Con el objetivo de lograr una clara "cadena de
éxitos" antes de las presidenciales, Macri fijó las primarias abiertas
porteñas para el próximo 26 de abril. La primera vuelta para elegir jefe de
gobierno y legisladores porteños se desarrollará el 5 de julio, y un eventual
ballottage quedó fijado para el 19 del mismo mes.
"No hay nada nuevo. Se trata de una fecha muy similar a
la de las elecciones anteriores", afirmó el jefe de Gabinete (y candidato)
Horacio Rodríguez Larreta luego de la reunión constitutiva de la Asamblea
Nacional de Pro, que -como se esperaba- eligió a Macri presidente, en el hotel
Sheraton Libertador.
A pesar de las respuestas de rigor, el actual calendario
electoral representa el "triunfo" de quienes, dentro del propio
macrismo, apostaban por separar las elecciones locales de las nacionales, en
contra de la opinión del propio líder de Pro, para quien "la gente no
quiere ir a votar seis veces en un año", tal como lo expresó en más de una
oportunidad.
El consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba y, extrañamente,
Rodríguez Larreta y Gabriela Michetti (con su definición aún en suspenso) eran
los principales impulsores de una elección porteña alejada de las PASO y las
presidenciales. Emilio Monzó, ministro de Gobierno, pugnaba por elecciones
unificadas para "levantar" aún más las acciones de los candidatos
porteños.
A su regreso de Alemania, el
domingo por la noche, Macri participó de la celebración del centenario del
fundación del Partido Demócrata Progresista, en el hotel Savoy. No dijo nada
sobre el asunto y mantuvo el silencio hasta la mañana de ayer, cuando se reunió
con su mesa chica y decidió definir el calendario electoral.
Mis lectores de Platz der Republik, que es
donde Mauricio fue a buscar “financiación y saber hacer” electoral, prefieren la versión
de Jorge Fernández Díaz.
No hablemos de asuntos más sofisticados, como la falta de
transparencia, las impudicias institucionales, la instalación de una política
feudal y gansteril, y otras pesadillas republicanas que
sólo desvelan al treinta por ciento de la población.
…...........
El escenario mediático ya no resulta
totalizador, la plaza de disputa ni siquiera es la televisión, y asombra que la
política como show y el dirigente como general de medios vayan volviéndose
rápidamente demodé.
El sujeto político cambió de manera sustancial, y muchos
siguen mirando por el espejo retrovisor.
¿Qué es entonces la política en un mundo atomizado, cómo
llegar al nuevo ciudadano que ahora tiene voz y busca protagonismo y, sobre
todo, cómo evitar conversaciones encapsuladas?
Tal vez la nueva era, donde las batallas culturales serán
esencialmente batallas informáticas, no precise un cambio ideológico sino
generacional, que atienda esos mundos invisibles, pero cada vez más populosos.
Los teléfonos móviles atraviesan hoy todas las clases
sociales, y este dato altera fundamentalmente la relación entre el candidato y
la gente.
Quien vive en la agenda mediática,
lanzando o respondiendo golpe a golpe, experimenta entonces una engañosa
sensación de relevancia.
PD, el treinta
por ciento de la población es la SUMA de Oppos
y Offos emo-militantes; que al ser socioeconómicamente ABC1 tienen el monopolio de la Agenda “comercial”.
Pero, como los votos se cuentan de a uno,
se convierten de facto en marginales en 2015.
Quienes “financian” ya lo
han descontado, para desconcierto de las plumas de los Agit-Prop
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