viernes, 19 de enero de 2007

2 ¿AHORRAR SANGRE O AHORRAR TIEMPO?

Lo nuestro es la lucha, o ¿como le regalaron Bienestar Social a Lopecito?

“En abril de 1973, Perdía, Quieto y Firmenich se reunieron con Perón en

Madrid. Al respecto, Perdía escribió:

“...(Perón) destacó que los próximos cuatro años debíamos utilizarlos

para aprender a gobernar y asegurar un eficaz trasvasamiento generacional en

el movimiento y en el país. Manifestó que asumía la responsabilidad de

asegurar que, progresivamente, se nos fueran asignando crecientes

responsabilidades. Argumentó sobre la necesidad de avanzar en la

organización popular y (...) veía en las tareas de promoción social una manera

eficaz para darle continuidad a nuestra organización. (...) El general Perón le

manifestó en esa oportunidad (a Bidegain) la conveniencia de integrar a su

próximo gabinete a algunos muchachos de la JP, para que se vayan

acostumbrando a gobernar”.

Notemos, en estas palabras relatadas por el propio Perdía, que Perón:

1) aceptaba la continuidad de la existencia de Montoneros como tal aún

después de establecido el gobierno popular y aún más allá del período

constitucional de gestión peronista; 2) nos ofrecía, como Organización,

hacernos cargo del trabajo social (léase, el Ministerio de Bienestar Social el

cual, ante nuestro rechazo, quedó en manos de López Rega) para construir

organización popular lo cual, sin dificultad alguna, se interpreta como

organización política. Trabajo social: construir barrios populares, armar

cooperativas, desde abajo impulsar cultura, llegar hasta el último rincón del

país y organizar a su gente. Esto, que constituye la mayor ambición de

cualquier corriente política en el seno de una gestión gubernamental

políticamente heterogénea, significaba, nada más ni nada menos, que

fortalecer el crecimiento de nuestra Organización en las bases peronistas y,

con ello, darnos una auténtica posibilidad de lograr, en cuatro años, la

hegemonía política del movimiento peronista. Nos heredaba el movimiento, nos

ofrecía el futuro porque, digámoslo de una buena vez, el presente era él, el

propio Perón.

La conducción nacional de la Organización, jamás informó a sus cuadros

de esta oferta -político-estratégica en relación con nuestro futuro de cabo a

rabo- la cual, por lo tanto, no tuvo oportunidad de ser debatida.

http://www.bitacoraglobal.com.ar/textos/Columnas/C_Amorín_BuenaH29.pdf

Se comienzan a ganar la calificación de imberbes, por no decir algo peor.

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