miércoles, 24 de septiembre de 2008

Conclusiones:

P.: Vamos entonces a las conclusiones. Por fa­vor, Pandolfi, las suyas.


Pandolfi: La posición del señor Tosco tiene cohe­rencia interna.


Comparto algunos puntos de vis­ta, otros no, pero creo que hay una lógica interna de razonamiento.


Del señor Rucci debo decir que no entiendo la lógica interna de algunos puntos, especialmente lo que se refiere al el concepto de revolución y salgo del programa sin entenderlo.


Silvia Odoriz: Coincido también con Pandolfi en que Tosco es más coherente en lo que debe ser el planteo de la clase trabajadora.


Con respecto a Rucci, entiendo que se ciñe a consignas demasia­do estrechas para la clase trabajadora, y por otra parte no define exactamente el socialismo que él propugna.


Y dentro de eso no entiendo cómo hace él para congeniar los intereses de los trabajadores con los de los empresarios capitalistas.


Horacio Salas: En lugar de hacer una asevera­ción sobre cada una de las personas que estuvie­ron esta noche en ‘Las dos campanas’ creo que la conclusión que se puede sacar -y viene a cuento de lo que dije al comienzo del programa, de que estábamos portándonos como chicos buenos- es la de que realmente nos hemos portado como adul­tos.


Creo que es una prueba de adultez democrá­tica, pero democrática en el buen sentido, no en el que le daban los ‘gorilas’ del año 55.


Creo que adultez en serio en lo que se refiere a que tenemos capacidad de dialogar.


Cuando a mí me dijeron, hace una semana, que se iba a realizar este en­cuentro, sinceramente pensé que no se hacía, y a la gente de la producción le pregunté si había que venir con cachiporra.


Personalmente no conocía a ninguno de los dos dirigentes personalmente, con alguno tengo afinidad política, y con el otro tengo algún tipo de afinidad en la lucha antimperia­lista.


Pero pienso que ésta es una prueba eviden­te de que la Argentina tiene madurez, y que esa madurez puede hacer, de una vez por todas, que gobernemos nosotros mismos.


Pablo Giusiani: Creo que éste ha sido uno de los programas más positivos de los últimos tiempos.


Claro que todos los que vivimos acá pensamos que éste iba a ser un programa totalmente distin­to de lo que fue.


Pensamos que iba a haber una tremenda pelea y en cambio hemos visto a dos personas que son protagonistas de uno de los en­frentamientos políticos y sindicales de la Argen­tina de nuestro tiempo, dialogar tranquilamente sin ningún tipo de escándalo que todos esperába­mos que ocurriera.


Creo que esa es la conclusión más positiva de este programa.


RUCCI: En alguna medida ha pretendido ser útil a la opinión pública, para que conozca lo que yo sostengo como la verdad de lo que represento y creo en este aspecto el resultado puede ser posi­tivo.


TOSCO: Agradezco la oportunidad de haber po­dido exponer ante la opinión pública y el pueblo, el punto de vista que no es mío sino de la clase obrera y el pueblo de Córdoba.


P.: ¿Cree Rucci que queda algo por decir?


RUCCI: Yo simplemente diría para coincidir también con lo que dice el compañero Tosco, que estoy convencido de que lo que yo he expuesto no es solamente el punto de vista del pueblo de Cór­doba sino que incluyo al pueblo de Córdoba en el pueblo de todo el país.


P.: ¿Puede ser que a partir de ahora no haya más solicitadas, entre ustedes?


RUCCI: Cada uno sabe de su obligación y asu­me las responsabilidades.


Yo sé de mi obligacióncomo secretario general de la CGT y he asumido esa responsabilidad.


TOSCO: En tanto y en cuanto sea necesario fi­jar las posiciones de lucha de la unidad comba­tiva nosotros hemos de continuar con esta misma práctica del movimiento obrero. Córdoba es del movimiento obrero argentino y de la lucha anti imperialista latinoamericana.


Fuente: Revista “Así”, febrero de 1973. Editorial Sarmiento s.a. Buenos Aires, República Argentina.


http://www.fj2000.org/upload/docs/rucchi.pdf



Como Tarea para el hogar, además de leer el largo Debate, seria interesante que se analice el posterior derrotero de los periodistas del panel.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente, tenes la desgrabacion del debate?

Anónimo dijo...

Ya lo enconetre en le Link; gracias por el material¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Abel B. dijo...

Muy bien, compañero Manolo. Como de costumbre, muy buena puntería. Habría sido de cuidado en los años duros...
Un abrazo
Abel

oti dijo...

No hay ningún antagonismo "objetivo" entre la burocracia y los trabajadores, ni tampoco entre la burocracia y los dirigentes combativos.

El antagonismo que pudo haber habido es el que decidieron darle los protagonistas, no reside nada más que en la ideología y en la voluntad. Pero esto de "objetivo" poco y nada tiene. Creo que el enfrentamiento subyacente no era para nada "ideológico" ni de "clase".

El problema son los desfasajes y el fanatismo. Cuando los combativos señalan un enemigo interno en la clase trabajadora y cuando la burocracia señala un enemigo infiltrado. Pero esto procede de prácticas e ideas que se hacen los protagonistas, no quiere decir que tenga fundamento real eso, aunque las consecuencias de ellas luego sí sean realidad (la violencia, el antagonismo, etc.).

Creo que en el fondo, muchos lo odiaban a Rucci no porque sea burócrata sino porque era leal a la conducción del General, y cuando la izquierda se equivocaba él no se privaba de señalarlo con bastante claridad.

El problema era la ceguera en entender la práctica diferente de cada sector dentro de un sentido único. Creo que esto no se lo podía representar bien ningún sector. Sucedía algo así como el equipo donde cada uno tiene una camiseta diferente y nos fijamos en lo diferente de la camiseta y no para qué lado patean.

En la práctica política de aquel tiempo el color de la camiseta condicionaba la capacidad de entender para qué lado se estaba pateando (estrategia). Muy poca ayuda tenía el General en esta tarea.

Me parece que no podremos llegar a nada superador del pasado si en algún punto no rompemos lo que nos encadenaba en ese pasado y seguimos reproduciendo hoy, bajo otra modalidad más frívola y light, los mismos sentimientos subyacentes del pasado.

El asunto es que para liberarse de esos sentimientos es preciso haber cambiado la propia mente, para así ver el pasado (y el presente) de manera diferente.

Anónimo dijo...

Hagamos una cosa Manolo, toooodos ustedes reivindican a Tosco (y piden perdón por haberlo llevado a la muerte) y toooooooodos nosotros reivindicamos a Rucci y asumimos que Firmenich es un hijo de puta. No nos va a costar mucho. ¿A ustedes?