jueves, 24 de enero de 2019

Fernando Iglesias “descubrió” que el “Poder” es un “Producto Social”, y NO “Un Lugar” físico o metafísico.




“El diputado oficialista porteño consideró que "el poder fáctico que maneja el peronismo en este país es abrumador"…”












Si les parece una boludez supina, tanto lo de F Iglesias como lo de F Lasalle, analicen la siguiente frase y vean como “encaja” con la actual campaña electoral.




1 comentario:

oti dijo...

¿Y para el diputado qué serían el HSBC (no solo la sucursal argentina sino toda la red global, 125 millones de clientes por todo el mundo), el JP Morgan (no solo la sucursal argentina sino toda la red global), ByB (no solo la emprea de origen argentino sino toda su red comercial global), Dreyfus (75 oficinas en más de 53 países), Cargill (filiales en holanda, italia, Perú, Argentina, centroamérica, etc. etc.), la influencia sobre la política monetaria del BCRA, la influencia sobre la AFI de los servicios angloamericanos e israelíes, el 90% de los medios de comunicación, la propiedad agraria en la pampa húmeda, Shell, las mineras norteamericanas, las bases militares, el partido judicial, la embajada, la "asesoría" del FBI y el Depto. de "Justicia" americano, etc., etc., etc., a lo que hay que agregar casi el 40% de la sociedad argentina que votaría al candidato de ellos?

Esto es lo que hay que comprender teóricamente para no confundirnos. El poder de ellos es global, tiene un funcionamiento global aunque tenga anclajes locales. Desde lo global influencian las localidades.

En cambio, el poder nuestro es nacional en el sentido de que, cuando logramos prevalecer sobre el poder de ellos (aunque sea en forma transitoria y parcial), transformamos la localidad oligárquica en una entidad nacional, debiendo neutralizar las operaciones oligárquicas que vendrán cuando ello ocurra.

Lo que subyace en lo que algunas veces planteé a Manolo sobre la "transformación de la masa en pueblo", que es un concepto de JDP en la época en que él estaba haciendo una suerte de balance histórico reciente de su propia experiencia como líder de conducción, es este problema de cómo una localidad dominada por el globalismo oligárquico (Imperio) puede transformarse en un Estado Nacional (soberanía), es decir pasar de ser un Estado oligárquico a uno nacional.

La historia (no solo del peronismo) nos ilustra que cada vez que ocurrió esto, se verificó la emergencia de un liderazgo de conducción que, en su relación con la masa, la transformó en pueblo y, luego, pudo generar las condiciones para que funcione un incipiente Estado Nacional (soberanía). La soberanía no significa solo que no puede haber autoridad de otro Estado superior al Estado en cuestión, sino que, fundamentalmente, que no puede haber autoridad superior privada (de carácter oligárquico) por sobre él. Esos liderazgos surgen cada 40 o 50 años en promedio. Por eso son pocos los ejemplos que tenemos, porque todo el resto del tiempo es el proceso inverso de transformación del pueblo en masa en virtud de las operaciones oligárquicas y su influencia.

Esto no quiere significar que en esos largos lapsos la masa no tenga historia, no tenga actividad, no tenga resistencia. La tiene pero, al carecer de conducción, carece de dirección por falta de orientación. La masa tiende a ser reactiva, o sea contra algo. En cambio, el pueblo tiende a ser proactivo, a favor de algo.

Desde el punto de vista físico la masa no es diferente del pueblo (aunque, cuando gobierna el pueblo por medio de un líder las condiciones materiales, morales y espirituales del pueblo son superiores a las de la masa), porque se trata de las mismas personas. Lo que cambia es algo cualitativo por la relación con el liderazgo de conducción. Además de saber lo que no quiere, sabe lo que quiere. Por eso el 17/10/1945 la consigna excluyente en las calles y en Plaza de Mayo fue “te daré patria hermosa una cosa que empieza con P. … Perón” y “Perón presidente”, mientras en el Confederal de la CGT unos días antes los dirigentes ni siquiera se animaban a mencionar a Perón por su nombre. Eso significaba que eran dirigentes de la masa, no del pueblo y lo que les cambió cualitativamente fue la masa y se tuvieron que adaptar a ese cambio. Pasaron de ser vanguardia de la masa a retaguardia del pueblo.

Todas estas cosas tenemos que discutir los compañeros si queremos de verdad gobernar con algún sentido desde el 10/12/19.