viernes, 8 de octubre de 2010

¿Arde el Palacio de Justicia?; dinámica de las Movilizaciones populares y el Poder Judicial.

La justicia configura el delito

Perón. -
Entonces, las consideraciones son sobre la configuración del delito.

Esa es una tarea del juez, el que hace la configuración del delito de asociación ilícita es el juez.

Nosotros no podemos pensar en que ya la ley va a ir configurando los delitos de asociación ilícita.

Eso es una enormidad; esa es una tarea para el juez.

Lo que no esté claro en la ley será el juez el que lo interprete.

Yo no lo considero una dificultad porque eso ya se ha discutido entre nosotros, en el Poder Ejecutivo.

En cualquiera de esas circunstancias, el delito lo configura el juez, no nosotros.

La ley no configura un delito, la ley enuncia un delito y sanciona ese delito.

Quien debe configurar el delito e imponer la sanción correspondiente es el juez.

Diputado - Con relación a esta figura de asociación ilícita, nosotros pensamos que la justificación que se hace en el proyecto es excesivamente ambigua; están desdibujados los contornos de la figura penal y permite incluir dentro de este tipo de asociación ilícita un sinnúmero de situaciones.

Una ley necesaria

Perón. - Pero si no cometió el delito... en una emboscada de esta naturaleza asesinando a las personas que están tranquilas y en paz.

Ahora bien, si esto no implica la necesidad de ser enérgicos a través de la ley, no estaremos jamás respetando la ley desde que la pedimos.
El Poder Ejecutivo pide esta ley porque la necesita.

Hay treinta asaltos que justificarían una ley dura; sin embargo hasta ahora hemos sido pacientes, pero ya no se puede seguir adelante, porque de lo contrario la debilidad nuestra será la que produzca la propia desgracia del país, que es lo queremos evitar.
Ahora bien, hablando con toda franqueza, indudablemente no le veo razón a ninguno de los argumentos que vienen exponiéndome para la defensa de la ley.

Eso será por la tarea de discutir y buscar triquiñuelas a las cosas.

No; aquí hay un fin, el medio es otra cosa.

Diputado - Pero la asociación ilícita podría venir por el solo hecho de estar agrupado en una asociación que no esté legalmente reconocida.

Como puede suceder con una agrupación que recién se integra en un sindicato o en una agrupación de base política...

Los fines ilícitos son delitos


Perón. - ¿Pero, dónde está el delito?...

Por otra parte, esa es la tarea del juez y no de la ley, porque asociación ilícita puede haber en todas las gamas de la delincuencia.

Pero todo eso es competencia de los jueces.

Nosotros no podemos hacer de jueces.

El delito lo configura el juez.

Para eso tenemos Cámara y Suprema Corte de justicia.

De manera que ponernos nosotros a hacer una ley configuraría un todo, esto es, configurar todos los delitos de asociación ilícita que existen, y que son infinitos.

Todo aquel que se asocie con fines ilícitos configura el delito.

Ahora, quien debe determinar si el fin es lícito o ilícito es el juez.

Para eso tenemos jueces.

Por otra parte, no es el objeto mío conversar sobre estas cosas, porque no corresponden a mí.

Toda esta discusión debe hacerse en el bloque.

Y cuando el mismo decida por votación lo que fuere, ésta debe ser palabra santa para todos las que forman parte de él; de lo contrario, se van del bloque.

Esa es la solución.

http://www.elortiba.org/notapas10.html

El Republicanismo realmente existente, con el fogoneo de la Inseguridad, se esta metiendo en una trampa que dinamitara la División de Poderes.

En nuestro Pueblo hay un quiebre entre los Sectores Pobres y los Sectores Medios y Altos.

Los segundos creen que con salir a protestar ante el Poder Ejecutivo y el Legislativo, alcanza y sobra.

Mientras que los primeros saben, por propia experiencia, lo que señalaba Perón en 1974.

“…esa es la tarea del juez y no de la ley, porque asociación ilícita puede haber en todas las gamas de la delincuencia.

Pero todo eso es competencia de los jueces.

Nosotros no podemos hacer de jueces.

El delito lo configura el juez.

Para eso tenemos Cámara y Suprema Corte de justicia.

De manera que ponernos nosotros a hacer una ley configuraría un todo, esto es, configurar todos los delitos de asociación ilícita que existen, y que son infinitos.
Todo aquel que se asocie con fines ilícitos configura el delito.

Ahora, quien debe determinar si el fin es lícito o ilícito es el juez.

Para eso tenemos jueces”.

El Poder Judicial, como Poder del Estado y como Corporación Profesional (aka “la Familia”, que incluye a los Letrados privados), suele hacer del bajo perfil un culto.

A tal punto, que parecen invisibles para “lagente”; a menos que se encuentren INDIVIDUALMENTE sumergidos en un Proceso Judicial.

A principios de la actual década, que por la Crisis económica y el colapso del Estado, fue mucho mas violenta que estos últimos años.

El Incendio de las Comisarías, y el asalto a las Intendencias, era cosa de todas las semanas.

Hasta que se comprendió que, Constitucionalmente, “las manos están atadas”.

“…el delito lo configura el juez, no nosotros.

La ley no configura un delito, la ley enuncia un delito y sanciona ese delito.

Quien debe configurar el delito e imponer la sanción correspondiente es el juez”.

No es tarea del Intendente, el Gobernador o el Presidente; tampoco de los Legisladores Municipales, Provinciales y Nacionales; sino de Sus Señorías.

Es cierto que existen complicidades de los Ejecutivos y las Fuerzas de Seguridad con el delito; pero quienes tienen el Mandato y la Potestad de imponer las sanciones son los Jueces y Fiscales.

Son ellos quienes otorgan o deniegan la Libertad; son ellos los “idóneos” para caracterizar la “potencial” peligrosidad de los individuos en la vida social.

Es su “libre arbitrio”, el que encuadra la tipificación de las conductas personales, en legales e ilegales.

Si alcanzan los elementos (pruebas) obtenidos por los “organismos” del Ejecutivo; y cual es el tiempo y características de la condena.

Cuando esto quede en claro para los Sectores medios y altos, como lo esta para los Sectores bajos, arderán los Tribunales.

Como ardieron las Intendencias y Gobernaciones el siglo pasado; y como estuvo a punto de suceder con la Casa Rosada y el Congreso en el 2001.

La dinámica de las movilizaciones populares, una vez que están en marcha, son como los tsunamis.

Si no están “encuadradas políticamente”, arrasan con todo a su paso, hasta que se agota la indignación.

Es la eterna historia de los motines y estallidos sociales.

Por todo eso, estimados Republicanos; o se ponen a “organizar” los “instrumentos”, que encaucen las broncas por la Inseguridad, incluyendo la reforma y actualización del Poder Judicial; o esperen el peor de los resultados.

La Ley de Lynch y los Cuerpos de Vigilantes; donde TODOS somos Culpables, hasta que se demuestre lo contrario.

Como le sucedió a Matías Berardi; que era sospechoso, solo por ser un desconocido, en el lugar y momento equivocado.

1 comentario:

Gonzalo FK dijo...

Manolo, muy bueno como siempre.

Me interesa traer aqui una distinción conceptual realizada por Benjamin entre "violencia divina" y "violencia mítica". Mientras que la violencia mítica se refiere a la violencia ejercida por el Estado, la divina es aquella que emerge del flujo histórico como explosión, directamente del pueblo, que puede ser encausada bajo una forma revolucionaria.

Aqui el asunto es que la violencia criminal, es netamente sistémica, desde el punto de vista de que el factor decisor, de justicia, es el juez, un elemento político particular y contingente...

Frente a la violencia sistémica, amparada por el accionar de los elementos judiciales, bajo la misma logica sistémica, es de esperar la explosión de la violencia divina. Y he ahí el principal problema, puesto que no existen causes y formas políticas para enmarcarla, al menos en nuestro presente nacional.

De tal modo que esa violencia divina, se expresará bajo explosiones irracionales y reactivas, como vos lo has señalado...

un saludo