lunes, 2 de julio de 2012

El desafío de la JS, en Europa no se consigue; (Maniáticas Blue Collar).





Claro que hay Crisis, pero no es de la Decadencia Senil, sino la de la Adolescencia que florece; de la Niñez a la Adultez.


Durante cuánto tiempo es sostenible que el paro juvenil en España crezca y crezca y ya haya superado el 52%?

¿Tiene sentido que, por ejemplo, el paro juvenil de España y Grecia sea exactamente el mismo?

¿No pone los pelos de punta que según la Oficina Estadística Europea, Eurostat, en países como Alemania o Austria sea del 7,9% y el 8,3%, respectivamente?

¿Cuántos años se han perdido con reformas laborales inadecuadas que priorizaban el consenso por encima de los intereses reales del país?

Alemania, por ejemplo, aprobó hace una década los polémicos miniempleos, que no son otra cosa que trabajos con salarios muy reducidos, próximos a 500 euros.

Una encuesta reciente decía que, pese a la mala fama de los miniempleos entre los jóvenes españoles, ya más de la mitad preferiría un contrato en estas condiciones antes que la situación actual.

De la misma manera que el éxodo de jóvenes españoles no deja de crecer hacia países donde los más preparados pueden conseguir un empleo, como Panamá, México o Brasil, o bien hacia zonas emergentes como China o India, y también hacia regiones como Oriente Medio, España va a tardar en recuperar unos indicadores de nivel de empleo razonables, e incluso los pronósticos para el año próximo son más negativos, habiéndose llegado a publicar que el paro podría llegar al 27%.

Hace unos meses, el presidente Obama dijo que debía ser un objetivo nacional de todos los empresarios fichar trabajadores para bajar los niveles de desempleo de Estados Unidos.

El drama del paro juvenil
JOSÉ ANTICH, Director.


En Argentina viven 1.805.797 extranjeros y el 29,4% se radicó en el país entre 2002 y 2010.

Córdoba, Capital Federal, Entre Ríos, La Rioja y Santa Fe incluso superaron ese porcentaje.

Las corrientes inmigratorias que más crecieron en ese lapso provinieron de Perú, Paraguay y Bolivia, mientras que la mayor proporción de chilenos, uruguayos y brasileños que viven aquí arribó antes de 1991.

Los datos, difundidos este fin de semana por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), surgen de la evaluación de los resultados del censo realizado hace casi dos años.

El Censo 2010 reveló que, por primera vez desde 1914, creció el porcentaje de extranjeros en la población (hoy son el 4,5% del total).

Los nuevos datos muestran que la comunidad más numerosa es la paraguaya con 550.713 personas, de las cuales 210.000 arribaron en la última década.

“Este flujo se ubica apenas por encima de las previsiones estadísticas y mantiene la proporcionalidad histórica de paraguayos en nuestro país desde 1869”, dijo a Clarín Gerardo Halpern, doctor en el Instituto de Ciencias Antropológicas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.

Según el especialista, que estudia las corrientes inmigratorias y en particular la que llega desde Paraguay, el fenómeno obedece a múltiples causas.

“Los movimientos migratorios son más complejos que meras respuestas a ciertas coyunturas económicas”, explicó, para aislar el crecimiento de la economía argentina en ese período.

Reveló que pese a la debacle de 2001 “el proceso no se revirtió” y ubicó entre los factores decisivos a la mejora en el acceso a la documentación de la ley 25.871 y del Programa Nacional de Normalización que permitieron “un salto cualitativo en la mejora de las condiciones de vida del migrante”.

Destacó además que son las mujeres las que lideran la corriente de migración paraguaya hacia nuestro país.

La boliviana, con 345.272 personas, es la segunda comunidad extranjera del país y cerca de 260.000 migrantes llegaron entre 2002 y 2010.

Carlos Moya, vicepresidente de la Asociacion Civil Unidos por un Barrio Mejor, es referente de la comunidad boliviana en la villa 1.11.14, donde la mitad de la población tiene ese origen y el resto se reparte entre paraguayos, peruanos y argentinos.

“Argentina es una mina de oro para el migrante porque aquí puede realizar todo lo que no puede en su país”, afirmó Moya, quien vino hace 30 años.

“Aquí llegas y a los pocos días puedes acceder a un plan social o logras que te atiendan en el hospital”, agregó el dirigente barrial, para quien “todos los países deberían hacer lo mismo”.

La inmigración peruana, con un 50% de incremento, es la que registra el mayor porcentaje de aumento en los últimos diez años y según los datos oficiales ocupa, con 157.514 personas, el cuarto lugar detrás de la chilena, que reúne a 191.147 habitantes.

Sin embargo, Carlos Arellano, de la Asociación ALASS, cree que los peruanos radicados en el país son muchos más que los que dice el INDEC.

“Nuestros números muestran que ya somos unos 320.000”, dijo el referente de la comunidad peruana con base en la zona Norte del GBA, que aseguró que varios compatriotas suyos dijeron que no habían sido censados.

Para él, la principal explicación del incremento inmigratorio sí es económica.

“Muchos que antes llegaban obtenían un trabajo y enviaban dinero a sus familiares al Perú, ahora traen a toda su familia a vivir aquí porque les conviene más”, aseguró.

También elogió las facilidades para documentarse: “Acá el que no se regulariza es porque no quiere”.

En la Capital Federal, los extranjeros son 381.778 y 13.482 tienen menos de 15 años de edad.

En su mayoría concurren a las escuelas públicas de la Ciudad: de acuerdo a cifras del Ministerio de Educación porteño, la matrícula extranjera creció un 10% desde 2001.

Casi el 30% de los extranjeros llegó en los últimos diez años
POR GABRIEL BERMÚDEZ

PD de Rodolfo Walsh sobre los “delirios de grandeza” y el “tacticismo acrítico a ultranza”.


3. Triunfalismo

A pesar de los golpes recibidos y de las rectificaciones del documento, seguimos triunfales.

Decidimos el fracaso total de los planes del enemigo y seguimos subestimándolo.

Esto es muy grave y pensamos que en el fondo obedece a la incomprensión sobre nuestra propia historia.

Trataremos de ejemplificarlo: al no reflexionar sobre las causas de nuestro crecimiento espectacular y nuestra representatividad popular en los años que van de 1970 a 1974-75, llegamos a pensar que no obedece a que actuamos correctamente, y con propuestas comprendidas y aceptadas por el pueblo, sino a que nosotros somos geniales, y si somos geniales es accesorio que acertemos o nos equivoquemos.

Todo lo que hagamos estará bien.

Esto lo notamos en documentos como el último Montonero de 1975 y en la persistente ausencia de autocrítica.

4. Desmedida ambición de poder

Todo lo hacemos y lo pensamos a lo grande.

Nuestra lucha es una guerra.

Nuestra propaganda tiene que llegar a cuatro millones.

Aunque criticamos el militarismo, todo el documento parece la receta para que un Ejército rompa el cerco de otro y luego lo derrote.

Hay que ser más modesto.

Nosotros tenemos que resistir junto con el pueblo a la dictadura.

Necesitamos mucha propaganda.

Tenemos que irnos organizando en la lucha sin delirios de grandeza y pensando en plazos largos.

Ésta es la síntesis de nuestras apreciaciones generales.

…………….

Naturalmente si nosotros pensamos que la crisis del capitalismo es definitiva, no nos queda otra propuesta política que no sea el socialismo más o menos inmediato, acolchado en un período de transición, y esa propuesta contribuye a relegar el peronismo al museo.

Todos desearíamos que fuera sí, pero en la práctica sucede que nuestra teoría ha galopado kilómetros delante de la realidad.

Cuando eso ocurre, la vanguardia corre el riesgo de convertirse en patrulla perdida.

Creo que estos son los ejes de nuestra equivocada estrategia, y que en cambio son secundarias o derivadas las contradicciones masas-aparato, interior-Buenos Aires, etc., ya que la resolución de las mismas es materia de ejecución, mientras que los ejes políticos que planteamos son materia de concepción.

Aún esas antinomias, si se toman como subordinantes y no como subordinadas" encierran peligros considerables, y el mayor de ellos es omitir la singularidad de la configuración geográfica, histórica y social argentina, que es su núcleo urbano de 12 millones de habitantes y 60% de la población obrera, de la que necesariamente -a mi juicio- debe brotar también la singularidad de nuestro proceso revolucionario.

Hecho que por ahora apuntamos sin perjuicio de intentar desarrollarlo por separado.

Para profundizar mas el tema, el blog de Abel, hacer clic aquí.




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