lunes, 21 de septiembre de 2015

Abel, Argentina ha decido darse una nueva elite en un plazo de 2 años.




Los votantes no se inmutan.
Pero a veces se calientan
Mi respuesta fue: Esto de Fidanza no me impresiona mucho.
Creo que es cierto lo que dice, eh.
Mis reservas son dos:
1) Lo que describe no es nuevo.
2) Lo que describe no es relevante en el plano estratégico.


1/ No se trata si es “nuevo”; casi una década de “debate digital” fundamentalmente en el blog de MEC La Barbarie, sin olvidar los cruces de la “peronosfera”.

O el glorioso exabrupto de Vargas Llosa del 2012, “Todo es el peronismo”.

Cuando se creía que UyO y Tropa propia “superaba” al peronismo, y Macri “recogería” lo “expulsado” por el “Control de Calidad ideológica”.

Versión K de la “pureza” de Cambiemos, Gualeguaychu + amarillos.

No, no se trata de si es “nuevo”, fantasía típica de la pequeña burguesía; ver “relato” del PRO.

Es, ni más ni menos, que la “oficialización” por parte del Aparato Cultural del Establishment y la Academia, del epifenómeno sociopolítico convertido en Sistema.

Que había sido negado por resistirse a “dejarse sobrecodificar” por los Burócratas del “significante”.


2/ La cuestión de la “relevancía estratégica”

Las nuevas tecnologías ya habían demostrado, gráficamente, a los Factores de Poder el “corte social” en el 8N.

Los barrios porteños y la movilización

Robusta, masiva, contundente. 

Así fue la movilización opositora que antenoche puso en la calle al uno por ciento del padrón electoral nacional: entre 250 y 300 mil personas.
……….

El 90 por ciento de la movilización en Buenos Aires quedó circunscripta en cuatro o cinco barrios, de los 47.

Y a dos partidos del GBA, de más de 20.

Sin embargo, Barrio Norte, Palermo, Belgrano, Caballito, Vicente López y San Isidro, no son un puñado de barrios cualquiera de la ciudad.

Allí está el 90 por ciento de los cines, teatros, médicos, abogados, periodistas, colegios y universidades privadas (y también las más relevantes de las públicas), shoppings, intelectuales —incluidos los de izquierda— concesionarias de autos, boliches nocturnos, gastronomía, y la lista podría seguir.

Allí está el sector que por amplísima mayoría construye el discurso social, mediático y dominante.

Allí están los turistas internos y externos, viven los estudiantes hijos de las familias acomodadas del interior y el exterior, y a veces de familias aspiracionales.

Para cualquier foráneo "ir a Buenos Aires" es ir a esos barrios.

¿O acaso algún lector de esta columna presume "conocerla" sin haber pisado nunca alguno de los barrios mencionados?

La marcha fue un acto muy masivo de los habitantes de esos barrios.

Y no es una buena noticia para el kirchnerismo que lo adversen de ese modo, aunque sea sólo en esos barrios.

Sin embargo, hay un dato determinante e irresoluble para la derecha partidaria: en esos barrios privilegiados vive sólo el 10 por ciento de los votantes.

En ese puñado simbólico de barrios desarrollados y distinguidos, donde parece que "está todo", y donde "tenés todo", sin embargo no está el 90 por ciento de los argentinos que votan y eligen a los gobernantes.

Por eso, suele pasar, que quienes creen que la Argentina "es igual a mi barrio" luego no entienden por qué las urnas están llenas de votos de gente que vive en otros barrios.

Cambiemos, y su antiperonismo explicito, logro el sueño húmedo de las 3 últimas décadas.

El bloque burgués, de Izquierdas a Derechas, que implican el tercio Republicano.

El problema es que el “peronismo” DUPLICA ese porcentaje; y si se lo empuja lo suficiente se termina uniendo; Tesis de Asís entre otros voceros.

Implícitamente, y no solo la oficialización de Poliarquía, también es un reconocimiento de la impotencia del Aparato Cultural de la CABA para “imponer” como Opinión Publica la “Opinión Publicada”

Ni siquiera lograron “voltearlo” al de Tigre, mucho menos plantear “agendas” a los Candidatos.

A los Compañeros de las superestructuras de la CABA solo les quedan dos alternativas.

O asumir que somos el “Régimen amoral y demagógico”, o mudarse a Liniers, para no “sufrir” la “retorsión social” del entorno gorila.

La carrera del 2017 comienza al día siguiente de la elección de Octubre; gane quien gane.


Ya que en 2019, como en 2007, casi nadie de las listas legislativas del 2013 y 2015 va a poder repetir si no “tienen poder de fuego electoral”. 


1 comentario:

Oscar Cuervo dijo...

Manolo analiza los bloques de tercios como si fueran una sustancia inmutable. Y cuenta a los votantes de Massa como si fueran una masa permanente de peronismo esencial. Curiosamente, cuando Manolo cita extensamente a Fidanza, se saltea expresamente los pårrafos en los que el columnista serio de la derecha reconoce la incidencia de la alta imagen positiva de Cristina en el actual escenario. El 60% peronista no existe, no hay ningún estudio empírico que respalde esa fantasía. Si el gobierno de Cristina hubiera aplicado las políticas de Menem, la identidad peronista y el candidato oficialista estarían completamente devaluados. Si Scioli puede ganar, es porque Cristina le deja un país gobernable y amplios sectores del electorado sin identidad partidaria privilegian esa gobernabilidad. Si Cambiemos no puede ganar es porque sus candidatos son impresentables. Y Massa no representa un 20% de electorado peronista, sino un conglomerado donde hay de todo, que subsiste en el escenario porque el elegido del Círculo Rojo es un pésimo candidato. Está realidad no le sirve a Manolo para construir su mito de las elites del barrio de Palermo vs el peronismo inmarcesible inmemorial. Por eso arranca de la nota de Fidanza los párrafos referidos a Cristina.