Lamentablemente creo que se viene una época de inestabilidad política y social, no tanto por las intenciones de los oficialismos y las oposiciones sino por la geopolítica oligárquica global.
Lo particular de la situación, no solo en Argentina sino en general en Sudamérica, es que el desgaste de los oficialismos más o menos "progresistas" y relativamente refractarios a las tendencias imperiales, coincide con un desgaste y crisis sistémica del sistema financiero y económico global con centro en la City de Londres y Wall Street que ya tuvo no sé cuantas falsas perspectivas de salida, pero que no fueron tales.
Esta coincidencia es lo que hace que las alternativas posibles y probables a dichos oficialismos sean muy endebles (a diferencia de otras épocas), dado que no puede provenir respaldo más o menos orgánico de ese sistema global en crisis.
La crisis global de los años '30 del siglo pasado ilustró que, cuando suceden tales crisis (en ese caso detonada por el crack de Wall Street en 1929), el personal de las clases oligárquicas se hace cargo del Estado directamente.
El Kirchnerismo argentino, quizás, hizo demorar 12 años tal cosa, producto de las particulares circunstancias de la crisis del 2001/2 en Argentina como manifestación local de una de las tantas oleadas de la crisis global.
El problema que veo es que, a diferencia de los ’30 cuando el régimen conservador quería controlar el chubasco y regular (acotándolas) todas las “artificialidades” de la economía producidas por la crisis mundial de aquel tiempo (proteccionismo, tipos de cambio, juntas reguladores, etc.), hasta volver a tiempos más normales, un régimen análogo actualmente no tiene la perspectiva de volver a los ’90 porque el mundo que le dio respaldo a esa década ya dejó de existir desde hace mucho tiempo.
Y acá es donde me parece está la fuente de la inestabilidad política y social en el futuro próximo.
1 comentario:
Lamentablemente creo que se viene una época de inestabilidad política y social, no tanto por las intenciones de los oficialismos y las oposiciones sino por la geopolítica oligárquica global.
Lo particular de la situación, no solo en Argentina sino en general en Sudamérica, es que el desgaste de los oficialismos más o menos "progresistas" y relativamente refractarios a las tendencias imperiales, coincide con un desgaste y crisis sistémica del sistema financiero y económico global con centro en la City de Londres y Wall Street que ya tuvo no sé cuantas falsas perspectivas de salida, pero que no fueron tales.
Esta coincidencia es lo que hace que las alternativas posibles y probables a dichos oficialismos sean muy endebles (a diferencia de otras épocas), dado que no puede provenir respaldo más o menos orgánico de ese sistema global en crisis.
La crisis global de los años '30 del siglo pasado ilustró que, cuando suceden tales crisis (en ese caso detonada por el crack de Wall Street en 1929), el personal de las clases oligárquicas se hace cargo del Estado directamente.
El Kirchnerismo argentino, quizás, hizo demorar 12 años tal cosa, producto de las particulares circunstancias de la crisis del 2001/2 en Argentina como manifestación local de una de las tantas oleadas de la crisis global.
El problema que veo es que, a diferencia de los ’30 cuando el régimen conservador quería controlar el chubasco y regular (acotándolas) todas las “artificialidades” de la economía producidas por la crisis mundial de aquel tiempo (proteccionismo, tipos de cambio, juntas reguladores, etc.), hasta volver a tiempos más normales, un régimen análogo actualmente no tiene la perspectiva de volver a los ’90 porque el mundo que le dio respaldo a esa década ya dejó de existir desde hace mucho tiempo.
Y acá es donde me parece está la fuente de la inestabilidad política y social en el futuro próximo.
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