jueves, 8 de noviembre de 2007

“toda carta llega a su destinatario”; Lacan



Hay una cantidad significativa de imágenes en donde el contacto corporal entre los líderes y el pueblo se expresa en una cercanía de diálogos.

Se trata de establecer un contacto que apela a un especial tipo de “escucha”:

Perón y Evita parecen dispuestos a escuchar las necesidades del pueblo y a transformar el silencio histórico de las masas en un discurso.

Y este diálogo no es sólo oral, también hay escritura, hay cartas que el pueblo escribe a la Fundación Eva Perón para singularizar sus deseos y necesidades

El ciudadano escribe cartas en transferencia con Eva para expresar sus problemas y estas cartas son respondidas por la fundación que Eva preside.

En el seminario de la carta robada, Lacan trabaja sobre el cuento de Poe que trata sobre una carta comprometedora que resulta invisible aunque está a la vista.

El cuento plantea un enigma que sólo un detective puede resolver.

Lacan concluye el seminario con una frase que se ha transformado en axioma: “toda carta llega a su destinatario”.

Parafraseando a Lacan aunque la referencia es oblicua…

En el recorrido de las cartas que el pueblo escribe a FEP, la carta no solo llega a su destinatario, sino que también crea un destino en el sentido en que lo forja, lo fuerza.

La carta tiene efectos.

La carta trae un discurso que aunque estuvo a la vista nadie le prestó atención porque no estaba escrito ni dicho, es el peronismo el que encuentra la sensibilidad para escuchar las necesidades de las masas.

En verdad, la carta propone un tipo de representación anterior a la televisión y al actual talk show, un tipo de representación que no relacionaríamos hoy con la política.

Se trata de un sistema de representación política en el que la carta confirma que la relación entre ciudadano y representante que expresa el voto no es una ficción

Claudia Soria

University of Southern California

Agosto 06

ISO, Buenos Aires

El peronismo: imagen y propaganda en Argentina en marcha (1950)

http://www.unsam.edu.ar/home/material/Soria.pdf



7 comentarios:

Mendieta dijo...

Manolo: no sólo la carta. Estaba también ese orgullo como portador de la libreta de afiliación, no?
Abrazo

Juan dijo...

Manolo: muy bueno!! El seminario ese de Lacán es interesantísimo, y es muy original la lectura que hace esta mujer (decir "esa mujer" sonaría demasiado walshiano, no?)

Igual ya me veo venir las críticas de "los ilustrados" que quieren liberar a "nuestros hermanos pobres", y que (seguro) van a decir que eso es reivindicar la dádiva desde la contrucción intelectual... Encima lacaniana!!!!! En fin...

Ud. que hace buenas migas con Artemio, ¿por qué no le presenta a esta mujer al amigo de Artemio, Jorge La Ferla, "el último peronista lacaniano" (Artemio dixit)?

Hard Core dijo...

Debe haber algunos que no escuchan por defecto? (default como en computacion, no como defectuosos)

ayjblog dijo...

uh, esto me hace acordar cuando vivia en el Norte, todavia quedaba gente que se acordaba cuando esa mujer fue en tren y desde las ventanillas tiraban plata, mis abuelos recordando la sidra y el pan dulce y las maquinas de coser.
sono gorila, pero no lo es, Ud Manolo sabra que en la quema del Jockey no hubo una sola quema, fueron dos hechos en dos lugares, ud lo sabia no? y uno de ellos mas paradigmatico aun que la del Jockey Club, quiero creer que lo sabe, es en un lugar donde hasta 1945 cerraban la plaza para que no molestaran los pobres la hora del te

Rafa dijo...

Manolo: muy valioso el trabajo. La enorme eficacia de Perón y Evita en crear identidad y subjetividad popular, no es una de las menores causas de la permanencia del peronismo.

Un abrazo.

Calo dijo...

Lacan y Perón,
un solo corazón

Primo Louis dijo...

Alejandro Groppo, un profe de cs. política que se doctoró con Laclau decía eso sobre el peronismo. Y siempre citaba a la reunión previa al 17 de octubre donde se dijo "Perón nos dio mucho más de lo que nosotros podíamos imaginar". Eso es la política: dar una identidad y una dirección, no responder a las demandas sino poder leer en ellas el síntoma de aquello que le falta palabras. y Ponerles cuerpo y acto.
Saludos Manolo!