la que me baso es pública, y solo hay que dedicarle 5 horas a la semana para chusmear la prensa internacional.

Un abrazo

Schwarzenegger presses his case to bank chiefs for taking IOUs


Para el compañero Felipe Sola.

No podes perderte esta oportunidad de descollar, ¡papa!

El Colo y Mauricio no pueden competir en esta; decile a tus prenseros que contacten a los corresponsales Internacionales, para contar tu experiencia.


PD; Andrés el Viejo y Abel, seguro que Uds entenderán el mensaje.

Montoneros, perejiles y reaccionarios.

De La Chocita a La Republica.

Guido Guelar, Raúl Moneta, Ángel Federico Robledo, Fernando de la Rúa, Diego Guelar, Héctor "El Pájaro" Villalón.

La Nación, 3 de Junio 2001.

Embargo Diplomático

Clarín Zona, 13 de Septiembre de 1998

Es solo un homenaje a Vladimir L'vovich Burtsev

Gámbito Cayetano Zain contra la Defensa Noble

Señores, de pie y aplaudir el maravilloso gámbito de instalar en el centro del tablero mediático a Cayetano Zain.

Clarín debe estar muy preocupado, que las figuras mediáticas desembarquen en Canal 26 ya es una demostración de la caída de su influencia en marcar agenda.

Pero lo de Jorge Cayetano Asís Zain es el acabose, no tanto por lo que influya en el consumidor habitual de Crónica TV; C2, D y E.

Es demasiado amanerado, intelectualmente hablando, para esos sectores de nuestro pueblo.

Pero no muchos saben que en las Redacciones de TODOS los medios, el canal insignia es Crónica; y es esa audiencia extremadamente especializada en “inspirarse” en los otros la que esta amenazada.

El Dealer de Paco ideológico se pavonea, en chaleco y primerísimos planos, sobre su papel de Musa de los Editorialistas domingueros.

Pero no se conforma, él y sus patrocinadores, van por los imberbes cronistas de base; para que, ante su inmadurez, se conviertan en adictos de su mercancía.

Una generación completa, a la que este maestro en el Arte de la Injuria como Ramón Doll, forme agenda a su gusto; sin la intervención del Multimedios.

Una dulce venganza, que seguro le estremecerá orgasmicamente, mientras agita su leonada cabellera, sobre el Gran Diario Argentino.

Ahora bien; para los amigos que se nieguen a verlo, la presencia del bardo de la maledicencia en Placas Rojas significa que cambia su eslogan.

De “Crónica te informa primero” pasa a “Crónica te opera primero”