Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe:
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial,
S.L.
Indeseable
1 Se aplica a la
persona con la que no es recomendable tratar por sus malas cualidades morales.
2 Se aplica a la
persona cuya estancia en un país se considera peligrosa.
3 Que es rechazable
o indigno de ser deseado.
4 Dícese de la
persona que, por su ruindad moral, se considera indigna de trato.
Diccionario de sinónimos y antónimos © 2005 Espasa-Calpe:
Indeseable
1/ despreciable, maleante, granuja, pícaro, truhán, golfo,
vago, gamberro
2/ peligroso, arriesgado, expuesto
Esto nos lleva a un último punto importante
para comprender la elección del terreno.
En el contexto de afirmación del poder
municipal, después de la debacle del partido peronista en las primeras
elecciones del 1983, el municipio fue uno de los espacios clave de la
reconquista del poder a nivel provincial y nacional.
Cuando llegué a la Argentina, el debate sobre
la descentralización y el lugar de lo local en la instrumentación de las formas
de gestión participativa estaba en su apogeo, otorgando un papel creciente a
los nuevos actores, –Iglesias, ONG, Organizaciones populares, militantes– que
se habían afirmado en los años de dictadura, comprometiendo de esta manera a
los poderes locales a implicarse más directamente en la gestión de los
territorios (Prévôt-Schapira, 1993:151-172).
En Moreno existía un sólido núcleo de
militantes peronistas que encarnaba estas ideas.
Así el municipio se convirtió en uno de los lugares
estratégicos de las nuevas formas de gestión, de experiencias inéditas,
impulsadas por un pequeño núcleo proveniente del peronismo militante de los
años 70.
En este sentido, fue una suerte de
“laboratorio” de la territorialización de la acción política y social, y una de
las bases de la reconquista de la Renovación Peronista a partir de los
“barrios”.
Desde sus lugares de ejercicio del poder –la Dirección
de Tierra y Vivienda (1983-1984), luego la Secretaria de Bienestar Social y
también como miembros del Concejo Deliberante–, estos militantes promovieron
experiencias que estaban asociadas a la idea de “reforma urbana”.
Las localidades alejadas del “centro” (Cuartel
V, Trujuy) y más pobres, situadas al este de la vía del ferrocarril que divide
el territorio municipal, loteadas en los años 50/60, sin equipamientos ni
servicios, fueron su lugar de acción.
En estos lugares, la presencia de la “Iglesia
de los pobres” fue un terreno fértil para los militantes revolucionarios que se
incorporaban a la vida política y partidaria en democracia.
……….
Este grupo unido por un proyecto político y
social que se había forjado en la actividad militante bajo la influencia del
“peronismo cristiano” de los años 70 constituyó para mi una suerte de cohorte,
para hablar como los demógrafos, para seguir a través de sus evoluciones políticas
el giro liberal de los años 90 y la espacialización de las lógicas políticas de
la Renovación Peronista.
Profundamente impregnados por las ideas de la
teología de la liberación, estos militantes hacían su aprendizaje del ejercicio
del poder en democracia en un clima de fuerte competencia electoral entre los
dos grandes partidos, UCR y PJ.
Frente a las políticas de ayuda alimentaria de
los radicales, 10 denunciaban el carácter asistencial y caritativo de las
mismas, afirmando su voluntad de reemplazarlas por experiencias fundadas en la
solidaridad territorial del barrio, de la parroquia, y asentarlas sobre la
participación de la población.
Es necesario, por supuesto, recordar el clima
de “transición” de los años 80.
Las formas de movilización en los primeros años
de democracia fueron cargadas con una cierta dosis de utopía, orientada hacia
“la construcción de un nuevo modelo democrático”.
Pero también, dichas movilizaciones deben ser
ubicadas en el contexto partidario del Conurbano, de competición y de luchas
internas, y de empobrecimiento generalizado.
Es así que si al principio, la investigación
estuvo centrada sobre la cuestión de la tierra en sentido estricto, mis
interrogantes se fueron ampliando naturalmente a las nuevas dinámicas
territoriales y comunitarias en las “zonas urbanas desfavorecidas”, para
retomar la terminología francesa.
En efecto, la reflexión sobre las escalas de participación
y la necesidad de crear nuevas instancias deliberativas, como “Los consejos de
la comunidad”, estuvieron en el corazón de la estrategia de reconquista de la
Renovación peronista.
En 1987, la Renovación gana las elecciones a
nivel provincial y en varias municipalidades del Conurbano, entre ellas Moreno.
Asumiendo que la crisis había desplazado la
cuestión social de la fábrica al barrio, estos militantes decidieron cambiar el
lugar del discurso y trabajar en los barrios.
Es así como, imbuido por una fuerte mística peronista
y cristiana, es creado el primer Consejo de la Comunidad en Cuartel V, para
“dar la palabra a los humildes” y “al pueblo silencioso’’.11
Situado en lo más recóndito del Municipio de
Moreno, a 25 kilómetros
del centro de la ciudad, la zona se caracterizaba por su extrema pobreza y
aislamiento, en ausencia de transportes públicos que la vinculaban al centro.
………..
Es debido a esa misma situación de enclave que
el primer consejo es creado en 1987 por el núcleo de militantes que acababa de
conquistar el poder municipal, con el objetivo de ampliar la participación del
conjunto de las asociaciones presentes en ese territorio, en confrontación con
el “centro” del municipio en tanto lugar del establishment.12
El Consejo de la Comunidad quiso ser una
asamblea no partidaria, ampliada a todas las asociaciones para lanzar una
verdadera dinámica de participación y acción colectiva en torno a lo urbano
(infraestructuras, vivienda, transporte, escuelas).
“Todo nos une: el barro nos une, la falta de
electricidad nos une, todo nos une.
Comenzamos a unirnos sobre los puntos que nos
interesan.
Después, siempre habrá tiempo para discutir
sobre lo que nos divide: los partidos, la religión…’’.13
El objetivo de esta asamblea local era doble:
luchar por una vida más digna y más segura, –la primera realización fue la
construcción de una comisaría– y constituirse en interlocutor “legítimo” del
poder municipal.
Apuntes de Moreno*
MARIE FRANCE
PRÉVÔT-SCHAPIRA**
* Traducción Gabriel
Obradovich
** Université
Vincennes Saint-Denis -Paris 8/ Credal-ANR Metraljeux, Directora de redacción
de la revista Problèmes d’Amerique latine.
– ¿Cómo se defiende el que no tiene trabajo o
el que trabajando no puede parar dignamente la olla en el Gran Buenos Aires?
–De varias maneras.
Primero, asociándose con los que viven con él
y como él.
El barrio es el gran organizador de las clases
populares actualmente.
Hay racimos formidables de organizaciones
sociales de toda índole (más o menos estables, más o menos prósperas) que se
vertebran alrededor del barrio.
Los piqueteros son los más conocidos, pero hay
organizaciones religiosas, musicales, murgas, comedores y sociedades de
fomento.
La miseria empuja a la participación, porque
para ganarse la vida hay que moverse, hay que estar en organizaciones, ir a los
lugares que tienen recursos.
–La debilidad, según usted, no equivale a
pasividad ni a falta de dinámica.
–Porque sos débil tenés que moverte, tenés que
ser astuto.
Hay una herencia del sindicalismo argentino,
que es el enganche entre el Estado y los gremios.
Las organizaciones sociales, territoriales,
heredaron ese esquema.
Yo hice largos trabajos de campo en La Matanza
y conocí a (Luis) D’Elía en sus comienzos, en 1986.
El decía: “Vamos a pelear por la tierra, pero
la tierra debe ir a la cooperativa y la cooperativa transferirlos al barrio,
porque ése es el único modo de construir poder popular”.
Eso era lo mismo que hacían los sindicatos.
No se reclamaba institucionalizar los
beneficios.
Las organizaciones lograron así poder, pero se
encerraron en la búsqueda permanente de recursos.
¿Cuál es el dirigente más exitoso, el más
representativo?
Aquel que tiene capacidad de conseguir
recursos del Estado.
Los pobres quedan condenados a participar de
modo perpetuo.
Lo que se obtiene hoy no sirve para el mes que
viene, no es un derecho adquirido.
No es una “conquista”.
Cuando usted obtenía la jubilación, la
incorporaba.
Si le dan 100 pesos tiene que reiniciar sus
reclamos mañana.
Por eso las clases populares participan más
que las clases medias.
“Los pobres están
condenados a la participación”
Denis Merklen,
entrevista de Mario Wainfeld, 23 de enero de 2006
Las UBs tienen una gran variedad de formas organizacionales.
Mientras algunas cumplen con las formas estipuladas por los estatutos
del partido, otras toman la forma de “grupos de trabajo” informales, operadas
desde la casa de militantes sin ningún cartel externo o cualquier tipo de
reconocimiento formal del partido.
Legitimados por la proscripción de Perón, cuando la consigna era que
“cada hogar es una unidad básica”, los grupos de trabajo son creados por
militantes que no cuentan con recursos para mantener una oficina, o también,
por punteros que prefieren la informalidad, ya que les da más “espacio de
maniobra”.
Otras UBs operan desde asociaciones cívicas como cooperativas
vecinales, centros comunitarios, o comedores. [73]
Muchas de estas entidades funcionan igual que las UBs, afiliando
miembros, compitiendo en elecciones internas, y haciendo campaña en elecciones
generales.[74]
Según un líder local que dirige la UB “Compañeros” en la capital,
Nos ponemos diferentes sombreros.
Un día somos una unidad básica; al día siguiente un centro de ayuda
infantil, y al otro una asociación civil.
Pero siempre tenemos la misma ideología peronista.[75]
En algunas áreas las UBs que operan desde asociaciones civiles
prevalecen.
En San Miguel de Tucumán, la mayoría funciona como “centros vecinales”,
y en la provincia de Santa Cruz, un gran número está organizada como “centros
comunitarios”.
Por último, algunas son en realidad anexos barriales de agrupaciones
locales.
Estos anexos barriales difieren de las otras UBs en el sentido que son
creadas (y a menudo militadas) desde afuera, en lugar de serlo por militantes
barriales.
De la misma manera que los grupos de trabajo y las asociaciones
civiles, tampoco son sancionadas o sujetas a la autoridad de las dirigencias
locales.
De este modo, la organización del PJ consiste en una heterogénea mezcla
de UBs, grupos de trabajo, organizaciones cívicas, y organizaciones sin fines
de lucro.
Por ejemplo, en el barrio capitalino de Lugano, la agrupación MOVIP
consta de un centro de ayuda infantil, un comedor, un “centro materno”, un
centro comunitario, y numerosos grupos de trabajo y UBs.
La agrupación Lealtad de Quilmes consta de un grupo religioso, una
asociación materna, un grupo sobre derechos infantiles, y numerosos centros
comunitarios.
La tabla 2 muestra la distribución de las diferentes formas
organizacionales de las UBs relevadas por esta investigación.
Menos de la mitad (42,9%) tomó la forma estipulada por la carta del
partido; 22,3% son grupos de trabajo informales, 23,2% opera desde asociaciones
civiles; y 11,6% son anexos barriales sostenidos por agrupaciones locales.
Por último, un pequeño número (1,8%) opera desde sindicatos.
Una “Des-Organización
Organizada”
Organización informal
y persistencia de estructuras partidarias locales en el peronismo argentino*
Steven Levitsky
Assistant Professor of Government, Harvard University
Septiembre 2008
En nuestros conurbanos la sociedad pobre
creció, sobrevivió y se organizó al margen de la tutela y la protección del
Estado.
Su lugar fue ocupado por diferentes
asociaciones, que traducen el complejo entramado social, y por liderazgos
fuertes, de personas que encabezan la acción colectiva y se hacen cargo de las
necesidades del conjunto.
Comúnmente se los llama “referentes”.
Por otro lado los partidos políticos se
adecuaron a la nueva sociedad, archivaron sus programas, y desarrollaron redes
territoriales, con operadores de base: los “punteros”.
Por encima, aparecen las estribaciones
locales de un Estado fragmentado.
Ya no podía desarrollar políticas
universales, pero era capaz de movilizar sus escasos recursos para acciones
focalizadas y en buena medida discrecionales, cuya expresión más conocida son
las “obras públicas” y los “planes”.
Referentes y punteros son hoy las piezas
clave del proceso de producción del sufragio.
Los punteros que cuentan son los que hablan
por el Estado: el concejal, el secretario, el Intendente.
Los referentes, por su parte, hablan por los
colectivos que lideran.
Puede ser una familia extensa, un vecindario,
un grupo étnico, religioso o deportivo, como en el fútbol.
Entre punteros y referentes circulan bienes y
servicios variados: bolsones de comida, ayuda a comedores, una franquicia, una
tolerancia policial, un “plan”.
Se trata de un intercambio cotidiano,
continuo, que en un momento se expresa políticamente, en la asistencia una
marcha, o en una elección.
En el primer caso el colectivo es visible y
quiere serlo: desde el transporte hasta las pancartas.
En el comicio, el colectivo negociado
-denominado “el paquete”- se disimula, y se traduce en votos singulares,
secretos.
Pero reconocibles por el puntero, quien
certifica el cumplimiento de los términos del acuerdo.
Es común llamarlo clientelismo.
Es una palabra genérica, pobre y
descalificante.
No da cuenta de los matices de una relación
compleja, siempre abierta y en proceso, en la que hay también independencia e
imprevisibilidad.
Cada persona pertenece simultáneamente a
varios colectivos, y su lealtad bascula entre ellos.
Los compromisos políticos son flexibles,
graduales y reversibles.
Los intercambios requieren no solo una base
material sino también sintonías de forma, tono y trato.
La gente no se entrega ni obedece, sino que
“acompaña”.
Manejar todo esto requiere una enorme
sabiduría artesanal.
Nada es automático.
Todo es cambiante, y a la vez regular, como
en un caleidoscopio.
Al final, se traduce en votos, singulares,
cuantificables, acumulativos.
A veces, cambian los gobernantes.
Usualmente los ratifican.
En esta operación, el partido político
tradicional desaparece.
Hay funcionarios y punteros.
Todos profesionales.
Compiten entre si, administran recursos del
Estado y viven de ellos.
O esperan su turno para hacerlo.
Tampoco existe el Estado, entendido como el
lugar del interés general.
Hay en cambio un gobierno, que utiliza
recursos estatales para montar esta maquinaria productora de sufragios.
Hay un partido del gobierno, que se nutre del
Estado para producir sufragios.
Esta es la democracia que tenemos, tan
distinta de la imaginada en 1983.
Pocos ciudadanos.
Poco Estado, Mucho gobierno.
Hay opiniones negativas y positivas sobre
esta realidad.
Pero es la única verdad.
La máquina de
producir votos.
Luis Alberto Romero.
31 Con los incompletos datos electorales que
suministra La Nación, 23-24/9/47 hemos computado 109.000 votantes.
Según el diario La Capital, de Mar del Plata
(3/10/47), los mismos ascendieron a 147.000.
En ese verdadero “test”, las personas que
actuaban entonces como dirigentes políticos del peronismo debieron validar -o
revalidar, según el caso- su condición ante la masa afiliada.
…………
Pero una vía aproximada, para evaluar si se
trató de elecciones “competitivas”, consiste en observar en cuantos distritos
la presidencia del Consejo Directivo cambió de manos.
Hemos determinado la conducción emergente de
113 situaciones locales 39; en 63 de ellas la elección recayó en una persona
distinta de quien la ostentaba en 1947.
Por su parte, en 50 distritos la presidencia
partidaria permaneció inmodificada.
¿Indicaría este último hecho que la “democracia
interna” era una mera fachada?
……….
Con todo, no parece haber sido ella la
situación más común; la competencia entre dirigentes por obtener la conducción
partidaria parecen revelarla, tanto los 63 Consejos locales que modificaron su
presidencia, como el hecho que, de aquellos 50 que hemos visto permanecieron en
las mismas manos, al menos en 12 de ellos hubo más de una lista compitiendo 41
Elites políticas en la
provincia de Buenos Aires: peronistas y radicales en las elecciones de 1948
Oscar H. Aelo, Universidad
Nacional de Mar del Plata
INSTITUTO NACIONAL
YRIGOYENEANO
Formación y crisis de una
elite dirigente en el peronismo bonaerense, 1946-1951.
Oscar H. Aelo,
Historiapolitica.com
Sobre
los Orígenes del Partido Peronista. Notas Introductorias
María
Moira Mackinnon.
Historiapolitica.com
Nicolás Tereschuk
(Escriba) dijo...
Buena.
Por eso digo a su vez:
o estamos ante algo "nuevo" o estamos ante "lo mismo de
siempre". Las dos cosas... no.
Abrazo
1 de julio de 2013
09:48
Pero además, los
intendentes más votados de la PBA, llevados por la pulsión electoralista, saben
de política, saben que hay que hacer con la economía de un país; no están
confinados al defensivismo perenne del alumbrado, barrido, limpieza y
desactivación social.
Sucede que el
equilibrio entre poder y política no les permite vociferar demasiadas
sinuosidades discursivas: están demasiado comprometidos con el electorado.
Los intendentes más
votados de la PBA tienen a Levitsky en la biblioteca, pero hoy leen a otros
autores.
Les
discours sur les mouvements sociaux sont souvent empreints d'une normativité
plus ou moins implicite.
Les sciences sociales ne dérogent pas à la
règle, comme le montre par exemple l'embarras des chercheurs à reconnaître le
caractère politique des récentes « émeutes », ainsi que ces événements ont été
étiquetés (1).
L'affaiblissement présumé de la conflictualité
du travail (2) au profit des « nouveaux mouvements sociaux » aux revendications
plus culturelles que matérielles (3) constitue une bonne illustration de cet
ethnocentrisme politique, qui voudrait notamment que la précarisation des
classes laborieuses les ait détournées de l'action revendicative.
C'est à la correction de ce biais
épistémologique que Denis Merklen (4) s'attaque dans le présent ouvrage, à
partir d'enquêtes minutieuses qu'il a pu mener dans des quartiers urbains
pauvres en Haïti, au Sénégal, en France, et surtout en Argentine.
Ses observations le conduisent en particulier
à articuler la déstabilisation en cours de la société salariale, telle qu'elle
a bien été analysée par Robert Castel (5), avec l'émergence de nouvelles formes
de mobilisation au sein des quartiers populaires.
Son ouvrage se situe ce faisant à la croisée
de la sociologie du travail, celle des comportements politiques et de l'action
publique, mais aussi de l'analyse de la stratification sociale et de la
sociologie urbaine.
……………
Denis Merklen cite ainsi l'exemple d'un groupe
de femmes rencontré dans le bidonville Puerta de Hierrro dans la périphérie de
Buenos Aires, qui après avoir participé à un programme étatique de déléguées de
pâté de maison (manzana en espagnol), se sont reconverties dans un autre
ciblant les chefs de foyer sans emploi, tout cela en animant dans le même temps
une coopérative revendiquant auprès de la municipalité un relogement décent, en
assurant le catéchisme pour leur communauté ecclésiastique, en encadrant des
cours d'alphabétisation pour une ONG à fonds européens, et en animant la
permanence du parti péroniste dans le quartier.
Or c'est
précisément la concurrence entre tous ces acteurs institutionnels et politiques
qui accorde selon Denis Merklen une certaine marge de manœuvre aux habitants,
ceux-ci ne pouvant en effet rester « captifs » d'une de ces organisations.
................
L'ouvrage
de Denis Merklen porte ainsi une charge sévère contre les membres de la frange
« supérieure » des « classes moyennes », auto-identifiées comme telles.
Il s'agit
d'abord des « nouvelles classes moyennes », peu réactives face au mouvement de
désaffiliation et de creusement des inégalités particulièrement sensible en
Argentine suite aux « réformes » menées par le président Carlos Menem (15), et
dont Denis Merklen livre un édifiant bilan statistique.
Sortant «
gagnants » de ce mouvement de libéralisation économique, cette frange de la
population formée de professions libérales, d'employés et de commerçants se
sont identifiées aux nouveaux modèles de consommation désormais prônés, et
soutenu ce faisant cette évolution que certains chercheurs ont qualifié de «
modernisation exclusive » (16).
La
communauté sociologique est également pointée du doigt pour son normativisme
ethnocentrique, qui l'empêche trop souvent de repérer les formes particulières
d'individuation à l'œuvre dans les quartiers pauvres (17), et plus encore
celles de la participation politique qui en découle, celles-ci ne correspondant
pas à l'idéal de citoyenneté que portent ces classes moyennes.
« A lire
les analyses des dernières grandes élections, on a l'impression que la seule
conclusion est que les classes populaires vivent dans l'erreur ou dans
l'incompréhension des voies ouvertes par la modernisation » (p.254).
Inutile de
rappeler les commentaires qui ont suivi un certain référendum du 29 mai 2005,
sans parler des condamnations plus ou moins implicites qui suivent l'annonce
des taux d'abstention.
Rappelant
utilement le précepte weberien selon lequel c'est le sens visé par l'agent qui
confère une dimension sociale à son action, Denis Merklen esquisse ainsi bien
dans son ouvrage les traits spécifiques de la « politicité » (18) contemporaine
des classes populaires.
Au-delà de
l'intérêt épistémologique qui réside dans la remise en cause de certaines «
fausses » oppositions trop souvent indiscutées, son propos rappelle, plus qu'il
n'ouvre réellement, des perspectives fécondes dans l'analyse des mobilisations
de classes populaires.
Si sont ici
détaillés les mouvements argentins comme celui des asuntamientos, occupations
illégales de terrains qui visent cependant la reconnaissance comme un « vrai
quartier », ou les piquetes, des barrages de route, ceux-ci ne sont pas sans
évoquer d'autres mobilisations de précaires qu'on peut observer en France, tels
que le mouvement du Droit au logement (19) ou les grèves de la faim engagées
par des travailleurs "sans papier" (20), dont les analyses ont déjà
montré combien celles-ci s'inscrivaient dans une négociation avec le système
politique.
On pourrait aujourd'hui évoquer les
séquestrations de cadres dirigeants par les salariés brutalement licenciés.
Quoiqu'il en soit, recherche d'un intérêt
matériel à court terme et lutte pour la reconnaissance d'un droit ne sont donc
une fois de plus pas dissociables, « c'est la tension toujours mal définie entre
ces deux logiques qui détermine les modalités de l'action collective. Il ne
s'agit pas d'une chose ou d'une autre.
Comme si les classes populaires disposaient du
choix entre « morale » et « intérêt » ! » (p.268).
..........
Faute notamment d'une mobilisation suffisante
en sa faveur.
Et en la matière, les plus apathiques ne sont
sans doute pas ceux que l'on croit.
Denis
Merklen, Quartiers populaires, quartiers politiques
Igor Martinache
3 comentarios:
Este fárrago extenuante de citas y links parece destinado a sugerir que la derecha es algo cool y que la izquierda es reaccionaria. Haciendo quedar a la opción política respaldada con entusiasmo por el establishment -Massa- como una manifestación de la contracultura.
Manolo no lo va a decir nunca claramente para no quedar jamás expuesto a alguna argumentación crítica. Se trata de que al final no quede nada muy claro.
en el ininteligible guiso de links de manolo, creo haber entendido q se felicitaba a sí mismo de haber acertado q la lista 2 iba por primera vez sin imágnes de perón y evita.
y ésto entonces?
http://www.infobae.com/notas/718126-Kirchner-Peron-y-Evita-en-la-boleta-oficialista.html
http://deshonestidadintelectual.blogspot.com.ar/2013/05/insfran-interventor-nacional-del-pjpba.html
ninguno de los tres escenarios manolo, ni cerquita.
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