Los
bárbaros están aquí.
En las
ciudades.
Son ellos,
ahora, los que esperan.
Valdez
tells him he should have paid the $100
"No
tenemos leyes parlamentarias contra las asociaciones para bajar el precio del
trabajo, pero muchas en contra de las asociaciones para elevarlo. En todos
estos conflictos, los patrones pueden aguantar mucho más. Un propietario,
agricultor , un fabricante o un comerciante, aunque no emplean a un solo
trabajador, por lo general podrían vivir un año o dos de las existencias, que
ya han obtenido. Muchos trabajadores no podrían subsistir sin empleo una
semana, pocos podrían subsistir un mes y ninguno una escasez de un año. A largo
plazo, el trabajador puede ser que sea necesario para su amo como su maestro lo
es para él, pero la necesidad no es inmediata.
Rara vez
escuchamos, se ha dicho, de las asociaciones de los patrones, aunque con
frecuencia de aquéllas de los obreros. Pero el que se imagina, en este
recuento, que los patrones rara vez se asocian, es tan ignorante del mundo como
de esta materia. Los patrones están siempre y en todas partes en una especie de
asociación tácita pero uniforme y constante, para no subir los salarios de los
trabajadores por encima de su tasa actual. Violar este acuerdo es en todas
partes una acción muy impopular, y una especie de reproche a un patrón entre
sus vecinos e iguales. Rara vez , en efecto, escuchamos hablar de esta combinación,
porque es la costumbre, y , se puede decir, es el estado natural de las cosas,
del que nadie habla. Los patrones, a veces también entran en combinaciones
particulares para hundir los salarios del trabajo, incluso por debajo de esta
tasa. Estos acuerdos siempre se llevan a cabo con el máximo silencio y secreto
hasta el momento de la ejecución, y aún cuando los trabajadores ceden sin
resistencia, como a veces lo hacen aunque lo sientan severamente, los acuerdos
entre patrones nunca son conocidos por otras personas.
Este tipo
de arreglos, sin embargo, con frecuencia con resistidas por combinaciones
defensivas de los trabajadores que, a veces, también sin ninguna provocación de
este tipo, se asocian por su propia voluntad para elevar el precio de su
trabajo. Sus pretextos habituales son, a veces, el alto precio de los
alimentos; a veces el enorme beneficio que sus patrones obtienen por su
trabajo. Pero de sus asociaciones, sean ofensivas o defensivas, siempre se
habla en abundancia.
Con el fin
de llevar el punto a una decisión rápida, siempre pueden recurrir a vociferar
más fuerte y a veces a la violencia más impactante y furiosa. Están
desesperados, y actúan con la locura y la extravagancia de los hombres
desesperados, quienes deben o bien morir de hambre o asustar a sus patrones con
el cumplimiento inmediato de sus demandas.
En estas
ocasiones, los patrones son tan estridentes como el otro lado, y no dejan de
reclamar a gritos la ayuda de los magistrados civiles, así como la ejecución
rigurosa de las leyes que han sido promulgadas con tanta severidad contra la
asociación de los empleados, obreros y jornaleros. Los obreros, en
consecuencia, muy rara vez obtienen una ventaja de la violencia de esas
acciones tumultuosas que, en parte por la intervención de los magistrados
civiles, en parte por la firmeza superior de los patrones, en parte por la
necesidad a la que está sometida la mayor parte de los trabajadores en aras a
la subsistencia, por lo general terminan nada más que con el castigo o la ruina
de los cabecillas.
Tener
presente que Adam Smith lo está escribiendo en el año 1776.
Traducción de
Rogelio, hacer
clic aquí.
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