lunes, 26 de enero de 2009

Ausentismo Electoral como Incógnita.


Calculadora en mano, todo el mundo especula con la cantidad de diputados que renovaran cada una de las fuerzas políticas existentes.

Como Pecador Consuetudinario también lo hago, pero hay un ruido de fondo que me molesta.

Que yo sepa, nadie toma en cuenta el nivel de participación, y es un dato que puede cambiar los resultados.

A ver si me explico, no es lo mismo las elecciones presidenciales del 83/89 donde el ausentismo llego al 15%, que las del 2007 que llegaron al 24%.

Tradicionalmente las de “medio periodo”, que son legislativas puras, movilizan mucho menos.

Entonces, según se movilicen o no, esos ¿2.000.000? de electores cambian el panorama; no hay encuesta que soporte semejante margen de error.

Para completar el Combo tenemos los míticos votos en blanco y/o anulados, que en el 2001 representaron la 1ª fuerza en la CABA (29%) y la 2ª en la PBA (19%).

Si fuera responsable de la estrategia electoral, en alguno de los dos distritos, me estaría devanando los sesos para movilizar y/o anular las tendencias que se insinúan.

Un 20% de votos en blanco en la CABA es un golpe mortal para las aspiraciones presidenciales de Macri y Carrio.

Baja participación en la PBA, sumada al potencial voto en blanco, dañaría al Ejecutivo; pero para la Oposición seria un fracaso estruendoso.

Los votos “no positivos” son igual de impactantes en el Senado como en el llano; pero tienen el mismo efecto nulo en la construcción de Poder.

Solo le sirve a quienes YA tienen estructuras en funcionamiento.

No se puede alegar fraude y/o robo de boletas con mas de un digito de anulados o blancos.

Porque es la demostración de la impotencia organizativa, antitesis de lo que se pretende de un gobierno; aunque sean Republicanos intachables como Frondizi, Illia o De la Rua.

Entonces queridos amigos solo queda calzarse zapatillas cómodas y empezar a caminar, o en su defecto romper el chanchito para que algún genio del 1ª Mundo arme una campaña movilizadora; si saben como.

Anexo sobre hipótesis de Clase y Espíritu Cívico

“Los pobres están condenados a la participación”

–Pobres ciudadanos, el título de su reciente libro, une dos términos que suelen verse como contradictorios en muchos relatos políticos o periodísticos en boga. ¿Pensó en eso cuando lo tituló?

–Pensé en eso esencialmente. Pensé en esa lectura que se hace solamente en la Argentina. Si usted dice lo mismo (“pauvres citoyens”) en Francia la lectura es “católica”, compasiva. “Pobre ciudadano, qué mal que le ha ido.” Pero no hay la tensión que se observa acá. La Argentina es un caso paradigmático de un doble recorrido, más fuimos ciudadanos, más fuimos pobres. Contradice cierta lógica progresista ¿cómo puede ser que un país se democratice y se empobrezca a la vez? Ni siquiera los países del Este europeo hicieron este camino, porque no se han democratizado cabalmente.

–Se suele decir que los pobres no tienen acceso a la ciudadanía toda vez que “la política de los pobres” es de segunda. Los pobres son definidos como rehenes, sometidos a las redes del clientelismo.

–En realidad, son pobres y son ciudadanos, con todas las fuerzas que esos dos términos tienen. La pobreza, incluso en casos muy duros, no disuelve la conciencia del ciudadano. Cuando uno trabaja con gente de sectores populares ve que tienen una conciencia ciudadana mucho más aguda de lo que podría imaginar a priori. Esos tipos, que están en condiciones de vida muy embromadas, tienen posibilidades de desarrollo político más limitadas que otras personas, pero no debe abusarse del concepto de clientelismo. El clientelismo es un punto de vista muy fértil para criticar al Estado o al sistema político, porque es cierto que el deterioro de las condiciones de vida limita las posibilidades políticas. El problema viene después, cuando se piensa en cómo construir fuerzas populares. La idea del clientelismo lleva a un callejón sin salida, porque piensa sólo en términos de dominación negando la potencia que existe para liberarse.

Denis Merklen y Mario Wainfeld; hacer clic aquí.

Los datos del ausentismo son de Andy Tow, hacer clic aqui