viernes, 24 de agosto de 2007

Perón, entre los Sindicatos y las Instituciones. 1ª parte.

¿Qué podían tener en común, en los años 40, un militar de carrera y la masa obrera de origen europeo?

Cientos de páginas para explicar lo que las teorías consideraban absurdo.

-Viejos proletarios, con formación marxista o anarcosindicalista, versus nuevos proletarios criollos de tradición clientelistica patriarcal.

-Mecanismos de cooptación NAZIFASCISTAS, contra el esclarecimiento del papel del proletariado.

-Republicanismo Selecto enfrentando el aluvión zoológico.

-LIBROS SI, ALPARGATAS NO.

La mayoría olvida un autor que influyo decisivamente en la formación de los conceptos de Movimiento Obrero y Nación en Armas, en el siglo XIX.

Cuando Perón les decía a los Delegados Gremiales, “copien al Sindicato mejor organizado”, no era un recurso retórico.

Los conceptos de Masa, Orgánico e Inorgánico, Organización y Disciplina, Nación y Sociedad Civil; no eran desconocidos para los luchadores sociales.

También conocían la IRRELEVANCIA de las Instituciones Constitucionales frente a los Factores Reales y Efectivos de Poder.

“…..el Ejército, está organizado, puede reunirse a cualquier hora del día o de la noche, funciona con una magnífica disciplina y se puede utilizar en el momento en que se desee; en cambio, el poder que descansa en la nación, señores, aunque sea, como lo es en realidad, infinitamente mayor, no está organizado: la voluntad de la nación, y sobre todo su grado de acometividad o de abatimiento, no siempre son fáciles de pulsar para quienes la forman: ante la inminencia de una acción, ninguno de los combatientes sabe cuántos se sumarán a él para darla.

Además, la nación carece de esos instrumentos del poder organizado, de esos fundamentos tan importantes de una Constitución, a que más arriba nos referíamos: los cañones.

Cierto es que los cañones se compran con dinero del pueblo: cierto también que se construyen y perfeccionan gracias a las ciencias que se desarrollan en el seno de la sociedad civil, gracias a la física, a la técnica, etc.

Ya el solo hecho de su existencia prueba, pues, cuán grande es el poder de la sociedad civil, hasta dónde han llegado los progresos de las ciencias, de las artes técnicas, los métodos de fabricación y el trabajo humano.

Pero aquí viene a cuento aquel verso de Virgilio: Sic vos non vobis! ¡Tú, pueblo, los haces y los pagas, pero no para ti!

Como los cañones se fabrican siempre para el poder organizado y sólo para él, la nación sabe que esos artefactos, vivos testigos de todo lo que ella puede, se enfilarán sobre ella, indefectiblemente, en cuanto se quiera rebelar.

Estas razones son las que explican que un poder mucho menos fuerte, pero organizado, se sostenga a veces, muchas veces, años y años, sofocando el poder, mucho más fuerte, pero desorganizado, de la nación; hasta que ésta un día, a fuerza de ver cómo los asuntos nacionales se rigen y administran tercamente contra la voluntad y los intereses del país, se decide a alzar frente al poder organizado su supremacía desorganizada.

Hemos visto, señores, qué relación guardan entre sí las dos Constituciones de un país, esa Constitución real y efectiva, formada por la suma de factores reales y efectivos que rigen en la sociedad, y esa otra Constitución escrita, a la que, para distinguirla de la primera, daremos el nombre de la hoja de papel”

Al haber castrado, por el momento, la alternativa de los cañones; los que “rigen” se encuentran en la necesidad de utilizar “la hoja de papel”, como herramienta para defender sus intereses.

Nos quieren hacer creer que es lógico que el voto de un fueguino sea igual a 200 bonaerenses, en nombre de la Seguridad Jurídica Republica.

Que el Federalismo nos obliga por Contrato Constitucional, a percibir un 15% de lo que recibe un santacruceño en la Coparticipación.

Hay mucho más, pero mañana sigo.