viernes, 20 de noviembre de 2015

Abdelhamid Abaaoud, el Tyler Durden de Bruselas y Paris.




https://www.youtube.com/watch?v=kculS6xGEN0


Nacidos y criados en sociedades multiculturales y multiétnicas, como sus padres y hasta abuelos.

No solían pisar una mezquita, ni eran presamente modelos de piedad islámica, ya que compartían con el resto de su generación “la sin razón y el sin control”, descripta por Pulp en “Common People”.


Hijos y nietos de la Revolución Conservadora de los 80, donde los “loser” son arrinconados en el limbo de la globalización.

Y en lugar de dedicarse a la “anarquía artística” del punk o el britpop, saltaron el charco del Atlántico para inspirarse en la “mística apocalíptica” de Tyler Durden.


Llenando el “vacio existencial” y la “ausencia de destino” con el “dolor concreto” de los “ajenos”, en el caso de los “nativos” europeos con el caos social de Medio Oriente y el norte de África.

Así, más que un “fenómeno” islámico al estilo de Al Qaeda y sus Ghazi; sectores altos y medios con educación profesional, y nacidos en el corazón de la cultura musulmana aunque “tecnológicamente” occidentalizados.

En Isis o Daesh estamos hablando del mismo colectivo etario y social de los tiroteos en las escuelas, parroquias y lugares de trabajo en USA, o las maras en el resto del hemisferio.

Jóvenes “nini” plenamente europeos, adictos a los video juegos y Gangsta rap, en la frontera difusa que separa las clases bajas con el lumpenaje inepto para la cultura de marcar tarjeta.

Para ellos, ir a Siria e Irak, es como lo fue ir a la Guerra Civil española e integrarse a las Brigadas Internacionales en la década de los 30.

El vivir peligrosamente de Nietzsche con una patina del Corán, en lugar de El Capital o Mi Lucha.

Porque, no nos engañemos, los neonazis del Atlántico Norte se “reclutan” en el mismo vivero social y geográfico  que las maras y  Daesh.


En 1909 Arnold van Gennep acuño el concepto de “Rito de paso”, artefactos culturales para contener y conducir las fuerzas elementales de la evolución.

En la globalización se han desdeñado esas fuerzas, que son tan potentes en lo simbólico de pertenencia, que fueron aprovechadas por las sectas de diversos tipos; desde lo religioso a lo delincuencial, y hasta empresarial.

@bauerbrun ha realizado una sangrienta caricatura donde las “consignas” socialistas de la primera mitad del siglo XX, como ritos de paso, han sido “incorporadas” por las cadenas multinacionales de trabajo basura.

Walt Mart y Mc Donald, como los huevos del Cucú, en el nido del Komintern.

De las misma manera que los “Fundamentalistas evangélicos del éxito” para los “loser” del Modelo globalizador, son desplazados por los “Fundamentalistas” del “martirio” psudo-islamico.

No es casual que una Organización como Hezbollah, y también Al-Quds iraní, estén agitando que no se trata de una Guerra religiosa entre el Islam y la Cristiandad, sino de un conflicto social entre los “oprimidos” y los “expoliadores”.


Lo que resulta paradójico a esta altura del siglo XXI, ya que los “agnósticos” Progresistas y Liberales de Occidente agitan la Islamofobia, y los “religiosos” de Medio y Cercano Oriente se anclen en la “Lucha de Clases”. 

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