¿Cuánto tardaremos en ser tan “normales” como Méjico y Brasil?, reclaman muchos lenguaraces de
¿La verdad?, yo no se si solo lo dicen por el autismo histórico, o si también influye la creciente bipolaridad de su anomia social.
En fin, espero que no les moleste la columna de Jacobo G. García en El Mundo de España.
Lo que describe, tan crudamente, es Contingencia altamente probable; que esta a la vuelta de la esquina.
Mientras que en Harvard, Berkeley y
Lastima que cuando lo hagan sea tarde.
Periodistas entre 'narcos'
· Los cárteles imponen la ley del silencio de los medios de comunicación
· Sus jefes de información llaman para decir lo que tienen que publicar
· Los periodistas se juegan el pellejo por 600 euros al mes
Jacobo G. García | Ciudad Victoria (Tamaulipas)
Pueblos enteros tomados durante días por el cártel del Golfo o por los Zetas, alcaldes que piden permiso para despachar, 'narcos' que cobran la luz, el agua y el gas, negocios quemados y saqueados, combates que duran toda la noche o matanzas a plena luz del día.
Todo esto se sabe pero se maquilla o se publica edulcorado. Los periódicos locales se limitan a reproducir comunicados oficiales o 'notas blancas' y las páginas dedicadas a sucesos hablan sólo de accidentes de tráfico. Para la radio y la televisión el tema ni siquiera existe. Así están las cosas en el norte de México y este es el periodismo que se hace.
Y es que el gobierno de Felipe Calderón suele decir que el 90% de las casi 23.000 muertes que ha provocado el 'narco' en los últimos tres años y medio, son resultado de matanzas "entre ellos". Sin embargo en ese 10% que falta van ya muchos policías, niños, un buen número de políticos y periodistas, muchos periodistas. Trabajar en un medio de comunicación en el norte del país sigue siendo una tarea de héroes que cobran menos de 600 euros.
'Plomo o plomo'
"Se dice que aquí se impone el silencio con 'plata o plomo' (dinero o balazo) pero en nuestro caso es 'plomo o plomo así que ya nadie escribe nada que pueda molestar, no se investiga, ni se dice nada que pueda ofender", explica Carlos Matamoros (nombre ficticio), jefe editorial de uno de los principales periódicos de Tamaulipas.
"Y entre las cosas que les irrita está hablar de crimen organizado, prefieren delincuencia o narcotráfico", señala en voz baja y mirando a la puerta de la cafetería donde se produce la entrevista. "Tampoco les gusta que les atribuyamos matanzas que no son suyas porque puede que los muertos fueran incluso amigos suyos y eso les pondría en una situación delicada frente al cártel. También quieren que publiquemos en grande cualquier atropello del Ejército porque quieren que se marchen de aquí y lo mejor es airear los abusos que cometen en la guerra que sostienen", detalla Matamoros.
"Cada vez que hay una matanza llama un tipo que se identifica como 'jefe de información' del cártel de los Zetas y nos dice lo que hay que publicar y el tamaño en que debe ocupar. Cuando hay asuntos importantes, a través de intermediarios nos hacen llegar comunicados para que los publiquemos textualmente. Muchas veces es una explicación de lo sucedido y otras es un mensaje para los cárteles rivales. La única libertad que nos queda es decir: que se chinguen, esto no va en portada, sino en páginas interiores", señala.
Nada más empezar a trabajar en el periódico, Carlos Matamoros cometió una imprudencia de esas que explican como funcionan aquí las cosas. Un circo llegó a la ciudad pero el Ayuntamiento no les dio permiso para instalarse. Así que envió un reportero al lugar. Cuando el periodista regresaba a la redacción un grupo lo subió a una camioneta, le rapó el pelo y le dijo que se olvidara del tema: "Esto no tiene nada que ver con el Ayuntamiento, sino con nosotros" le advirtieron. Lejos de encontrar comprensión, el director del periódico le dijo que nunca debió haber mandado a nadie a cubrir el tema. Si algo aprendió en estos años es que la redacción tampoco es un buen sitio para hablar de estas cosas.
Ocho periodistas secuestrados
Los que traspasan la línea acaban pagándolo, tal y como les pasó a los ocho periodistas secuestrados en marzo, cinco de los cuales siguen sin aparecer. O a los dos periodistas secuestrados de MilenioTV, redactor y cámara, que llegaron de la capital para contar lo que aquí ocurre.
"Es muy fácil escribir desde el Distrito Federal", se queja el corresponsal en Tamaulipas de uno de los periódicos más importantes de México. A él le encargaron el pasado lunes que redactara la crónica del asesinato del candidato del PRI Rodolfo Torre Cantú, a un paso de convertirse en Gobernador en las elecciones de mañana. "Y me dijeron que incluyera en el texto que varios coches con la letra Z en los cristales habían participado en la matanza. Les tuve que decir 'estáis locos, ¿quieres que nos maten a todos?. Si fueron ellos perfecto pero si no es así, yo no salgo vivo'", revela.
"Y nosotros sabemos cómo están aquí las cosas, cuáles son los códigos y cuál es el precio", explica el periodista. Por supuesto todos sus articulos relacionados con la muerte del candidato del PRI, Torre Cantú, y publicados en los ultimos días, han salido sin firmar.
Según Reporteros Sin Fronteras (RSF), desde el año 2000, han sido asesinados 60 periodistas, lo que convierte al país en el más peligroso de América para ejercer el periodismo. El último muerto, este martes en Guerrero, fue tiroteado junto a su mujer y su hija. Para Matamoros de nada sirve que te maten y después que haya una condena del defensor del pueblo, "eso son payasadas". "Estamos solos en esto", se lamenta.
Así que Twitter se ha convertido en el mejor instrumento para dar a conocer lo que muchos periodistas no se atreven a publicar, y que el gobierno local aún se atreve a llamarlo "psicosis social".
http://www.elmundo.es/america/2010/07/03/mexico/1278162473.html
4 comentarios:
Es así, Manolo.
Cuando un negocio es tan grande como el de la droga, el Estado retrocede, se debilita o es directamente sustituido.
No le asombre que un día Méjico termine pidiendo la intervención del ejército yanki.
¿Vió lo del submarino ecuatoriano? Treinta metros de largo, no es chiste.
Según un subcomisario de la bonaerense que tengo de cliente, Argentina no es un narcoestado por que los políticos argentinos no respetan ningún acuerdo ni tienen "códigos" como sí tendrían los carteles de la droga. Emmm
Y otra cosa que me acabo de acordar. Laburé un par de años dando clase en un colegio. Vinieron los del Sedronar a hablar sobre droga y la mina mandó que muchos de los programas de televisión, por ejemplo en noticieros, en los que se "muestran" las nuevas drogas en realidad son "puestas en el mercado", propaganda encubierta pagadas por los carteles. Como ejemplo, en aquella época, puso al éxtasis, que casi no había llegado acá pero que ya era furor en España. Es como cuando el cana después de desbaratar a la banda de asaltantes de cajeros automáticos, te da todas las instrucciones, camufladas con el eufemismo "este era el procedimiento de los cacos", de que es necesaria "una percha de metal, no de madera porque no hace contacto" (cana dixit), ponerle cinta adhesiva y otros elementos, que te lleven al éxito en la campaña de delincuencia -si ese es tu rubro, claro, o si tenés intenciones de iniciarte en él.
no, el tema que acá, desde la época de chicho grande y chicho chico, el monopolio de la mafia lo tiene las policía. y no acepta competencia!
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