miércoles, 30 de septiembre de 2015

Progresistas, nacidos para ser infelices.

“En 1902 Lenin publicó un libro que impulsó la fundación de un partido que cambió la historia de un siglo.

Lo tituló ¿Qué hacer? pero, en realidad, respondía a otra pregunta: ¿qué somos?

La opción entre candidatos conservadores hace resonar las preguntas de Lenin e invita a repetir su gesto: para determinar qué deberían hacer los progresistas hay que entender qué son.”

El voto Progre; Marcelo Leiras












La pregunta de Leiras tiene una respuesta “incomoda” expresada hace mas de 80 años, que los antecedentes genealógicos que desarrolla en su análisis hubieran aceptado de buen grado.

El Progresismo es la Intelligentsia de la posmodernidad.

Una “función” de los Estados modernizadores de las periferias del Atlántico Norte, que quedan pedaleando en el aire frente al “fin de Historia”, con su corolario de la “Evaporación de los Estados Nación” frente a la Globalización.

Y al quedar demodé su “función”, Burócratas Administrativos y Culturales; el espejismo de ser “Sectores medios”, o sea Burgueses “titulados”, se hace añicos mostrando su verdadera condición.

“Proletarios intelectuales” en un mundo pos laboral; donde deben salir a “competir” por los recursos de las ONG, en lugar de “concursar” por las “plazas” del Estado modernizador de los siglos XIX y XX.

Si a ello sumamos el “corte clasista” de las actuales elecciones argentinas; con Cambiemos monopolizado el voto “burgués”, o ABC1; y el FPV y UNA “atrincherados” en la base social del peronismo.

No debería sorprender que “Progresistas” de Stolbizer compitiera en marginalidad cuantitativa con el FIT del Caño; este último opción típica de la pequeña burguesía ilustrada “radicalizada”.

Ya que ambos, Izquierda clasista y Progresismo, tienen sus “fuentes” de reclutamiento en la Universidad; que por definición es el “lugar” de la Intelligentsia, junto a la Administración burocrática del Estado.

El “Circulo Rojo”, como capital organizado posmoderno, está en plena colisión con LOS populismo, trabajo organizado posmoderno.

Y como la Argentina es una Democracia, low cost es cierto pero Democracia al fin, lo “cualitativo” se ve arrollado por lo “cuantitativo”.

En esta situación, como señalo el propio Toynbee, la Intelligentsia se siente triturada por las fuerzas elementales que se entrechocan.

Ya que en el fondo de las elecciones de Octubre lo que se discute es la “plusvalía del Estado”.

¿Como se “genera” la Recaudación?; o sea a quienes, o a que, se le aplica la “fiscalidad”.  

¿Cómo se “distribuyen” las partidas?; o sea a quienes, o a que, se “financia” o se “subsidia”.

Ya que no es lo mismo “otorgar” fondos a las Universidades que a los Jardines materno infantiles o doble jornada en las primarias.


O recursos para los “planeros” que a los “ahorradores de dólares”.

Ídem con los “ingresos fiscales”, IVA e IB, o Bienes Personales e ingresos por actividad financiera o bursátil.

Por otro lado, y recordando lo de Tucumán, no debería extrañar que la “producción intelectual” del Progresismo de los últimos 40 años haya sido “utilizada” como fundamentación de la impugnación de los “votos de baja calidad”.

Desde sus orígenes el peronismo y su base social fueron una “amenaza” laboral y social para la “situación” de la Intelligentsia en el Orden natural de las Cosas.

M’hijo el dotor de Florencio Sánchez no podía, ni puede, competir con el “impresentable demagogo” sin currículo académico; pero si respaldado por una orga social, político sindical, rebosante de votos de baja calidad.

Donde la meritocracia se funda en el empirismo más crudo y duro; Resultado o defenestración. 

1 comentario:

GISOFANIA dijo...

qué buenos artículos que escribe usted! La referencia a Toynbee es una exquisitez en estos tiempos. GRACIAS