jueves, 3 de abril de 2014

Cine debate, Linchamientos e Inoperancia del Poder del Estado; dos brasileñas en el 2001.


Lucas Carrasco refunfuñaba cuando recomendaba el Lang de “M”; con su “Acoso” y el “Juicio Popular” que el Lumpenaje realizo con el personaje de Peter Lorre.

Ahora que HV propone un “debate” político de cinemateca barrial, el entrerriano debe estar a las puteadas. ;-P

Si vamos a discutir sobre los “iconos” de las “turbas” que salen a linchar, más que Lang y Ford, hay que remitirse a Fuenteovejuna de Lope de Vega o Frankenstein de  James Whale.
                                                                                                                       
Como fenómenos dionisiacos, las movilizaciones de las Masas son absolutamente perturbadoras para el Élan apolíneo de las Elites; sean Sociales, Económicas o Culturales.

“En un mundo estructurado de esa forma y artificialmente protegido irrumpió ahora el extático sonido de la fiesta dionisíaca, en el cual la desmesura toda de la naturaleza se revelaba a la vez en placer y dolor y conocimiento.

Todo lo que hasta ese momento era considerado como límite, como determinación de la mesura, demostró ser aquí una apariencia artificial: la «desmesura» se desveló como verdad.

Por vez primera alzó su rugido el canto popular, demónicamente fascinador, en una completa borrachera de sentimiento prepotente.

¿Qué significaba, frente a esto, el salmodiante artista de Apolo, con los sones sólo medrosamente insinuados de su cítara?

Lo que antes fue propagado, a través de castas, en corporaciones poético-musicales, y mantenido al mismo tiempo apartado de toda participación profana; lo que, con la fuerza del genio apolíneo, tenía que perdurar en el nivel de una arquitectónica sencilla, el elemento musical, aquí eso se despojó de todas las barreras: el ritmo, que antes se movía únicamente en un zig-zag sencillísimo, desató ahora sus miembros y se convirtió en un baile de bacantes: el sonido se dejó oír no ya, como antes, en una atenuación espectral, sino en la intensificación por mil que la masa le daba, y acompañado por instrumentos de viento de sonidos profundos.

Y aconteció lo más misterioso: aquí vino al mundo la armonía, la cual hace directamente comprensible en su movimiento la voluntad de la naturaleza.

Ahora se dejaron oír en la cercanía de Dioniso cosas que, en el mundo apolíneo, yacían artificialmente escondidas: el resplandor entero de los dioses olímpicos palideció ante la sabiduría de Sileno.

Un arte que en su embriaguez extática hablaba la verdad ahuyentó a las musas de las artes de la apariencia; en el olvido de sí producido por los estados dionisíacos pereció el individuo, con sus límites y mesuras; y un crepúsculo de los dioses se volvió inminente”.

La criatura de James Whale, a diferencia de la original de Mary Shelley, es absolutamente inimputable penalmente.  

La “escena” del molino, es un icono cultural sobre las “turbas enloquecidas”  en plan de “buscar y destruir”, motorizadas por el miedo y la venganza.

La imagen que encabeza este post, es tenebrosamente tierna, tanto que se convirtió en uno de los ejemplos más celebres del humor negro de Mel Brooks.


Fuenteovejuna es un linchamiento clásico, del componente plebeyo de la Sociedad Civil, que se alza contra las “Instituciones” de la Republica Cristiana medieval.

El ultimo ejemplo, el feminicidio Bonasera, de Puzo y Coppola; ver video.


Que “explica” porque ante la “ausencia” de un Poder Judicial “eficaz”; un pilar de la sociedad, y ciudadano modelo, como el empresario de pompas fúnebres Bonasera, decide “hacer justicia por mano propia”.

Porque ambos “agresores”, a pesar de ser condenados rápidamente por los jurados, vieron su condena “atenuada” por Su Señoría.

Al fin y al cabo eran “chicos”, hijos de “buenas familias”, con mejores “relaciones” que el inmigrante siciliano.

¿Cuál es la “diferencia” con los aldeanos suizos o españoles?

Que en el caso de El Padrino hay una “intermediación” paraestatal que en los dos primeros casos no existen.

Para que una Masa se “movilice”, la condición primordial es el FRACASO de la “Contención” institucional; que generalmente es el Estado, con sus 3 Poderes y sus Burocracias.

En la Argentina el “problema” de la “Seguridad” está íntimamente entrelazado con la “falta de Justicia”. 

Ya no se puede “responsabilizar” a los Códigos, Leyes, Policía, Sistema penitenciario, Legisladores o políticos en general.

La clave de esta “ausencia” la encarna el valetudinario Fayt, con su defensa a ultranza de fueros y privilegios.

En una Gentocracia como la vaticana, hace más de 20 años que hubiera dejado de ser Obispo, y más de 15 que hubiera perdido la condición de Cardenal Elector.

Si hasta podría ser el padre biológico del papa Francisco.

La Sociedad Civil argentina, que el informe de LAPOP caracteriza como “contenciosa”, es de alta “movilización” y poderosamente articulada.

Como no recordar el 8N, fundamentalmente  el sector ABC1, que fracaso por un problema de “representación” política.

Cuestión que suelen tener resueltas las Clases bajas o populares.

Contenciosidad, con la “representación” resuelta o no, que ya habían notado en 2001; entre otros temas de actualidad DE 2014/15, las corresponsales brasileñas de los medios más importantes del Brasil.

Argentinos: mitos, manías y milongas; de Marcia Carmo y Mónica Yanakiew; ex corresponsales de O Globo y Jornal do Brasil; traen otra mirada, mas articulada sobre el “ser argentino”.

“Se expresa la sorpresa por la capacidad que asignan al argentino de reírse de sí mismo, cada vez que se inventan chistes sobre su propia banalidad, soberbia, tendencia a la trampa, que luego no se condice con el panorama que encontraron en los hechos.


La Argentina tendría una vocación especial por la protesta a largo plazo, para reclamar el esclarecimiento de crímenes o defender el ahorro propio a lo largo de los años.

Se lo explica como una cuestión de carácter, mediante una cita del escritor mexicano Octavio Paz:

“Pensé que nunca había visto nada más apasionante que una corrida de toros, hasta que vi a dos argentinos discutiendo de política”




“Allí se dice que el propio argentino se encarga de autodenigrarse expandiendo falsos mitos sobre sí mismo.

Y se le atribuyen extrañas actitudes de acumulación desaforada bajo el colchón o en la maceta, supuestamente heredadas de generación en generación desde la llegada de los primeros inmigrantes..., pero a la vez no se deja bien parados a los brasileños cuando se les endilga una actitud pasiva, pusilánime, ante la protesta que no es propicia para reclamos colectivos.

Donde dice petulante, ellas sobreimprimen: ¡autocrítico!.

La sorpresa llega tras la lectura de algunos párrafos sobre el manejo de dinero: las autoras aseguran que el hábito de guardarlo abajo del colchón o en la tierrita de la maceta no es un derivado de la crisis post 2001 ni llegó por necesidad inmediata sino como fruto de una cultura de la desconfianza que forjó la inmigración desde principios del siglo XX.

Y echan a rodar un nuevo mito por comparación: si Brasil es la cigarra (que despilfarra y vive el hoy), a la Argentina le toca la hormiga”.


“Tienen la costumbre de guardar dólares debajo del colchón o en la maceta.

No tiene que ver con la última crisis, sino con la historia de inmigrantes, marcados por la desconfianza, o como nos dijo un economista: la prueba de que viene de lejos es que los brasileños no hacen lo mismo a pesar de haber pasado por las mismas crisis.

Pero tiene más que ver más con la sabiduría que con la avaricia: es el recurso encontrado para sobrevivir.”


“No entendíamos cómo confiaban en un lecop, una moneda inventada, y no en un cheque.

Ustedes mismos contestaron en nuestras encuestas que necesitaban tocar un papel real y que el cheque es algo intangible.

Que necesitaban algo palpable.

A los brasileños, eso no nos pasa.”


“Para mujeres y varones, yo diría que saben reclamar hasta por un feriado de carnaval.

Es admirable que la protesta se traslade de temas colectivos como la inseguridad, Cromañón o los desaparecidos a causas como la de María Soledad y que esa protesta dure a lo largo de las décadas.

En Brasil ni la madre se iba a quedar protestando.

Y ustedes siguen siendo implacables con ustedes mismos, asegurando que tienen una memoria corta”




"Cuando uno va a vivir a Buenos Aires llega lleno de prejuicios.

Pero de pronto se encuentra que son personas agradables, inteligentes y con un ácido sentido del humor que se aplican a sí mismos", dijeron las periodistas, con larga trayectoria como corresponsales en Argentina y Sudamérica.

El libro se detiene a analizar "el romanticismo dominante en estas pampas, incluyendo flores y cenas con vino" como elemento de seducción varonil.

Y rescata el cuidado que las argentinas dan a su belleza.

"Lo cierto es que para bien o para mal, los argentinos siempre se dan maña para ser noticia.

Son capaces de dar vuelta la página o reescribirla con la rapidez de quien parece vivir online".

Cuando Clarín pregunta por qué, las autoras dijeron:

"Es que ustedes son una combinación de inmigración, educación, información e indignación".

De entrada, el libro afirma que los argentinos, "psicoanálisis y mucha lectura de por medio" son muy articulados.

"Coloque un micrófono en la boca de cualquiera en la calle y hablará mejor que un locutor", observó el ex embajador brasileño en Buenos Aires, Marcos Azambuja.

A partir de allí, las periodistas se interrogan:

"¿Por qué cabezas tan psicoanalizadas y pensantes no consiguen poner sus tesis en práctica o arreglar los errores que tanto critican?".

Les parece llamativo "ese-no-saber-quién-somos-ni-para-dónde-vamos" en un país "donde casi todos tienen opinión formada sobre casi todo".

Las corresponsales citan otro diplomático, el ex canciller brasileño Antonio Azeredo de Silveira:

"Decía que en una negociación, un argentino solo es temible.

Pero si hay dos, no hay que asustarse: son tan brillantes que uno destruirá al otro".




Para Carmo y Yanakiew, en la Argentina una de las mayores manías es extrañar lo que no se vivió o probó.

“Por eso la obsesión en buscar alguna explicación para su eterno dilema: ¿por qué estamos como estamos?

¿Por qué somos como somos?

¿Y estamos como estamos porque somos como somos, o somos como somos porque estamos como estamos?”

Para ellas, “ésa es la versión más psicoanalizada de la misma sinfonía”.

Según escriben, “eso de ser lo mejor o lo peor, pero, de alguna forma, lograr siempre estar en boca de los otros forma parte de la idiosincrasia argentina”.

Y agregan:

“Son capaces de dar vuelta la página de la historia, o reescribirla con la rapidez de quien parece vivir on line”.

La rápida recuperación después de la crisis fue, justamente, uno de los motivos que les causó curiosidad y disparó la hechura del libro.

“Está naciendo en la Argentina una nueva sociedad.

Pero ¿qué sociedad es esa?

Ni los argentinos lo saben”, dicen, agudamente.

“Este país de 37 millones de habitantes, raíces europeas, que fue tan orgulloso de su educación y politización maciza, mantiene hábitos como la lectura en los cafés de Buenos Aires y asientos numerados en los cines.

Pero ese mismo país enfrenta hoy problemas que sus vecinos ya viven hace décadas.

La evasión escolar, el desafío de las drogas y el alcoholismo entre los jóvenes, el trabajo infantil, el desempleo y la pérdida salarial.

Resultados que muestran otra cara de la Argentina: un país latinoamericano.”

“¿Por qué escribieron ese libro?”, les preguntó este cronista a ambas autoras –que, vale el dato, son casadas con argentinos–.

Para las dos, el objetivo fue desarmar clichés.

“Durante la crisis, mucha gente nos preguntaba cómo los argentinos estaban logrando vivir sin dinero, o si eran tan arrogantes como se decía.

O, si no, comentaban la admiración por gente tan politizada ante cada problema.

Eran muchos mitos sobre un país que tenemos al lado y conocemos tan poco”, dijo Carmo, que actualmente es corresponsal de BBC Brasil para América latina.

………..


El libro que escribieron las dos periodistas le permite a un brasileño desarmar los clichés, y aunque ellas no pasaron por alto los defectos de la idiosincrasia argentina, la visión final de las autoras termina siendo más benévola de la que quizá tendría un argentino.

O talvez sea pura impresión.

Al fin y al cabo, como dice Carmo:

“Los argentinos son los primeros en hablar mal de sí mismos.

A veces parecen ignorar las buenas cosas que poseen.

Otras veces parecen exagerar el tamaño de los problemas.

Aunque perdieron mucho de lo que tenían, especialmente en lo social, todavía continúan teniendo el mayor patrimonio social de la región.

Es una sociedad intrigante y fascinante”.

Yanakiew concuerda.

“Individualmente, los argentinos preservan ciertos valores de antes, difíciles de encontrar en un mundo competitivo y globalizado, como la lealtad entre amigos o el respeto por la familia, con una fuerte conciencia política y social”.

Pero admite, con humor:

“Es muy difícil definir a un argentino, porque él mismo no se sabría definir”.





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