miércoles, 29 de agosto de 2007

P.S.I.; soziale Gerechtigkeit, 4ª parte

Sin embargo, los sindicatos no son una voz cualquiera en el coro del debate público. Son los que conversan con el poder. Precisamente por su gran competencia y los impulsos reformistas que emanan de ella, la voz de la DGB siempre es escuchada y, en vista de su fuerza, los sindicatos son tomados en serio.

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No obstante, el proceso de individualización también tiene sus límites. Una sociedad en la que cada individuo solo actúa a nivel particular, profesional y político como si se tratara de una empresa individual no puede funcionar. Es preciso restablecer el equilibrio entre la sociedad y el individuo, volver a vivir la solidaridad.

http://www.dgb.de/sprachen/spanisch/strong_by_change.htm


El congreso extraordinario de noviembre de 1996, celebrado en Dresde


Los sindicatos representan los intereses de las personas que trabajan, que aspiran a una formación profesional y a un puesto de trabajo, que se encuentran desempleadas o jubiladas.

Son organizaciones de intereses que imponen sus objetivos y reivindicaciones frente a otros intereses, si fuera necesario, mediante la huelga.

Han sido creados con el fin de constituir, mediante la unión, un contrapoder eficaz frente al poder patronal y del capital, y para superar la explotación y la opresión.

Por otra parte, los sindicatos son también organizaciones sociales con un mandato trascendental de configuración, que llevan a la práctica con otros movimientos sociales y fuerzas políticas.

En nuestro trabajo nos guía la visión de un futuro en el que la libertad, la justicia social, el bienestar y la responsabilidad ecológica queden garantizados.

Luchamos por una sociedad solidaria, en la cual los ingresos, la riqueza y las oportunidades se repartan en forma justa.

Luchamos por la emancipación de mujeres y hombres y por la igualdad de derechos, con el fin de lograr un reparto equitativo del trabajo, tanto a nivel profesional como familiar.

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La democracia parlamentaria y representativa es la conquista más importante de la sociedad moderna. Tan sólo ella ofrece la posibilidad de llevar a cabo reformas sociales. Los sindicatos la defenderán contra cualquier amenaza, amparándose en el derecho a la resistencia estipulado por la Ley Fundamental Alemana. La Historia nos ha demostrado que sindicatos libres y democracia se condicionan mutuamente.

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Los sindicatos seguirán siendo también en el futuro organizaciones que luchan por intereses, y al mismo tiempo movimiento de reforma social. Deberán luchar por un futuro mejor, por alternativas sociales, por la superación de condiciones socialmente injustas y ecológicamente intolerables. Deberán desarrollar capacidades de resistencia y contrapoder, así como iniciativas y conceptos con miras al futuro para imponer libertad y democracia, solidaridad y justicia.

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Sindicatos fuertes y capaces de imponerse siguen siendo indispensables para el futuro de nuestra sociedad. La contraposición de intereses entre el capital y el trabajo sigue determinando el desarrollo económico y social de las economías de mercado de índole capitalista. Al mismo tiempo, han adquirido peso político y social algunas contradicciones que no se derivan del conflicto de intereses entre el capital y el trabajo. Los conflictos entre los sexos, entre el desarrollo económico y la renovación ecológica, entre la globalización cada vez mayor y una actitud étnica o nacionalista cada vez más estrecha, también son causa de opresión y falta de libertad, de dependencia y explotación.

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La fuerza y la capacidad de los sindicatos de imponer los intereses de los asalariados tanto en conflicto como en cooperación con las asociaciones patronales, han caracterizado el desarrollo del Estado social y nuestra sociedad, así como contribuido a fortalecer la democracia.

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Cuando partes de la política y de las asociaciones económicas y patronales desafían básicamente al Estado social, a los derechos de los trabajadores y al convenio colectivo regional, los sindicatos tienen la obligación de oponerse a un cambio del sistema hacia la derecha y de luchar contra la marcha hacia un capitalismo desenfrenado.

Justicia social y renovación ecológica no son fruto de la autoregulación del mercado. La justicia social tan sólo puede ser lograda mediante un control por parte de la sociedad, es decir mediante la representación sindical de intereses dentro de las empresas, la economía y la sociedad. El radicalismo de mercado y la desregulación contribuyen a desencadenar las fuerzas destructivas. La desunión social y la destrucción ecológica ponen en peligro al Estado social, y amenazan con ello la base social de la democracia.

Frente a la racionalidad empresarial, los sindicatos abogan a favor del sentido común social. Ellos seguirán representando los intereses humanos y sociales, económicos y ecológicos de las personas para las cuales el trabajo remunerado representa la base sobre la cual planifican y organizan su vida. El contrapoder social y la fuerza creadora de la sociedad siguen siendo indispensables.

http://www.dgb.de/sprachen/spanisch/grundsatz.htm

http://www.dgb.de/sprachen/spanisch/unsere_zukunft.htm

http://en.wikipedia.org/wiki/National_trade_union_center

http://en.wikipedia.org/wiki/German_Confederation_of_Trade_Unions