sábado, 9 de marzo de 2019

8M, ¿Huelga o Manifestación?, la no tan sutil diferencia entre los “reclamos” de las “proletarias” y las “burguesas”.



La lucha feminista global avanza a distintas velocidades y con diferentes modalidades.

España está claramente a la vanguardia en esta materia, con su convocatoria de huelga y manifestaciones que se prevén masivas la tarde del viernes en muchas ciudades.

En Argentina, donde el movimiento feminista ha cobrado fuerza durante una larga la lucha por la reforma de la legislación sobre el aborto, también se prevén multitudinarias protestas callejeras.

En otros países, sin embargo, las reivindicaciones de los derechos de la mujer en el 8 de marzo han adquirido tintes de menor intensidad, con concentraciones o gestos simbólicos más que luchas masivas.

En algunos casos, como Italia, se nota un incremento de la movilización con respecto al pasado.

En otros, como Francia, el propio Gobierno impulsa una agenda feminista, aunque no se ha notado un reflejo callejero de magnitud.

En muchos otros, especialmente en Asia, pero también en países occidentales, la fecha ha transcurrido con una atención social y mediática muy inferior.

Sigue un relato de los principales acontecimientos.


Hay una España que no viaja en AVE.

Una España sin niños ni cines ni teatros.

Una España sin equipos de fútbol en Primera División y sin banda ancha para ver series norteamericanas.

Una España de la que el resto del país solo se acuerda en vacaciones o durante el recuento electoral, pues se le echa la culpa de ser conservadora y un lastre para el progreso, por aquello de que el voto de un soriano equivale al de cuatro madrileños, más o menos.

Es una España sin médicos ni escuelas, o con médicos y escuelas que están muy lejos, a veces a cien kilómetros.

Una España sin empresas ni bancos ni inversores.

La llamé la España vacía, una expresión que ya no me pertenece y que no disimula la paradoja que esconde: en esa España vacía hay gente.

Dispersa, envejecida y sin peso político, pero tan real como la de cualquier gran ciudad.

Los habitantes de la España vacía (en torno a diez millones de personas repartidas por casi el 60% del territorio peninsular, fuera de las ciudades importantes) se sienten ciudadanos de segunda y reprochan al Estado su incomparecencia.




Cuarenta mujeres avanzan por la calle Mayor de Macastre, un pueblo de 1.200 habitantes del interior de Valencia.

"¡No es no!", "¡Más cobrar y menos trabajar!", corean.

Desde las ventanas, algunas vecinas golpean cacerolas y las animan.

Los hombres las miran pasar atentos.

Como en Macastre, fuera del foco centrado en las ciudades, el 8 de marzo se celebra este viernes en centenares de poblaciones españolas de pequeño y mediano tamaño, según la Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (Fademur).

"Con 14 años empecé a trabajar cogiendo guisantes, algarrobas y olivas.

Teníamos que andar 10 o 12 kilómetros.

Luego fui panadera, mis padres tenían un horno que se quedó mi hermano cuando me casé.

Siempre he trabajado a toda hora.

Tuve tres hijos en cuatro años, y no teníamos agua corriente en casa.

Ayudaba a mi marido en la empresa de la construcción.

Y ahora tengo una paga pequeñita porque me pagué mi cotización de autónoma 15 años", cuenta Vicenta Miralles, de 75 años.


Se trata del registro horario obligatorio que las empresas tendrán que tener operativo el próximo mes de mayo para anotar las horas que trabajan sus empleados.

La medida ha nacido con la oposición sindical después de que el Gobierno diera un paso atrás en sus acuerdos previos con estas agrupaciones y dejara el proceso de elaboración del registro en manos de la negociación colectiva en cada empresa, en lugar de crear un sistema general o sectorial.

Su argumento es que cada compañía es un mundo y existen múltiples particularidades en la relación con sus empleados.

La CEOE aplaudió ayer este cambio, mientras que CCOO y UGT criticaron que de esta forma todo el poder queda en manos de las empresas.

Sobre todo en sectores donde está concentrado el fraude laboral como la restauración en los que -al tratarse en muchos casos de microempresas de menos de seis empleados- no hay representante de la plantilla y es la compañía quien tendrá que elaborar de manera unilateral el registro.

«Lo aprobado apenas supone un avance en esta materia», explica Mari Cruz Vicente, secretaria de AcciónSindical de CCOO.


La CEOE afirma que "rasgos psicológicos y habilidades no cognitivas" influyen en que las mujeres cobren menos, si bien se trata de un factor que contribuye a las diferencias salariales de manera "no muy elevada".

Estas características distintas entre hombres y mujeres pueden afectar a la forma de negociar y a la propensión a asumir riesgos y, en consecuencia, pueden acabar desempeñando un cierto papel al fijar las remuneraciones, sostiene la patronal en un informe sobre brecha salarial que ha presentado este viernes, coincidiendo con la protesta feminista del 8 de marzo.


Qué es y por qué importa la brecha salarial



La imagen que encabeza este post es de Manos Unidas, ver video.


ONG española relacionada con Acción Católica y Caritas.

Su página con video sobre sus 60 años de actividad.



1 comentario:

ayjblog dijo...

Manolo

Como orgullo

Y ahora tengo una paga pequeñita porque me pagué mi cotización de autónoma 15 años", cuenta Vicenta Miralles, de 75 años.

comparelo con una de las cosas que van a aparecer despues de la eleccion, sino antes, la jubilacion cfk a amas de casa junto con la unificacion de edades jubilatorias

abrazo