martes, 18 de mayo de 2010

Argentina, el Mundo, y el Diluvio que viene.


Greece vs. Argentina: Who wins on penalties?

By Robert Plummer Business reporter, BBC News

Anyone examining the precedents for the Greek financial crisis might well be amused by the draw for next month's football World Cup matches.

For, as fate would have it, Greece's foes in Group B include the country that last suffered a comparable economic fiasco: Argentina.

In the worst-case scenario, Argentina's recent past is Greece's future.

The peso collapse, massive default and subsequent social and political unrest that rocked Argentina in 2001-2002 are being seen by many economists as an awful warning for the politicians in Athens and Brussels.

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Even at first glance, Greece's woes have a lot in common with those of Argentina nearly a decade ago.

On the level of gut instinct - which is, after all, the way the markets generally work - the Greek crisis has the same slow-motion train-wreck feel that characterised Argentina's slide into turmoil.

In Argentina's case, the government struggled to keep the economy on the rails for most of 2000 and 2001 before President Fernando de la Rua was forced to resign.

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Initially, it worked well - so well that it became an article of faith for the opposition Radical Party, too.

In the late 1990s, I interviewed the Radicals' Jose Luis Machinea, tipped for the finance portfolio once the party won the next election.

He was adamant that "convertibility" would be the cornerstone of his policy - and he kept his word when he got the job in December 1999.

But he lasted less than 15 months in office before resigning as the government's efforts to defend the currency peg led to unpopular spending cuts.

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Argentina clearly has lessons to teach the eurozone.

But the UK, too, should pay attention.

In the late 1990s, when convertibility was still working for Argentina, there was a feeling among the Buenos Aires elite that the country had genuinely changed and become a more responsible place.

In the days of hyperinflation, people had maintained the value of their savings by exchanging their local cash for dollars and hiding them somewhere in their homes.

The only bank that was trusted was the "colchon bank" - "colchon" being Spanish for mattress.

That habit briefly abated, but is now back again.

Much as Britain never really eliminated boom and bust, so Argentina's essential nature remains unchanged.

And if you want evidence to back up the view recently attributed to Bank of England governor Mervyn King - that the winning party in the UK's general election will have to take such unpopular economic measures that it will be out of power for a generation - look also to Argentina.

It might have been Mr Menem's Peronists that pegged the currency and ran up the debt, but the resulting crisis happened on the Radicals' watch - and it almost destroyed them as a political party.

This summer, football will provide an exciting diversion for Argentina, Greece and England.

But when economic reality sinks in again, we will all have to pay the penalty.

http://news.bbc.co.uk/2/hi/business/10096028.stm

Traduccion de maquina, hacer clic aquí.

El Diluvio Que Viene.

Comedia Musical italiana de 1973, cualquier parecido con la realidad politica argentina 2010, es fruto de la casualidad.

Don Silvestre, cura del pueblo
Clementina
Crispín, el Alcalde
Hortensia, esposa del Alcalde
Totó, el tonto del pueblo
Consuelo
Dios (voz desde lo alto)

Primer acto.

Don Silvestre, cura de un pequeño pueblo montañés, recibe un llamado telefónico de Dios, anunciándole que enviará un segundo diluvio universal.

Silvestre tiene la misión de construir un arca y salvar a su aldea, que ha sido elegida para repoblar la tierra.

Clementina, que está secretamente enamorada del párroco, está dispuesta a ayudarlo, pero su padre, el alcalde, no cree una palabra de lo que Silvestre dice, a pesar de que éste realiza un milagro con el que convence a todos.

El Alcalde sigue oponiéndose a las intenciones de Silvestre y el pueblo, y todo se complica con la llegada de Consuelo, una mujer de la vida fácil, que distrae a todos los varones del pueblo en la noche previa al diluvio, que por instrucciones del Señor, debía estar dedicada a procrear.

Dios interviene nuevamente para restablecer el orden otorgándole a Totó, el tonto del pueblo, su virilidad, para que mantenga ocupada a Consuelo.

Tras esa noche de pasión, Totó se enamora de Consuelo y le propone matrimonio.

Cuando el pueblo se entera de que Consuelo, al convertirse en esposa de Totó, también subirá en el arca con ellos, se rehúsan a seguir construyendo el arca.

Silvestre trata de convencerlos, pero finalmente decide arreglárselas solo.

Sin embargo, poco a poco, empezando por Clementina, todos se arrepienten y se acercan a ayudarlo, hasta que en un acto de trabajo en equipo, montan el arca y la dejan lista para zarpar.

El primer acto termina cuando descubren que el Alcalde ha desaparecido.

Segundo acto

El Alcalde, que se oculta en la estatua del santo del pueblo, consigue hacer una llamada a las autoridades locales para que detengan a Silvestre en su “demente” plan de subir a todo el pueblo a un arca.

Justo a la mitad de la boda de Totó y Consuelo, el Alcalde debe salir de la estatua debido a una imperiosa necesidad y es descubierto, de modo que es apresado y encerrado.

Más tarde, Clementina le confiesa su amor a Silvestre, quien se resiste a faltar a su celibato, pero tras consultarlo con Dios, éste le dice que Él nunca ordenó tal cosa del celibato, así que Silvestre es totalmente libre de amar a Clementina.

Tras subir a los animales en el arca, Silvestre y todo el pueblo se disponen a zarpar, pero en eso aparecen las autoridades locales, que intentan detener toda la acción.

Sin embargo, el diluvio empieza, y como sólo Silvestre y Clementina están a bordo del arca, a Dios le parece bien que sólo ellos se salven.

Silvestre se niega a dejar que todos sus feligreses se ahoguen, así que en un acto de rebeldía se baja del arca y esto obliga a Dios a detener el diluvio.

Al final todos celebran su salvación con una gran comida.

Silvestre le pide perdón a Dios por su rebeldía, y Éste decide acompañarlos en su celebración (de ahí el título original de la obra, "Pon un sitio más en la Mesa").

http://es.wikipedia.org/wiki/El_diluvio_que_viene

http://it.wikipedia.org/wiki/Aggiungi_un_posto_a_tavola

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