martes, 1 de diciembre de 2009

Lozano, “La classe operaia va in Paradiso”.


Para los Compañeros enojados con Claudio, y el resto de quienes están en la foto, una pregunta.

¿El sentimiento se genera en ellos como personas, o en Uds. mismos, por la decepción?

Siempre ha sido un error confundir lo político con lo personal.

En la Realpolitik, muchas veces terminas acordando con quienes no soportas personalmente; mientras que con quienes adoras, es imposible llegar a algo concreto.

Es la diferencia entre las relaciones adolescentes y las adultas, las primeras privilegian lo ideal, las segundas lo efectivo.

Y, la Política de Poder, es para adultos.

Es lo que diferencia al Che de Lenin y Mao, e incluso de Fidel.

Lenin pudo volver a San Petersburgo, porque Parvus rosco con el Estado Mayor Alemán.

Mao se esforzó en aliarse con el Koumitang, durante la invasión Japonesa; y no dudo en cerrar con Nixon en los 70.

Fidel mantuvo relaciones cordialísimas con Francisco Franco, y el posterior franquismo de Fraga Iribarne y Ruiz Gallardon; solo hay que leer el libro publicado por Ramonet.

A mi, no me sorprende la opción que tomo la CIA, Centro Izquierda Argentina; ni tampoco me escandaliza.

Es una decisión lógica y objetiva, que coincide con sus intereses, y esta dentro de la estrategia histórica del espacio.

Hay momentos para acordar, y momentos para disentir; igual que con el resto del arco político.

No es la Necesidad, sino la Contingencia, y sus correlaciones de fuerzas; quien dicta la oportunidad.

Desconfiar del Compañero, que escribí en Julio del 2008, trataba de explicar que Cobos fue un doble error propio.

No porque fuera malo, o traidor por naturaleza; sino que por origen, y cultura, iba a terminar votando así bajo presión.

La CIA, Centro Izquierda Argentina; cree, sinceramente, que la etapa esta agotada.

Por lo tanto, se reacomoda de acuerdo a su análisis; Cobos 2011, o Binner 2011 si juegan bien las cartas.

En el peor de los casos, siempre esta el pejotismo para salvar las papas.

Yo creo, que no es tan así; y por lo tanto no desecho votos en común en los próximos años.

La linealidad del análisis minimiza demasiados factores, sobre todo externos; no se puede seguir pensando como en los 90 y 80.

Así como fue un error, por impracticable, el menemismo sin corrupción de la Alianza.

También es imposible un Kirchnerismo sin Autoritarismo, que es uno de los 3 o 4 Consensos famosos.

Dejando de lado la personalidad del Lupo y CFK; de lo que se trata es de la reconstrucción de la Autoridad del Estado, dentro de un Orden Publico negociado.

Si se es demasiado “sensible” te arrollan, y si se es demasiado rígido, se desata la espiral de la Represión.

No hay manera de equilibrar imagen positiva y efectividad, hay costos ineludibles; el truco es quienes pagan esos costos.

Ídem con el “Sinceramiento y Ajuste” de la Economía; por mas que estemos relativamente mejor que el resto del mundo, la copia mecánica y acrítica nos va a provocar mas de un sacudon.

“La classe operaia va in Paradiso”; es una de las grandes películas de Compromiso de los 70, pero su crudelísimo análisis de la realidad, la llevaron al olvido en los 80 y 90.

Desafiaba, y desafía, el “Relato” de las Izquierdas.

Hoy, creo; explica perfectamente la realidad que vivimos, y viviremos en los próximos años.

Elio Petri, el Director, consideraba a la película como parte de una trilogía sobre el Poder, y la neurosis que este genera.

“Indagine su un cittadino al di sopra di ogni sospetto” y “La proprietà non è più un furto”, son los otros dos Films.

Si pueden conseguirlas, no importa si son K o anti K, vale la pena ver estas obras maestras.

Para ver el trailer, hacer clic aquí.

3 comentarios:

Ariel dijo...

Manolo, comparto.

Lic. Baleno dijo...

Tal cual Manolo. Igual creo que lo molesta es cierta "impostura... como la CTA que la va de sindicalismo libre y cool y tiene los mismos culatas que te fajan como en cualquier orga nacional...

ram dijo...

El lozano barbudito de Proyecto YO encarna para mí y junto a otros ejemplares parecidos a esa "izquierda" modernosa, huérfana de laburantes y que ve a la política y a las cuestiones de poder como jugando en una Playstation.
Superficiales, siempre atentos a los discursos y franeleos teóricos de moda y, eso especialmente, huérfanos de casi cualquier contacto con aquel "trabajador" o "sectores populares" que, declaman, son su razón de ser y la luz de sus desvelos.
Una sarta de vagos pitucos, cuando no chantas de la peor especie.