martes, 20 de octubre de 2015

Tarea para el hogar.











Hipótesis a demostrar cruzando los datos de los circuitos electorales.

Macri 2015 = López Murphy 2003 + Carrio 2003 + Moreau 2003.

¿Massa 2015 = Rodríguez Saa 2003?

¿Scioli 2015 = Menem 2003 + Kirchner 2003?

Las diferencias que nuestra la Borra de Andy Tow et al con los resultados de 2003.

¿Son de Menem y/o de Kirchner hacia Massa?

¿O también hay de Rodríguez Saa hacia Scioli?


Ahora que la pauta es un objetivo licito para el ajuste, se vuelve estratégico saber que pasa donde las encuestas y los medios “no llegan”. 






¿A quién le ganamos?




El anti peronismo, como emergente social más que político, es la mejor demostración del estado de situación de las relaciones de poder.

Lo que hasta las PASO del 2013 se creía extinguido, no solo resurgió de las profundices del basurero de la historia, sino que además trajo consigo a su némesis social.

Los kilómetros de estanterías de bibliotecas abarrotados con papers, ensayos y tesinas sobre el fin del peronismo, y el conflicto socioeconómico que lo genero, solo sirven para ser vendidos por tonelada a las usinas de reciclado.

El prominente traficante de éxtasis ideológico para las dulces otoñales de country asevera:

++En setenta años de civilidad y de facto nunca -como fenómeno- el peronismo logró ser superado.

++El conflicto se encuentra siempre en el interior del peronismo.
Sinónimo del sistema político.

++Sistema mixto de oficialismo y simultánea oposición.

++Resulta imposible interpretar al peronismo sin el antiperonismo que cae siempre en la trampa que lo legitima.

++El peronismo no te propone como el marxismo una revolución a la larga.
Te brinda enseguida lo que te puede dar.

Todas las sentencias ut supra, que son aceptadas por las mentes más lucidas del Establishment, las Academias y las cancillerías del Atlántico Norte y nuestros limítrofes; resultaban inimaginables hace un par de años.

Como lo describe el Compañero @AldoJarma en su crónica "Destripando lo sagrado", fue producto del enjambre de la peronosfera, en su guerra de guerrillas digital.

Que no solo le arranco las tripas a dentelladas al aparato mediático cultural de la CABA, que hoy no logra transcender de sus audiencias redundantes, y eso se ve en los guarismos electorales; sino que además trituro el Argumentario de las Intelligentsias, como Burócratas Culturales.

A las que describe Juan Laxagueborde en Anfibia.

++En el balance de las lecturas, sorprende la escasa mención a las proscripciones, los fusilamientos, los bombardeos.

Resulta extraño que ninguno de nuestros autores se haya tomado el mínimo trabajo en dedicar cuanto menos un párrafo a las intenciones humanistas y pacifistas del peronismo que, con todas las críticas muchas veces muy atendibles que señalan, llegó a 1955 casi sin conflictos fatales, a excepción del militante comunista Juan Ingaminella, muerto bajo tortura y aún desaparecido.

El peronismo se regía por un protocolo filosófico implícito que Carlos Astrada había titulado en 1947 como “Sociología de la guerra y filosofía de la paz”.

Salvo Rozitchner sobre la tragedia de los setenta, ninguno ejerce recogimiento frente al dolor, como si los textos continuaran con la enramada belicosa que pretenden amputar.

Alguna vez Alejandro Kaufman imaginó que la pregunta sobre qué hacemos con la guerra es una pregunta de la paz y que la Argentina contribuyó a la tradición de una cultura pacifista, surgida justamente del populismo movimientista argentino.

Con el regreso de la democracia el antiperonismo se encauzó hacia una matriz socialdemócrata que en buena medida le endilgó al peronismo la responsabilidad, por derecha y por izquierda, de la tragedia de los setenta.

De hecho, en la CONADEP, no había un solo peronista, más bien todo lo contrario.

Durante el alfonsinismo, un grupo nutrido de intelectuales no peronistas ejerció activamente una defensa y participación en las primeras y más estructurales decisiones de Alfonsín.

La revista Punto de Vista, comandada por Beatriz Sarlo, fue pionera en dictaminar la renovación teórica y práctica de las izquierdas culturales antiperonistas y logró convertirse en un factor central en los debates hasta los primeros años dos mil.

El legado cuestionable de esta tradición es el imperativo de la llamada “Historia de las ideas” como modo de lectura de nuestro pasado, que consiste en no tentarse con anacronismos ni pasiones lectoras, sino más bien enumerar hechos, corrientes, ideologías, a los fines de diseccionar, como si fuera un gabinete de investigación del museo de Ciencias Naturales.

Para ellos los “papeles viejos”, los libros olvidados o simplemente escritos hace décadas solo pueden leerse como archivo: no pueden sentirse en el presente como diálogo o como tensión.

Por suerte, no escriben ni piensan así tantos más y podemos seguir leyendo a muchos autores como partícipes de un drama, tal el caso de nuestros tres protagonistas.

Los “historiadores de las ideas” no solo se fundamentan en este método sino que gracias a él ganan becas, justifican cursos, posgrados, escriben libros ilegibles por su monotonía y producen análisis más pormenorizados que intensos o interesantes.

Aunque de aquella época se pueden rescatar miradas: quedan los textos de Emilio de Ípola.

Sus teorías sobre el tango y el peronismo, por ejemplo, siguen teniendo la misma carga de enigma que de originalidad.  

Con el kirchnerismo, el antiperonismo se volvió burdo, cómico, resentido, poco creativo.

No hay grandes textos antikirchneristas.

Probablemente las críticas provengan en un futuro del seno de lo que aún sigue siendo un proyecto, pero que puede terminar definiéndose en unos años desde la nostalgia.

Dice también Kaufman que el peronismo vive de anhelar lo que no le dejaron ser; no puede ser nunca un espacio de proyección o avistaje de futuro.

Y esto puede ser interesante o trágico, depende desde dónde se lo mire.

Al quemarse los guiones, los voceros e interpretadores deben recurrir al saqueo desembozado de las tesis e hipótesis en los debates y foros de los ninjas digitales peronistas.

Lo que resultaba críptico, ilegible o directamente psicodélico; en comparación con la “luminosa pluma” de Sarlo, Forster, o cualquiera de los Niembros de Carta Abierta o Grupo Aurora.

Ahora resulta cotidiano en las columnas de Opinión de la Tribuna de Doctrina, o en las entrevistas de reputados académicos en Oslo.

Ver entrevista de @mosenson a @andresmalamud.

Donde el profesor lisboetano expresa lo que cualquier territorial o gremialista caza al vuelo.

Los sillones de Rivadavia y Rocha no son razón suficiente, si no existe un entramado anclado en la Sociedad civil argentina.

Mucho más si el peronismo castro como Poder Organizado al Partido Militar, sustituyéndolo de facto.

Para desgracia de los Cultores de la rosca palaciega, el Intendente de Resistencia la tiene tan grande como el Director General de Techint, o el Intelectual orgánico que actúa como “valido” de la Corte.

Puede perder Aníbal, también puede perder Daniel; pero sin el acuerdo tácito de la galaxia peronista emerge la máxima de los Conquistadores peninsulares.

“Se acata pero no se cumple”

Y si no se dispone de los recursos humanos para hacer cumplir las disposiciones del Superior Gobierno, se está en el horno con una manzana en el hocico.

El rebaño torpe y mudo derroto a las mentes más privilegiadas y brillantes de la Argentina en las lides gramscianas concretas, mientras paria a sus niños de Stalingrado, forjados en las praxis de convertir las crisis en oportunidades, y los desafíos terminales en respuestas exitosas.  

No se trata de ser optimista, sino tan solo realista. 




Un Enemigo, Ender Wiggins.

Soy tu Enemigo, el primero que has tenido que a sido mas listo que tú.

No hay más Maestros que el Enemigo, Ender Wiggins.

Nadie, salvo el Enemigo, te dirá lo que hará el Enemigo.

Nadie, salvo el Enemigo, te enseñara a destruir y conquistar.

Soy tu Enemigo a partir de ahora.

A partir de ahora soy tu Maestro.

El juego de Ender.
Orson Scott Card.

Marcos Novaro, Aristides el Justo y Republiquita.






¿Porque cada vez hay mas voto peronista?


En las ostracas atenienses esta la respuesta, todo sufragio se fundamenta en el rechazo a alguien o algo.


Como lo demostró oportunamente Pericles el Demagogo, en base al rechazo hay que saber articular positivamente, sino toda victoria es efímera,


"Diez razones para votar a Macri, dos para que gane Scioli", por Marcos Novaro

Como está intentando ahora, el peronismo buscará en ese caso reinventarse, le echará la culpa de sus errores al imperialismo, la conspiración antiargentina o lo que sea, y nos invitará a “conservar lo que tenemos”.

El análisis del columnista de TN.com.ar




Es un ejemplo paradigmático porque el no peronismo termina por hartar a la ciudadanía, subiéndose al púlpito y orinando agua bendita desde allí.


Como los Trotskistas y los Libertarios austriacos, nunca asumen las responsabilidades de los fracasos, las cuestion es que “nunca es suficiente”.


Y mucho menos se los hacen pagar a su propias dirigencias, como Carrio; que de ser junto a Rucucu la figura con mayor imagen en 2001 y lograr el segundo lugar en 2007, paso a retratarse con “Republiquita”.