El Procurador General de
Interminables reuniones, donde se buscaba un triple equilibrio.
Los Nombres de mayor Prestigio, las compatibilidades personales, y el prorrateo relativo entre las diferentes Fuerzas Vivas de
Mientras el Secretario dactilografiaba en papel membretado el documento, aprovecho para acercarse a la ventana del Palacio de Tribunales; multitudes inusuales, compuestas por seres extraños, pululaban en la plaza de enfrente.
Sus cánticos guturales eran amortiguados por los gruesos cristales, y pesados cortinajes.
Se coloco el abrigo y encasqueto el sombrero Bombin.
El Secretario, terminado el dactilografiado, encarpeto el documento; introduciéndolo en el pesado maletín de cuero.
Se dirigió al perchero, para colocarse, también él; el sobretodo y el sombrero; mientras el Procurador repiqueteaba, impaciente, su bastón contra el piso.
-“Todos listos”, interrogo con voz de mando.
Los Secretarios afirmaron con un gesto de cabeza.
-“Entonces,…vamos”, ordeno imperativo.
Bajaron los tres pisos, y salieron al Hall del palacio.
Los cánticos guturales se hicieron más nítidos, pero igual eran incomprensibles.
Se desplegaron como una unidad militar, con el Procurador en el centro, para abrirse camino las 8 cuadras que los separaban de
Los extraños, los dejaban pasar mientras realizaban sus danzas sin sentido, o se abrazaban entre ellos por el simple placer de hacerlo.
Sus ropas no eran las adecuadas para la prestancia del lugar, y sus aromas menos.
No era el olor de roña, sino el de cuerpos excitados; que si no fuera por la evidente alegría que mostraban, seria ignominiosamente amenazador.
El pelotón de Sus Señorías seguía avanzando, con dificultad, por el amontonamiento.
Uno de los Secretarios se identifico en los Portones laterales; y los hicieron pasar.
Un Edecán los acompaña hasta el primer Piso, donde el General pizpeaba por la ventana, la muchedumbre de la plaza.
Pasan unos minutos, y el General no se digna a darse vuelta; Sus Señorías se miran entre si azorados.
El Procurador, escandalizado por la falta de cortesía, da un paso al frente; y dice con su pulcra voz varonil:
-“General Ávalos, lo prometido hace tres días; la lista de Ministros para entregarle el Gobierno a
Gira la cintura, para que el Secretario le alcance la carpeta.
La toma, y con otro giro, se la alcanza al General; que aun permanece de espaldas.
-“General”, vuelve a entonar el Procurador, ya con voz tonante.
El militar se da vuelta.
La fatiga inunda su rostro y su pose no tiene nada de marcial dignidad.
Mira al Procurador, y su brazo extendido, con la carpeta de primoroso cuero.
Con una voz estragada le dice; “Porque no se la mete en el culo”.
Era la tarde noche del 17 de Octubre.
6 comentarios:
Manolo esto tiene una fuente o es una ficcionalizacion en base a los datos historicos? gracias
La fuente es “El 45” de Felix Luna.
Un resumen en Wikipedia.
http://es.wikipedia.org/wiki/D%C3%ADa_de_la_Lealtad#Los_d.C3.ADas_de_octubre
pense que era un dia en la vida de Quintin
Perdón: La frase entrecomillada, ¿era pregunta o sugerencia?
Si, me acuerdo de haberlo leído en "El 45". ¿Se llamaba Juan Alvarez, no, el que sin saberlo había diseñado su propio supositorio?
Eddie
jajaj los limites historicos del despotismo ilustrado y del pensamiento abogadil
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