Sobran blogeros rentados, y faltan periodistas de investigación.

“El Gobierno renta un ejército de blogueros para que insulten a todo aquel que emita opiniones que difieran del oficialismo”.

La guerra del Gobierno contra los medios críticos

Nadie nos hará callar

Alvaro Abos
Para LA NACION

Alvaro Abos es un autor imprescindible, no solo por su obra, hacer clic aquí; sino por sus vivencias, que arrancan en la Resistencia Vieja, antes de 1970, hacer clic aquí.

Nadie nos hará callar, hacer clic aquí; es un ejemplo clásico de la literatura “angry old man”.

Hombres y/o Mujeres, de cierta edad, que están enojados con los tiempos que les toca vivir; muy diferentes a los que soñaron cuando eran jóvenes.

En la cruzada dialéctica, arremeten contra todo aquello que no conocen; y es, en este caso, que caen los blogeros.

Que molestan, no por su numero (ejercito), o su ¿medio de vida? (renta); sino, porque sus ¿insultos? no pueden ser refutados.

A ver si me explico; a diferencia de los tiempos del menemismo, no ejercen los periodistas de “investigación”; que eran quienes daban argumentos y línea política a las oposiciones de ese entonces.

Por otro lado, con el colapso del 2001, sumado al bolsiqueo de las “banderas de Izquierda y Progresismo” de parte del “Menemismo con DDHH”; los Intelectuales están en desbandada.

Tanto Carta Abierta, como el Grupo Aurora, son más aburridos que leer la Guía Telefónica.

A las pruebas me remito; El Dueño, del valiente Luis Majul, es 5 años posterior a La Marroquinería Política de Jorge Asís.

Quien, con su decadentismo pedante, sigue siendo el mas fresco y divertido de la Corporación Intelectual.

A tal punto, que en ciertos momentos, es el único que arma línea política; en joda, pero mucho mas seria y letal, que la del resto de los “especialistas”.

Además de demostrar, que, la literatura “angry old man”; no necesariamente, sea prescindible por el exceso de subjetividad.

Volviendo al articulo de Abos, existe una veta que debería se explotada por los periodistas de investigación.

Circula una anécdota atribuida a Perón según la cual habría dicho, ya anciano:

"Cuando ningún diario me apoyaba, gané; cuando todos me apoyaban, perdí el poder".

En realidad, Perón tuvo siempre diarios que lo apoyaron.

En 1946 era sólo uno: La Época.

Ya en el poder obtuvo el respaldo de dos diarios nuevos: Democracia y El Laborista.

Todos de escasa circulación frente a los grandes diarios de aquella época, sobre todo La Prensa, luego La Razón, en menor medida LA NACION y aun recién nacido un tabloide que Roberto J. Noble trataba de imponer: Clarín.

La expropiación en 1951 del diario La Prensa, el más estricto crítico del primer peronismo, fue un error garrafal de Perón.

Pero más que juzgar el silenciamiento de un medio opositor quizá sea útil examinar lo que pasó inmediatamente después de la barrabasada:

La Prensa fue entregada a la CGT, que lo convirtió en diario oficialista, sin ningún eco en el público.

Aun peor: la gafe de Perón benefició al competidor Clarín porque los avisos clasificados por línea, que eran el motor de la difusión del diario de los Gainza Paz, pasaron al diario de Noble, que a partir de entonces comenzó su crecimiento imparable.

Nadie les ordenó a los anunciantes que dejaran de publicar en La Prensa expropiada.

Lo decidieron solos.

O sea que la operación La Prensa para el primer Perón fue un desastre en toda la línea.

¿Por qué incurrió Perón en ese error?

Porque su vocación autoritaria le impedía tolerar la crítica.

Y creía que era posible aplastarla.

Los Kirchner harían bien en reflexionar sobre aquella historia.

Primera aclaración; los Gainza Paz manejaban, de facto, la importación del papel de diario; desde fines del siglo XIX, hasta fines de los 60.

Segunda aclaración; es cierto que Clarín “heredo” los avisos clasificados de La Prensa, pero eso solo fue hasta 1956.

El salto lo dio cuando asumió Frondizi, y se convirtió en el vocero de su gobierno.

El gorilismo cerril de La Prensa, fue quien dreno los lectores de clase media; sumado a la aparición de Crónica, que se llevo los populares o clases bajas.

Por ejemplo, Crónica llego a los 800.000 ejemplares a fines de la década de los 60, y principios de los 70.

Ahora bien, el vacío que generaría el colapso del Grupo Clarín, no significa que lo ocupara, inevitablemente el filokirchnerismo.

En realidad, es más seguro que el share grafico, radial y televisivo; sea capturado por Murdoch (News Corporation/FOX), Berlusconi, Marinho (O Globo), Azcárraga (Televisa), etc.

No debemos olvidar, que la clave del negocio mediático, son los consumidores ABC1; que es donde se dirigen los avisadores.

"Nadie les ordenó a los anunciantes que dejaran de publicar en La Prensa expropiada.

Lo decidieron solos".

La influencia política, es solo un subproducto, del núcleo del negocio.

Así que, yo creo que los que están enojados como Abos, Aguinis, o Sarlo; no deberían preocuparse por los blogeros K; sino por la competencia de los Berlusconi y/o Murdoch, que son quienes decidirán si sus los libros se editan o no.