viernes, 13 de octubre de 2017

Antes del 17

A fines de los 20 y principios de los 30, un Capitán que estaba organizando la Escuela de Suboficiales, se ponía a tomar mate con los futuros Suboficiales.

Eran las largas guardias del fin de semana, que generan ese vació insoportable en los hombres jóvenes y sanos, el tiempo pasa lentamente y es una tortura pensar que los demás se están divirtiendo.

Entre charlas sobre Fútbol, Tango y minas; el Capitán trataba de infundir los temas que no trata el Reglamento.

Una de sus preguntas preferidas, era esa.

Las respuestas variaban, 3 meses de Instrucción Básica; un año, cuando pasaban a Reserva Activa.

Con el pucho en la mano, la media sonrisa y el guiño cómplice, decía “Veinte años”.

“Todo comienza en la panza de la madre, ella debe estar sana y alimentada.

Su niñez, debe ser feliz, con los cuidados que se merece; sin pasar hambre, enfermedad, o pobreza solemne.

Es necesario que estudie según su capacidad, sin la obligación de ir a trabajar para ayudar al puchero familiar.

En su primera juventud, debe tener la posibilidad de aprender un oficio digno, que le permita solventar sus gastos y labrarse un futuro.

Es en ese momento, a los 20 años, que el Ciudadano se convierte en Conscripto.

Para que le enseñemos las artes de nuestro oficio.

Yo me he visto en la ingrata tarea de rechazar a más de la mitad de los incorporados.

Tuberculosis, Sífilis, Desnutrición, Enanismo, Retraso Mental; no eran aptos para defender a la Patria, no por su culpa, el sistema social injusto es el responsable.

De la mitad que era apta físicamente, la mayoría apenas sabía leer, o no tenían oficio.

Porque no podemos llamar oficio digno a ser una bestia de carga.

Solo fuerza física y mansedumbre “para lo que gusten mandar”.

Nos vemos obligados a enseñarles las primeras letras, los principios de higiene y urbanidad.

Se encontraran explicándoles a sus hombres la necesidad de utilizar el profiláctico.

Como dirigirse respetuosamente ante los otros, sin caer en lo abyecto.

No olvidemos que el Ciudadano Conscripto, no hace la milicia porque le guste, como a nosotros.

Estamos obligados a dar la vida por la Patria, si hay Guerra.

Pero en la Paz, ellos también dan un pedazo de vida, nos donan un año.

Renuncian a su Libertad, sus Afectos, sus gustos y manías,

Esta en nosotros que ese año no sea un desperdicio”

Peirano, me dirás con razón, ¿para que carajo contas esta historia, de hace 80 años?

Porque vos sos el responsable de incorporar a la vida productiva al Núcleo Duro de Artemio.

Tu éxito no depende del aumento del PBI, las Inversiones o Ganancias de las Empresas.

Se mide en la creación de trabajos dignos, que sirvan para labrar un futuro.

En la capacitación laboral, que es tu insumo estratégico.

Porque el Mercado no lo va a hacer, la inversión de tiempo y dinero no es rentable.

¿Cuanto tiempo se necesita para tener un tornero, tractorista, camionero, empleado de comercio u oficinista?

Veinte años, desde el vientre materno.

¿Cuántos años se necesita para tener un ingeniero, contador, analista, o programador?

Veinticinco, desde el momento que una mujer sabe que va a ser madre.


miércoles, 25 de julio de 2007



3 comentarios:

GUI dijo...

Manolo, los que lo leemos siempre ya conocemos la pregunta de Juan Sosa, pero en este posteo no está. Mensajes como este se queman. saludos.

Nando Bonatto dijo...

Maravilloso

Nando Bonatto dijo...

Sencillamente genial