viernes, 12 de julio de 2013

Octubre del 83, cuando solo nos quedo Kipling, porque ni intemperie teníamos.


Este post era para el trigésimo aniversario del Holocausto del 83; pero al leer, y escuchar, tanta plañidera gimoteando; prefiero adelantarlo.

De ser menos que la nada, condenados a desvanecernos como un “cuerpo insepulto”, en la mas absoluta indigencia presupuestaria y comunicacional.

RA había ganado el PEN, PLN, la PBA, los municipios del 1º Cordón; tenía el MONOPOLIO de los Audiovisuales, que Menem privatizaría.

Acusados de ser incapaces de gestionar una calesita; a la vez que, por nuestras internas a los tiros, ser una AMENAZA para la Gobernabilidad y el Estado de Derecho.

Nos reorganizamos, lanzamos una interna presidencial, con una participación de afiliados superior a las Socialdemocracias nórdicas y germanas.

Mientras todos y todo, a lo largo de las décadas, se desmoronaba; terminamos por remplazar al Sistema y el Estado.

Y, hasta “infiltramos” a uno de los “nuestros” en la Burocracia mas antigua de Occidente. ;-P

En fin, para que seguir; si es como tratar de enseñarles como armar postas de buzones y señales; antes de la ZX Spectrum, impresoras matriciales y los beepers.

Si ven el BlackBerry 7000 de mi trabajo y creen que es una tablet “compacta”








Si puedes mantener en su lugar tu cabeza cuando todos a tu alrededor,
han perdido la suya y te culpan de ello.

Si crees en ti mismo cuando todo el mundo duda de ti,
pero también dejas lugar a sus dudas.

Si puedes esperar y no cansarte de la espera;
o si, siendo engañado, no respondes con engaños,
o si, siendo odiado, no te domina el odio
Y aun así no pareces demasiado bueno o demasiado sabio.

Si puedes soñar y no hacer de los sueños tu amo;
Si puedes pensar y no hacer de tus pensamientos tu único objetivo;
Si puedes conocer al triunfo y la derrota,
y tratar de la misma manera a esos dos impostores.
Si puedes soportar oír toda la verdad que has dicho,
tergiversada por malhechores para engañar a los necios.
O ver cómo se rompe todo lo que has creado en tu vida,
y agacharte para reconstruírlo con herramientas maltrechas.

Si puedes amontonar todo lo que has ganado
y arriesgarlo todo a un solo lanzamiento ;
y perderlo, y empezar de nuevo desde el principio
y no decir ni una palabra sobre tu pérdida.
Si puedes forzar tu corazón y tus nervios y tus tendones,
para seguir adelante mucho después de haberlos perdido,
y resistir cuando no haya nada en ti
salvo la voluntad que te dice: "Resiste!".

Si puedes hablar a las masas y conservar tu virtud,
o caminar junto a reyes, y no distanciarte de los demás.
Si ni amigos ni enemigos pueden herirte.
Si todos cuentan contigo, pero ninguno demasiado.
Si puedes llenar el inexorable minuto,
con sesenta segundos de lucha bravia...

Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,

y lo que es más: serás un hombre, hijo mío.








Soy tu Enemigo, el primero que has tenido que a sido mas listo que tú.

No hay más Maestros que el Enemigo, Ender Wiggins.

Nadie, salvo el Enemigo, te dirá lo que hará el Enemigo.

Nadie, salvo el Enemigo, te enseñara a destruir y conquistar.

Soy tu Enemigo a partir de ahora.

A partir de ahora soy tu Maestro.

El juego de Ender.
Orson Scott Card.





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