En 1958, con la lista Azul, Vandor recuperó la filial Capital del sindicato metalúrgico.
Al año siguiente, se ungía secretario general de la poderosa UOM.
A partir de ahí empezó a urdirse su otra aureola: la de gran tejedor.
Las 62, con vistas a la devolución de
Después de este escalón, tejió
Esa comisión recibió
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Vandor —podría decirse— se manejaba con dos staff.
Uno, el gremial que se integraba fundamentalmente con Femando Donaires (papeleros), Ramón Elorza (gastronómicos), Juan Recchini (aguas gaseosas), Gerónimo Izzeta (municipales), Vicente Roqué (molineros), Adolfo Cavalli (petroleros), Rogelio Coria (construcción) y Maximiliano Castillo (vidrio).
El otro, el político, estaba formado en aquellos años de su máximo poder —1965/1969— por Alberto Iturbe, Juan Luco, Delia Parodi, Rodolfo Tecera del Franco, Vicente Leónidas Saadi, Antonio Cafiero, Alberto Armesto y Carlos Arturo Juárez.
(Aquí también tenían lugar Carlos Gallo y Miguel Unamuno.)
Finalmente, tenía su staff íntimo entre quienes figuraban Rosendo García, Paulino Niembro y Roque Azolina.
Casi siempre había reunión en la sede de la calle
Entonces Vandor preguntaba:
—A ver. . . ¿quién se queda a comer?
Los contaba y llamaba al boliche de la esquina.
Los que se quedaban con él sabían lo que comerían casi sin variantes: pollo a la portuguesa.
Unificaba la lista para evitarse líos.
Y si no, se iban a algún bar a hacer algunos partidos de truco de a seis con memorables pica-pica entre él y Gerónimo Izzeta.
Le gustaba el truco, las apuestas y los caballos.
Además, solía escuchar atentamente a Alfredo Gómez Morales y le gustaba discutir sobre historia argentina.
Admiraba a los caudillos del siglo pasado y estaba en esa línea revisionista que glorificó la corriente federalista.
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Entre quienes conocieron a Vandor no se oculta que alguna vez estuvo tentado con la idea de lanzar un partido obrero.
Tal vez haya sido la influencia del sindicalista Amado Olmos (sanidad), a quien Vandor apreciaba mucho.
No es que El Lobo tuviera (como sí la tenía Olmos) alguna inclinación marxista.
Pero la realidad era que el peronismo tenía a su líder muy lejos y por aquel entonces era más que nada una fuerza sindical, ya que tenía cortado el cauce político por las proscripciones o semiproscripciones.
"Me parece que Olmos me estuvo trabajando", se dice que reflexionó un día Vandor.
¿Qué había pasado?
El caudillo metalúrgico había estado en Madrid y Perón, como al pasar dijo:
—Me han dicho que anda circulando por ahí la idea de un partido obrero.
Mmm. . .
Fue una señal muy clara para Vandor.
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Su mira siempre estuvo puesta en la unidad gremial porque estaba firmemente convencido de que el sindicalismo tenía que participar en el gobierno.
Tal vez por eso, más de una vez se dijo que Vandor, "más que peronista, era gremialista".
Estos párrafos —extractados de sus pocas y cuidadas declaraciones públicas— muestran la médula de su pensamiento político:
- No podemos reducimos a mantener relaciones más o menos cordiales con el gobierno.
Debemos ser parte de él, institucionalizarnos.
- No aceptamos el rol de grupo de presión.
Debemos ser factor de poder porque tenemos derechos y condiciones para serlo.
- El sindicalismo juega claro.
No hace planteos clasistas.
A mayor consumo de la clase trabajadora, mayores inversiones de capital y por lo tanto mayor desarrollo industrial.
Cuando un sindicato lucha por un mejor convenio, lucha por el desarrollo de la economía.
- Su composición cualitativa y cuantitativa convierte a los sindicatos en la estructura más importante del país.
Esa masa social le otorga al sindicalismo un poder económico de enorme magnitud que le permite soportar cualquier emergencia.
Como consecuencia, el poderío político sindical le permite encaminarse hacia su institucionalización como factor de poder.
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"La gente quiere ver a su intendente y por eso vota.
Y como quiere verlo, puede votar a otro"
http://www.magicasruinas.com.ar/revistero/argentina/lobo-augusto-timoteo-vandor.htm
Azul metalúrgico, Azul 62, Azul ortodoxia u oficialista; si cuadra en ese momento.
En contraposición esta el Verde SMATA, que fue el Verde Renovación, y muchas veces el “color” del Desafiante en las Internas Gremiales y/o Políticas.
Por eso no es casual que Duhalde y Das Neves hayan elegido un Verde fluo sumado a un Rosa y/o Violeta; que también tienen su historia igual que el Granate, el Naranja, etc.
Celeste y Blanca, colores de
Lo Territorial que oscila entre la indisciplina y el neoperonismo; muy apreciado en el Interior, y considerado como sumun del Tradicionalismo en el GBA.
Por eso era cantada la elección del Celeste por Rodríguez Saa.
Los perfiles setentistas de JDP y EDP, son de los tiempos de
Antes de Lanusse era un delito penal tipificado portar o poseer esas efigies.
Por ultimo,
El PJRA ES
Por supuesto Verdes, Celestes y Blancos y el resto del arco iris del universo P los impugnaran como Desviacionistas, Oportunistas y Liquidadores de
En fin, da para mucho más; pero no tengo tiempo, ni ganas, de andar explicando la gnosis simbólica del Peronismo.
Eso si, mañana sigo con “PANTONE 3005 en
¿O acaso creían que estaba todo definido con LOS resultados del 14 de Julio?; demasiado Puerto Madero y las Cañitas, y poco Riachuelo y sur de Rivadavia.
Para la data de Truco, señas y picapica, hacer clic aquí.
Para la data de Truco y
Para la pelea por los colores, hacer clic aquí.
3 comentarios:
Ta,azul cierto, y termina en rojo cuando Peron bajo el pulgar, demasiados vinculos con la embajada dicen.
Lo que si recuerdo perfectamente eran los cursos de perfeccionamiento sindical dictados por gente de la AFL CIO con curioso acento centroamericano para gente seleccionada de la UOM ,AOT y demas sindicatos grandes.Años 66,67 hasta que estallo todo.No menciona el intelectual del grupo,Gazzera creo
"El sindicalismo juega claro.
No hace planteos clasistas.
A mayor consumo de la clase trabajadora, mayores inversiones de capital y por lo tanto mayor desarrollo industrial.
Cuando un sindicato lucha por un mejor convenio, lucha por el desarrollo de la economía."
El planteo de Vandor es claro, y lo comparto visto desde la misma vereda, pero demasiado lineal y por eso le erra a que el sindicalismo no hace planteos clasistas.
Se le escapó que al capital no le da lo mismo la inversión en industrias y comercio ligado al consumo interno que la inversión en renta. Los bancos siempre preferirán prestarle a 6, 10 ó 16% al estado nacional que arriesgar la plata en inversiones productivas las cuales, como mucho, dan un 8 a 10% anual con riesgos visibles de quiebra o fracaso.
Total, si el estado no paga siempre pueden embargarse o privatizarse activos estatales o la recaudación, pero si el PyM empresario quiebra, a cantarle a Gardel.
El planteo sindical es clasista, diría oligo-clasista (trabajadores, PyM empresarios, grandes empresarios que dependen del mercado interno) pero ni policlasista (no caben los rentistas ni los empresarios cuyos ingresos no dependen del mercado interno) ni monoclasista (sólo los trabajadores asalariados).
Para un país cuya historia estuvo marcada por la puja entre limitarse a exportar productos agropecuarios y desarrollar un mercado interno, no es tema menor.
Saludos,
Andrés
Manolo, ahora que el futuro está entre nosotros replicando civilización y barbarie, Silicon Valley y las tranqueras, no está mal, estéticamente, combinar a Vandor con el catálogo Pantone. Pero el verbo detentar es certero y además hay un perro mudo:
http://www.politicaydesarrollo.com.ar/nota_completa.php?id=15358
La esperanza no ha cambiado jamás la temperatura del día siguiente.
Un abrazo peronista,
Yukio
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