viernes, 30 de octubre de 2015

Panamá Revista, Carrio en lo de Fantino.

La plegaria de Tomas Borovinsky y Martín Rodríguez ha sido respondida, y el resultado nos recuerda los trabajos de  Stanley Milgram et al sobre las tesis de Hannah Arendt.

La moralidad y ética del “buen burgués” ES más peligrosa que los sujetos lombrosianos, ya que estos últimos son la justificación de su defensivismo de la “pureza”.

"Creo que sólo las clases productivas y prosperas van a sacar a los pobres de la pobreza y este es el compromiso moral de las clases medias argentinas.

Somos nosotros los que tenemos que liberar a los pobres y no ellos liberarse, porque ellos están esclavos del uso político"

Es directamente la declaración de principios sobre la divisan social entre “Ciudadanos”, parte sana y decente de la sociedad; y los  “Súbditos”, chusma minusválida políticamente.

¿Cómo van a reaccionar estos Republicanos cuando los resultados electorales les sean adversos? 

¿El paternalismo de quitar el derecho a voto a quienes no están calificados, según su escala de valores?

No faltaran los que salgan a aclarar que Carrio es un Zombie electoral, con los mismos votos que del Caño y Margarita.

Estimados ingenuos, no estamos hablado de votos, que la misma Lilita se encarga de aclarar que serán “segregados” según su “calidad”; sino de retorcion social dentro de los microclimas dirigentes.

En acoso y derribo de las jaurías tuiteras, que aúllan por los rifles sanitarios.


Bob Fosse los plasmo con maestria.





http://panamarevista.com/2015/10/27/de-regreso-a-octubre/


2 comentarios:

Rodrigo Ariel Pizarro dijo...

gracias por la palabras!

Diego dijo...

Dejá de ofenderte, que ese cerco ya no garpa. Hay un fin de época.

Más que indignarse contra la visión de la vida que tiene Carrió, lo que tienen que hacer es explicar cómo es que cuánto más pobre es la población, más votos el oficialismo recibe. ¿Qué idea de Estado nos queda si gana el oficialismo allí donde los pobres no tienen para comer?
Acá no hay santos. Son los estados surueños de las novelas de Faulkner contra los lobitos del bajo porteño que no duermen soñando en multiplicar su riqueza en contacto con el mundo globalizado.