La anarquía y la unidad son una sola y misma cosa, no la unidad de lo
Uno, sino una más extraña unidad que sólo se reclama de lo múltiple.
Gilles Deleuze, Mil
mesetas
Un “profesional de la Violencia”, mucho mas allá de los desfiles y los uniformes multicolores,
así se definió el Viejo en una charla publica.
Una Realidad evolutiva que atraviesa de mil maneras las
construcciones creadas por la humanidad como atajos evolutivos; Cultura y
Sociedad.
Mas allá de la praxis elemental de los garrotazos e intimidación de las jerarquías zoológicas; alfas, betas y omegas de los canidos; o
las intrigas y roscas de “nuestros primos” antropoides.
Los Homo sapiens le han dedicado mucha materia gris a
evaluar costes y beneficios de sus inverosímiles variantes.
Del Arte de la Guerra de Sun Tzu y
Maquiavelo, pasando por los “Cañones como Poder Organizado” de
Lasalle, hasta el The Strategic Corporal: Leadership in the Three Block War de Charles
C. Krulak.
Que aplica a la actual Völkerwanderung que azota a la Cuenca
mediterránea y sus anexos europeos, africanos y medio-orientales.
Defensa ante la agresión externa, asegurar el Orden interno
y la asistencia social a las masas desarraigadas; donde la prioridad varía según
las circunstancias de tiempo y lugar.
Perón, en ese sentido, era un “intelectual” de su “profesión”.
Como decía Evita a Pierina Dealessi, “Un milico raro, que tiene un montón
de libros, y se los había leído todos”.
Utilizo su crianza entre “criollos” en la campaña de la PBA
y la Patagonia, para escribir Toponimia patagónica de etimología araucana
(1935-1936); más que como obra antropológica, como manual para uso de
las tropas del resto del país.
Para ser mejor “tropero”, o sea “comprender” a sus
subordinados semi-analfabetos de la Conscripción Ciudadana, se dedico a
aprender el quichua santiagueño y el guaraní del NEA.
No solo fue enviado a Las Lomitas, durante la Guerra del
Chaco, por sus aptitudes militares “clásicas”; tenia la invalorable “aptitud”
de “comunicarse” con los irregulares del bando paraguayo, que se “infiltraban” detrás
de las líneas bolivianas; en su “propia lengua”.
Como lo expreso @HaL______ sobre el “peronismo sistémico”
¿Cuánto tiempo se necesita para tener un soldado instruido?
Toda esa “experiencia profesional” fue lo que le permitió a
JDP “interiorizar”, emocional e intelectualmente, que la Argentina de sus
tiempos era una Sociedad Multicultural, mas allá de los aportes de la migración
europea.
“El peronismo habría reemplazado el mito del crisol de razas por la
articulación pragmática de componentes no mezclados en un proyecto común”
Así, la expresión de @guido__ce sobre el último libro de Raanan
Rein, tiene unas raíces temporales que explican la “voracidad misionera” del
peronismo por “incorporar y articular” toda “expresión social y cultural” que
este a su alcance.
Roma, China, el Islam, la Iberia de España y Portugal, la “Mission
civilisatrice” francesa, el “American Way” anglosajón; tienen en común, mas allá
de la eficiencia brutal del Poder Físico, la “voluntad” de incorporar a su
propio “Orden” a los reclutas; por las buenas o las malas.
Desde ya el peronismo no es comparable en términos materiales
y de extensión geográfica a esas civilizaciones; se parece mucho más a la definición
de Deleuze sobre las “Maquinas de Guerra Nomadicas”.
“Cuando se investiga el modo en que las comunidades primitivas
segmentarias han sido sustituidas por otras formaciones de soberanía, cuestión
que Nietzsche plantea en la segunda disertación de La genealogía, vemos que se
producen dos fenómenos estrictamente correlativos, pero del todo diferentes.
Es verdad que, en el centro, las comunidades rurales quedan atrapadas y
regladas en la máquina burocrática del déspota, con sus escribas, sus
sacerdotes, sus funcionarios; pero, en la periferia, las comunidades emprenden
una especie de aventura, con otra clase de unidad, nomádica en este caso, en
una máquina de guerra nómada, y se descodifican en lugar de dejarse
sobrecodificar.
Hay grupos enteros que se escapan, que se nomadizan: no como si
retornasen a un estadio anterior, sino como si emprendiesen una aventura que
afecta a los grupos sedentarios, la llamada del exterior, el movimiento.
El nómada, con su máquina de guerra, se opone al déspota con su máquina
administrativa; la unidad nomádica extrínseca se opone a la unidad despótica
intrínseca.
Y, a pesar de todo, son fenómenos tan correlativos y compenetrados que
el problema del déspota será cómo integrar, cómo interiorizar la máquina de
guerra nómada, y el del nómada cómo inventar una administración del imperio
conquistado.
En el mismo punto en el que se confunden, no dejan de oponerse.
El discurso filosófico nació de la unidad imperial, a través de muchos
avatares, los mismos que conducen desde las formaciones imperiales hasta la
ciudad griega.
E incluso en la ciudad griega el discurso filosófico mantiene una
relación esencial con el déspota o con su sombra, con el imperialismo, con la
administración de las cosas y de las personas (se encuentran todo tipo de
pruebas de ello en el libro de Léo Strauss y Kojève sobre la tiranía) (e).
El discurso filosófico siempre ha permanecido en una relación esencial
con la ley, la institución y el contrato que constituyen el problema del
Soberano, y que atraviesan la historia sedentaria que va de las formaciones
despóticas hasta las democráticas.
El «significante» es en verdad el último avatar filosófico del déspota.
……………….
Pero, por otra parte, el nómada no es necesariamente alguien que se
mueve: hay viajes inmóviles, viajes en intensidad, y hasta históricamente los
nómadas no se mueven como emigrantes sino que son, al revés, los que no se
mueven, los que se nomadizan para quedarse en el mismo sitio y escapar a los
códigos.
Sabemos que el problema revolucionario, hoy, consiste en hallar una
unidad de las luchas puntuales que no reconstruya la organización despótica o
burocrática del partido o del aparato de Estado: una máquina de guerra que no
remitiría a un aparato de Estado, una unidad nomádica en relación con el
Afuera, que no se sometería a la unidad despótica interna.
Esto es quizá lo más profundo de Nietzsche, la medida de su ruptura con
la filosofía tal y como aparece en el aforismo: haber hecho del pensamiento una
máquina de guerra, una potencia nómada.
E incluso aunque el viaje sea inmóvil, aunque se haga sin moverse del
lugar, aunque sea imperceptible, inesperado, subterráneo, hemos de preguntar: ¿quiénes
son hoy los nómadas?”
El “tropero intelectual”, ¿contradicción entre los términos?,
creía en la germánica “Comunidad de Destino” de lo “múltiple y distinto”.
Como la escena de “Fuga en cadenas” que encabeza este post,
el Nigga alborotador y el Redneck racista “unidos” por algo más sutil que las
cadenas; la “Necesidad como motor de la Historia”.
Colaborar o Reventar, Unidos por el Espanto, empiria pura y
dura; aun con la ausencia del sentimentalismo y la ideología funciona como “pagamento
social”, como articulador meritocratico.
El resto son lujos de las pretensiones pequeñoburguesas.
“Raanan Rein: "Perón no era nazi, catapultó a los judíos a la vida
pública argentina"
El historiador y vicepresidente de la Universidad de Tel Aviv estuvo de
paso por argentina para presentar "Los muchachos peronistas judíos",
un "intento de derribar el mito de que Perón era nazi".
En diálogo exclusivo con Clarín, contó los resultados de su
investigación.
Los judíos del peronismo
El investigador vino a Buenos Aires a presentar Los muchachos judíos
peronistas, un libro que rescata la voz de los judíos que formaron parte activa
del peronismo.
En esta entrevista explica que fueron muchos más que los que se cree y
cuenta por qué fueron ocultados por la historiografía oficial sobre la
comunidad judía argentina.
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