jueves, 29 de abril de 2010

Betty de Florida y los viejos insidiosos de Boedo.


Fines del 68, La perla del Once; a mis casi 12 años, batía el submarino, en la obligatoria espera del tren para Haedo.

Sábado por medio, los viejos de la familia, contribuían a mi educación cultural y política.

Cine Arte o el Cosmos; conferencias en algún Sindicato o agrupación cultural; y los bares, Politeama, La Fragata, los Suárez, el Ramos, la Martona de Tribunales, el Richmond de Florida.

En este último éramos un espectáculo; tres recientes sesentones, inmigrantes curtidos en todo tipo de lucha social y política; y un prepuber con su camperita de cuero.

No estábamos por las masas, que competían cabeza a cabeza con las de la Confitería Suiza; sino por algo más sutil, aprender a leer el lenguaje corporal de la Oligarquía, en su ámbito natural.

A tiro de piedra estaban las sedes de la SRA y La Nación; dentro de las 10 manzanas más poderosas de la Patria.

El Discurso no es la Acción, repiqueteaban permanentemente; obsérvalos en silencio, déjalos hablar todo lo que quieran.

Y recién, después de analizar las posturas físicas defensivas, retruca.

A fin de cuentas, el Verbo siempre esta subordinado a la Praxis.

Como decía al principio, La perla era una parada obligada; para que me regresaran a mis padres, y su educación formal.

Pero no era un bar cualquiera, como el resto de los nombrados, sino un puesto de frontera.

Once, como Retiro y Constitución; era donde emergían los Morlokcs de los suburbios, para servir a los etéreos Elois, los aristócratas del Poder y la Cultura.

Una orilla donde se mezclaban transeúntes, militantes de base, lumpen, y unos extraños pelilargos.

Que balbuceaban en español melodías del “Far North”; muy diferentes al rock de Eddy Pequenino, el ortodoxo de Bill Haley.

Estaban más relacionados con los mejicanos; los Teen Tops, o el genial Tin Tan Valdez.

El hermano de Don Ramón, epitome del Pachuco, hijo bastardo de la frontera cultural de gringos y frijoleros.

El cine argentino, luego de la Libertadora; se había obsesionado con la frivolidad y aridez del existencialismo.

Y los mejicanos, ocuparon el vacío del entretenimiento.

Lo mismo sucedía con la música; como expresión de la Cultura de Masas, el Folclore era la correcta línea política.

Las Izquierdas y Derechas, competían por imponer sus autores e interpretes.

Mientras que en el Tango, existía el Gran Clibaje; los de Piazzola, contra el resto, resolvían las diferencias a sillazos.

Ese fue el origen de Polémica en el Bar; las diferencias de las hinchadas de D’Arienzo, Salgan, Troilo, Stampone, Mores y Pugliese; se suspendían, para atacar, unidos, la gran herejía de los Piazzolistas.

Que desnaturalizaban el Tango, tanto el Canción como el Danza; eran imbailables.

Muy parecido a la reacción de los anti K y no K, frente a los Kaka

“Ay, Manolito, no tengo ni la menor idea de lo que sucede; pero algo esta sucediendo”, decía el Tío abuelo Antonio, mientras observaba a unos pelilargos.

“Me siento que estoy en el Boedo de los 30”, le respondía el Tío abuelo Genaro.

“Están equivocados, les retrucaba, en mis casi 12 años, estamos en Jujuy al 20” ;-()

“Buena chicana Manolito, pero lo que dicen los Compañeros, es que olemos el puchero; pero por nuestra edad no sabemos que condimentos lo componen, y que sabor tendrá cuando lo pongan sobre la mesa”; cerraba el Tío abuelo Anselmo.

“Esa es tu tarea generacional, interpretar y comprender los fenómenos subterráneos, para que no te sorprendan cuando irrumpan”, Antonio.

“Nosotros, los viejos, solo podemos advertirlo; y maravillarnos, u horrorizarnos, de los resultados; sin cometer el pecado de minimizarlos o negarlos, porque no se adaptan a nuestros gustos”, Genaro.

Con los años amaron la poesía del Capitán Beto, se emocionaron con Porsuigieco, y cantaron en voz en cuello el Himno de Pedro y Pablo.

¡Marcha! Un, dos...
No puedo ver
tanta mentira organizada
sin responder con voz ronca
mi bronca
mi bronca
Bronca sin fusiles y sin bombas
Bronca con los dos dedos en Ve
Bronca que también es esperanza
Marcha de la bronca y de la fe...

Así que; estimada Betty Sarlo de Florida, musa de este post, hacer clic aquí.

Te faltan; la perspectiva que dan los años, la sabiduría de indagar los antecedentes, y la calle de Boedo; para comprender el fenómeno.

Que no nació el sábado de Kaníbal, hacer clic aquí, para ver el post de Omix en Artepolítica.

Ni esta compuesto, exclusivamente, de pendejos nerd rentados.

Somos muchos, los viejos insidiosos, curtidos en todas las experiencias de las luchas políticas; que compartimos con los “pelilargos” su poesía, aunque nos chirríen las notas.

Vos seguí en el Richmond, con sus masas y ritos de la hora del te; con la estampita de San Osvaldo en la billetera, aunque ya nadie lo escuche, y lo comprenda.

Que conste que esto no es un escache a tu persona, solo una critica de mi lectura; que, lamentablemente, puedo escribir en MI Blog.

Y como ya sabemos, cualquier boludo tiene un blog; así que, tómalo como lo que es, una boludez de un viejo transeúnte.

12 comentarios:

Unknown dijo...

Esto sería otra patada en los ovarios. (con la aclaración de no estar haciendo apología a la violecia de género)

Los broli no te dan lo que la calle Beatriz, JPF!

Usté se zarpa manolo. Gracias.

Rafa dijo...

Manolo querido, mis felicitaciones y agradecimiento por el post. Y vaya un abrazo de otro viejo insidioso. Igual al que nos dimos el sábado de Kaníbal.

Rafa

Paco Urondo dijo...

Exelente Manolo , pero te equivocas cualquier boludo tiene una columna de opinion en La Nacion , lo digo por Majul jajajajaja.
Abrazo.

Néstor Sbariggi dijo...

Que avanzada la de la foto Manolo! Yo también me acordé de esa tarde con todo este asunto.

Saludos

Caíto dijo...

Estimado Manolo, visito su blog y lo leo con asiduidad. Me parece muy interesante éste último post, y su mención a la "vieja" guardia, tangueros, Piazzola y la vanguardia...que época. Sólo que al final, la despide a Betty en la Richmond con las masas finas y el té y la estampita de "San Osvaldo"...se referirá al Troesma? a "San Pugliese? Le pregunto por que soy sobrino nieto de Don Osvaldo, y si usted lo conoció, sabrá que no le gustaba ese boato. Llegó a tocar en el Colón, cómo otros artistas populares a quién se le abre una puerta grande luego de 50 años de carrera. Pero en la Richmond Manolo, no lo habrá encontrado jamás, menos con Betty Sarlo. El viejo tenía otros gustos. Le gustaban los minones de la milonga, Betty Sarlo, que quiere que le diga, mucha sarasa Manolo.
Saludos.

gatorall dijo...

Manolo, como siempre muy buen post.Ahora, en la foto se deschava está con el sobre en la mano. ¿Es el del Anibal?..Je,je
Saludos

manolo dijo...

Caito
Estimado, por mi edad en esa época, no lo llegue a tratar a Don Osvaldo.
Pero si conviví con gente de su generación, que lo conocía de toda la vida.
Es cierto lo que dice sobre la iconografía; y que él, Pugliese, lo soportaba como una carga militante. ;-(
Un aspecto poco estudiado, es la similitud entre las hinchadas tangeras, y las bandas roqueras; estar en uno u otro grupo, no era solo una definición estética, sino política y social.
La chicana del Richmond, no es, evidentemente, por Don Osvaldo; un exquisito músico popular, en el sentido literal.
Un abrazo

manolo dijo...

Gatorall
¿El sobre?, me subestima, mi amigo.
Yo, no me muevo si no es por un maletin. ;-P
Un abrazo

Marmaduke/Eddie/Matt dijo...

Manolo, la elegancia con la que escribís y los lugares que mencionás me produjeron tristeza pero de esa tristeza bonita, de esa que duele pero también sonríe. Ya se que mencionás todo eso como encuadre a lo que decís de Sarlo pero, perdoname, hoy para mí la forma es el fondo. Es que en dos días ya voy a cumplir setenta y uno y te agarra la nostalgia, ¿viste?
Y nunca me voy a olvidar aquel baile de Carnaval en el Centro Lucense de Olivos donde nadie bailaba cada vez que era el turno de don Osvaldo Pugliese y su orquesta. Toda la concurrencia de pie, escuchando la música con un respeto y un silencio religiosos. Tal la devoción por ese monje laico y su música.
Eddie

Unknown dijo...

Sarlo, María Elena Walsh y Graciela Castagnola de Fernández Meijide, el Trío Corazón.

La Perla del Once estaba en Rivadavia, a media cuadra de Jujuy. Después se mudó a la esquina. Usté es un pibe.

A usted le agarró un ímpetu de Marechal con sus tíos abuelos.

Una experiencia para quién no sufra del corazón: vaya a la Ideal de Suipacha cuando no haya turistas y mire bien. "...vencida de la edad sentí mi espada..
y no hallé cosa en que poner los ojos..."

Marmaduke/Eddie/Matt dijo...

¿Se mudó a la esquina La Perla del Once? No sabía.
El primer recuerdo que tengo de Plaza Once es de diciembre de 1946. Vinelli, Iturralde y Cia. remataban lotes en Paso del Rey y había "autos de excursión gratis" -las famosas bañaderas- que nos llevaron. Mi viejo compró cuatro lotes. Quizás el único buen negocio que hizo en su vida.
Eddie

El Canilla dijo...

Manolo, juro que escribí sin leerte. Debe ser generacional o la escuela de cuadros, a la que me ratié por causas de fuerza mayor;(