martes, 14 de junio de 2011

40%, el Universo Alto, que disputan Alfonsín y Binner (2).


Los hermanos Vilma y Aníbal Ibarra se sumaron a los sectores del progresismo porteño que acusan al ex presidente Kirchner de ignorar la Concertación Plural para apoyarse en "las viejas estructuras clientelísticas del PJ", de cara a la formación de alianzas para las elecciones legislativas del 2009.

Por su lado, los piqueteros Héctor Tumini y Jorge Ceballos -referentes del Movimiento Libres del Sur e integrantes del Ministerio de Desarrollo Social- directamente decidieron alejarse del Gobierno.

Todo esto se produce días después de que la ministra de Salud, Graciela Ocaña, pidió públicamente a Kirchner que no se aísle en el peronismo, sino que se abra a otras miradas y fuerzas políticas.

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3.- ¿Cuál es el vínculo entre intelectuales y política en la Argentina? ¿Puede modificarse ese vínculo?

Los intelectuales en todas partes del mundo están metidos en la política. Esas preguntas tendrían que ser más bien: 1) la muy clásica pregunta de la relación entre intelectuales y Peronismo y 2) la relación entre intelectuales y lo que me gustaría llamar el “sistema de partidos” argentinos pero que en realidad es el espacio político argentino tal como es estructurado (¡y lo es!).

Sobre lo primero, se ha escrito mucho y no creo que tenga mucho que añadir –en todo caso para un público argentino-. Pero volviendo a la pregunta anterior, lo llamativo en la Argentina es el corte entre los intelectuales establecidos y la orientación política general de los sectores obreros. En los países que conozco, esta convergencia se da a travís de lo que se llama diversamente “izquierda”, “progresismo”, “socialdemocracia”, “democracia participativa”, etc.

De un cierto modo, el viejo Laborismo inglés de izquierda no era peronista precisamente por la presencia “masiva” de los intelectuales de izquierda dentro del partido, así que no había mucha ocasión para la gente en política de bailar sobre las mesas de los pubs o de meter metáforas futbolísticas.

Hay que decir que en la Argentina se intentaron prácticamente todas las alternativas lógicas para cambiar esta situación –y sin resultados-. Se intentó, incluso desde el centro-izquierda, “desperonizar” las masas a fines de los 1950; los intelectuales de izquierda intentaron meterse a fondo en el peronismo para cambiarle la naturaleza a principios de los 1970; se intentó “desperonizar” al peronismo con la Renovacion a mediados de los años 1980; pero seguimos siempre en lo mismo (que obviamente para un peronista, ¡no esta mal!). Y no todo fue extremismos al estilo de Borges. La revista Unidos era sin duda una revista de intelectuales; estallaban con su estilo informal la rígida división alto y bajo; pero pasó con “los 8″ lo que pasó con ellos, como ahora es bien sabido.

Para mí, el fenómeno más extraño del todo es en realidad el fenómeno Ernesto Laclau. No hay a mi entender una persona más intelectual que Laclau y comprende perfectamente —y de un cierto modo con simpatía y positivamente, aun sin el “sentimiento”— al populismo peronista, en contraste con muchos intelectuales. Pero por cierto, vive en Inglaterra, no muy cerca del Consejo Nacional del P.J.

En breve, con un espacio bidimensional y lo que he llamado en muchos escritos el “doble espectro político argentino”, es muy factible tener una izquierda no peronista, como ya se sabe, y un peronismo (a nivel de movimiento) no muy definido en el espectro izquierda-derecha, como tambiéen se sabe. Supongo que la pregunta es si se puede cambiar eso.

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4.- El kirchnerismo suele buscar discursivamente que no exista ningún sector más hacia su izquierda. En ese contexto ¿existe espacio para un sector no-peronista de centroizquierda?

Sí, pero la cuestión es “de qué tamaño”. Eso nos devuelve al transversalismo del periodo 2003-05, no cierto? Para mí, la respuesta es afirmativa; pero siempre será socio menor. Y si por alguna razón de fantasía los K decidieran hacerlo “socio mayor”, la realidad electoral concreta, en el terreno, tendría que volverlos rápidamente a la realidad.

De un cierto modo, la situación no es tan distinta de la que prevalece en Venezuela. Existen intelectuales de izquierda y sectores de izquierda no particularmente populistas y nacionalistas que trabajan con Chávez, en su proyecto. Por ejemplo en los ministerios. Pero todos saben quién manda y quién es el socio mayor. Pero quizá eso no sea el fin del mundo tampoco. Por otra parte, existe sin duda en Venezuela un sector anti chavista de centro izquierda. Pero está siempre en la disyuntiva de con quién aliarse (además del problema de base electoral, como con Causa R o el MAS), ya que buena parte del anti-chavismo de clase media no es precisamente de izquierda, aun si por cierto se ve a si mismo como democrático liberal.

En fin, no quiero que se descarte la importancia y pertinencia del voluntarismo. Es decir, hay espacios que se ganan. Pero tampoco se trata de fomentar ilusiones desproporcionadas con la realidad actual. Lo importante para los sectores de centroizquierda no peronista sería, para mí y en la caso de hacer ruta comun con los K, de no desprenderse de su identidad de centro izquierda no peronista. Es decir, de formar un sector. Y a los K, mientras no les cuesta demasiado, les gustan sumar. (Es interesante ver lo que paso con el Radical K Cobos, en ese sentido.)

O uno puede tratar de fomentar una izquierda no peronista, mas bien en oposición a los K. Pero después surge el problema de las alianzas, si uno quiere salir de un estatuto minoritario. Eso no lleva ahora por ejemplo a lo que pasó primero con el Frepaso y ahora con el ARI/ Coalición Cívica.

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5.- Si pudiera darle un consejo a Elisa Carrió, ¿cuál sería?

De no irse demasiado a la derecha. Ya que a la derecha no peronista, si tiene que eligir entre un progresista no peronista y un peronista setentista (ambos demonios, para ella), eligirá el primero, como mal menor. Carrió tendría que combinar un discurso creíblemente igualitario (en parte, ya lo perdió) y un discurso cívico. Fue en buena parte la formula ganadora del Alfonsinismo.

Pero si sigue este consejo, tiene que cuidarse mucho por otra parte que alguien de centro-derecha como Macri no le robe la bandera opositora.

(Otro consejo, la gente del Ari tiene que empezar a viajar en el Noroeste o Noreste argentino, por lo menos para empezar a conocerlo.)

Para mí es más interesante la experiencia del SI (Solidaridad e Igualdad), que trata de mantener un difícil equilibrio frente a los K entre principios de izquierda y posiciones que los peronistas llamarían (quizá erróneamente) gorilas. Para mi, el SI tiene una posicion que me genera simpatía, pero no tienen figuras políticas de peso que puedan modificar forzosamente la configuración del sistema de partido actual y el posicionamiento de los grandes actores. Con la ruptura entre Carrió y el SI, realmente vamos totalmente en círculo, ya que Carrió está por refundar la posición que siempre ocupó en el espacio político el Radicalismo, que también se llamó como bien se sabe la Unión Cívica. Viejos vinos en nuevas botellas.

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Los datos e imágenes son de Andy Tow, hacer clic aquí.

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