Solo el Poder Organizado sobrevive al Tiempo.
El Maestro del Maestro, hacer clic aquí.
Para comprender cómo sucedió, hay que conocer la estructura de la Instrumentalidad.
La Instrumentalidad era una corporación que se perpetuaba a sí misma, con enormes poderes y un riguroso código.
Cada Señor era la plenitud de la justicia baja, media y alta.
Cada cual podía hacer lo que considerara necesario, o apropiado, para preservar la Instrumentalidad y la paz entre los mundos.
Pero si cometía un error, o un delito, todo cambiaba de golpe.
Cualquier Señor podía provocar la muerte de otro Señor en una emergencia, pero se condenaba a la muerte y la vergüenza si asumía esta responsabilidad.
La única diferencia entre el honor y el repudio consistía en que los Señores que mataban en una emergencia y resultaban haberse equivocado se incluían en una lista muy vergonzosa, mientras que los que mataban por una razón justificada (a la luz de un análisis posterior) pasaban a formar parte de una lista muy honorable, aunque morían igualmente.
Con tres Señores, la situación era distinta.
Tres Señores integraban un Tribunal de Emergencia; si actuaban juntos y de buena fe, e informaban a los ordenadores de la Instrumentalidad, quedaban exentos de castigo, aunque no de culpa, ni aun de degradación a la categoría de ciudadano.
Siete Señores, o aun todos los Señores de un planeta determinado en un momento dado, estaban más allá de toda crítica, excepto la de una versión dignificada de sus actos si un análisis posterior demostraba que eran erróneos.
Ésta era la tarea de la Instrumentalidad.
La consigna perpetua de la organización era:
«Observa, pero no gobiernes; detén la guerra, pero no la libres; protege, pero no controles.
¡Y ante todo, sobrevive!»
"Drunkboat"
Instrumentality of Mankind
Dentro, y fuera, de la Blogosfera ha recrudecido una Discusión Histórica; cuyas raíces son contemporáneas con el origen del Peronismo como Colectivo Político viable, y transcendente en el tiempo.
Arturo Frondizi y John W Cooke en las preliminares de la Cámara de Diputados de 1946; Moisés Lebensohn y Eva Duarte, hacer clic aquí; solo son dos ejemplos de esta Disputa entre los Apolíneo y los Dionisiaco de la Política argentina.
Una heteróclita agrupación de milicos, curas, pistoleros sindicales, punteros de Conservadores y Radicales, nuevos ricos de primera generación argentina (especialmente los Turcos del Interior), Intelectuales y Artistas de segunda línea; peonadas del Interior Profundo, en sus lugares de nacimiento o migrados a las Ciudades, etc.
No pueden llevar adelante el Reformismo, y mucho menos la Revolución Social.
Y si aun lo intentaran, terminarían disgregándose al poco tiempo, por las graves contradicciones internas que contiene semejante Significante Vacío. ;-P
Nada nuevo bajo el Sol, desde lo argumentativo, aunque hayan pasado 64 años como mínimo.
Pero en este rebrote 2.0, hay una ausencia no menor; porque se la ignora concientemente, y porque ellos, se trata de una Generación Completa; siempre se manejaron por el viejo apotegma;
“Mejor que Decir es Hacer, mejor que Prometer es Realizar”.
¿Quiénes son estos Peronistas sin Perón?, como les gusta autodenominarse.
Nacieron entre 1960 y 1970, o sea, tenían MENOS de 14 años cuando murió el Viejo.
En la gran debacle de 1983, tenían entre 24 y 14 años; hoy, 2011, tienen entre 40 y 50.
De La Quiaca a Ushuaia, de Mendoza a Iguazú; son el grueso de los nodos del rizoma peronista.
En lo territorial y sindical, en las Organizaciones Libres del Pueblo y en el Estado como Burocracia y Decisión.
“Con el Viejo era mas fácil”, suelen repetirnos a quienes somos sus hermanos mayores o sus padres, “podías estar a favor o en contra, pero tenían una certeza sobre la cual pilotear.
Nosotros, como generación, siempre nos vimos obligados a actuar en la Incertidumbre; sin saber si el remedio iba a ser peor que la enfermedad”.
En el 83, a la confusión por la Derrota, había que sumar el “aprendizaje” de los Secretos de la Administración Publica, mas los “asaltos a degüello” de Radicales y Aliados; con el inapreciable soporte de las “Patotas Culturales”.
Municipios sin poderes ni recursos, en la PBA; Provincias pobres de solemnidad, que ya habían comenzado a hacerse cargo de la “descentralización” y “focalización” de las recetas del Banco Mundial; durante el Proceso, el Alfonsismo, el Menemismo y el Kirchnerismo.
La capacidad de Organizarse, sin recursos, vs. el PAN y los “viejos” aparatos punteriles de los Partidos que no habían sido afectados por las Proscripciones de 1955 a 1976.
Sin mencionar a aquellos que habían “colaborado” en la Función Publica durante el Proceso; no por Ideología, sino por la “Obra Social”.
Días enteros leyendo los Códigos y Digestos Municipales y Provinciales; cuando siempre pensamos que lo importante era la Rosada, y el resto vendría por añadidura.
Reorganizarse políticamente, en medio de Hiperinflaciones, Inestabilidades Institucionales, Operaciones de Inteligencia macabras, Despliegue a Asentamientos en el Conurbano, Hambrunas desatadas; como la de 1989.
Ahora que falleció Carlos Andrés Pérez, precursor de otro Carlos, el de la Rioja; podríamos hacer un paralelismo entre la Argentina y Venezuela de los 80 a nuestros días.
Cuando la Socialdemocracia en America Latina y Europa comenzó a realizar el trabajo sucio del neoliberalismo.
Volviendo al HAMBRE de 1989, que tantos quieren esconder debajo de la alfombra, igual que la Inflación y colapsos de Servicios de esos años.
Eran los tiempos de los Rosarinos cazando gatos para comer, de las mujeres y chicos comiendo dentro de los supermercados, para justificar el robo famélico: de ollas populares en los barrios.
El Progresismo realmente existente suspende el PAN y el resto de las asistencias sociales; igual que sus sucesores en el 2001; y sufrimos los primeros saqueos de la historia argentina.
¿Para donde disparar?, y si, vino el menemismo como remedio de urgencia; el déme dos.
Entre las exitosas elecciones internas de 1988; que pocos creían posibles, y la Asunción adelantada de las responsabilidades de gobierno a mediados de 1989, el Mundo dio un giro Copernicano.
Cayo el Muro de Berlín, Implosiono la Unión Soviética, China adopto el “Socialismo de Mercado”.
Eran los tiempos del “Fin de la Historia y el Ultimo Hombre”.
Los “remates” de las Joyas de la abuela fueron aprovechados por el PSOE de Felipe González, el PSF de Mitterrand, el Pentapartito de PSI, PRI, PLI, PSDI y la DCI; mientras que USA, GB, Japón y Alemania; gobernadas por las Derechas, se mantenían discretamente al margen.
En medio de este descontrol, nació el menemismo; los tiempos del déme dos, y las líneas políticas claras y definidas; que tanto añoran los émulos de Tenembaum y el Frepasismo de los Imperativos Categóricos.
La “Intelectualidad” peronista, emigro con el Grupo de los 8; pero la Infantería de la Militancia prefirió pelearla desde adentro, igual que el MTA.
Recordemos que en el 91, esta Generación tenía entre 21 y 31 años; y 10 años mas tarde, durante el colapso, entre 31 y 41.
Son los que acompañaron la batalla perdida del 99, donde Néstor Kirchner era el Jefe de Campaña.
Fue el Congreso “Menemista” quien declaro el Default; fue el mismo “menemismo” el que voto todo lo que pidió el Lupo entre el 25 de Mayo de 2003 y el 10 de Diciembre del mismo año.
“Menemistas” y “Duhaldistas” fueron la mayoría de la mayoría entre el 10 de Diciembre del 2003 al 10 de Diciembre del 2007.
Los “muchachos”, que como ya dije prefieren denominarse Peronistas sin Perón, fueron los que “apretaron” en el cierre del Luna Park; cuando “Cristina, Cobos y vos”, era el Fata Morgana de la Argentina.
No eran los “arreados” en los Colectivos Escolares, gracias al chori y el tetra; sino la crema y la nata de los Apparatchik; los de menos jinetas eran los presidentes de bloques de concejales de ciudades de más de 100.000 habitantes, o Directores Nacionales, Provinciales y Municipales.
Eran, son, los que hacen “funcionar” al Estado; los que se reúnen cara a cara con los “Responsables” Políticos de los Territorios, las Seccionales Sindicales, las filiales zonales de los MMSS y las OLP de Barrios y Pueblos.
Cuando se creía que se ganaba con el 60%; y se preparaban los celulares de culata en los Sindicatos y Municipios.
Estos mismos “muchachos”, son los que comenzaron a reorganizarse a fines del 2007, obligando a NK a ponerse a la cabeza del pejotismo.
A pesar de las advertencias sobre la Traición de los Tumini, los Lozano, los Juez, los Binner, los Sabatella, los de Genero, los Lozano, los Vertvisky, los Bonasso, los Ibarra, los Filmus, los Ocaña, los Losuteau, etc.
Fueron los que “bancaron” los últimos 3 años, abortando TODAS las operetas; a pesar de haber perdido la calle con la 125, las elecciones el 28J y el Control del Congreso el 3D.
Terminando por convertirse en “sujeto de estudio” de las “Fundaciones” y think tank de los Centros de Poder Mundiales; para “comprender” porque las “recetas” fracasaron.
Ahora bien, como dijo Eduardo Fidanza , Poliarquía, en Junio del 2010.
"Esta idea conduce a una conclusión en cierto modo paradójica con respecto a la democracia argentina.
El Gobierno mostró poco respeto por las instituciones representativas y, a veces, actuó al margen de la Constitución.
No obstante, el éxito del peronismo al lograr salvarse a sí mismo como también a la economía argentina de la profunda crisis de la última década bien puede haber creado la base para un régimen más estable y efectivo en las próximas décadas."
Este párrafo podría haber sido firmado por un observador ecuánime de la Argentina de estos días.
Pero es una impresión errónea.
En realidad fue escrito en 1997, es decir, hace ya 13 años, por un joven investigador norteamericano que había llegado al país para indagar por qué el peronismo, un movimiento populista, pudo haberse adaptado con tanto éxito al neoliberalismo, al girar 180 grados en su doctrina, durante el gobierno del justicialista Carlos Saúl Menem.
El politólogo que sacó esta conclusión ,hoy ampliamente difundida en el mundo académico, es Steven Levitsky, entonces profesor de la Universidad de Berkeley y, actualmente, prestigioso catedrático en Harvard.
Levitsky sostiene que, a diferencia de los típicos partidos populistas de masas, el peronismo se caracteriza por un bajo grado de institucionalización de sus órganos directivos, combinado con una perdurable inserción en los sectores populares por medio de las más diversas redes formales e informales, licitas o ilícitas, desde las Unidades Básicas, los punteros, las agrupaciones barriales y sindicales hasta las barras bravas y las organizaciones dedicadas al juego y la droga.
En términos de eficacia política, la penetración del peronismo en los sectores populares se explica por lo que Levitsky llama "encapsulamiento político".
Significa que, en determinados enclaves geográficos y socioeconómicos, el justicialismo es la única fuerza vigente y visible.
"En muchas zonas de bajos ingresos -escribe el autor- el peronismo es todavía, social, organizativa y políticamente, el único jugador del lugar.
Los otros partidos son virtualmente inexistentes, y la competencia política primaria se produce dentro del peronismo".
Estos comportamientos informales pero estables suceden en la base social del justicialismo.
En la cima, dirá Levitsky, rige la fluidez.
El origen de ésta es el bajo grado de organización del partido, cuya raíz debe buscarse en su origen carismático.
Después de Perón, el Partido Justicialista nunca logró ponerse de acuerdo en torno a las reglas que debían regirlo, pero esta anomia derivó, según Levitsky, en un rasgo singular que asegura su perpetua adaptación: la flexibilidad estratégica, inexistente en partidos más orgánicos.
"Flexibilidad estratégica" es un bonito término académico para describir la amplia discrecionalidad y el poco apego a las reglas con las que se han desempeñado los dirigentes peronistas.
La revocación sumaria de mandatos, el desconocimiento de las autoridades constituidas, la modificación arbitraria de los estatutos, la anulación de las elecciones internas, el alineamiento instantáneo con el ganador de turno, la posibilidad de escalar posiciones por la sola posesión de recursos económicos, son, entre otras prácticas, las que le otorgan al peronismo la posibilidad de cambiar de ideología como de traje.
O de enunciar de un modo característico, más allá de los compromisos programáticos, según concluyeron Eliseo Verón y Silvia Sigal.
Así, la estructura del justicialismo, flexible y dual, funcionaría como una suerte de construcción antisísmica de dos plantas.
En la de arriba, los líderes nacionales pueden practicar el neoliberalismo o el setentismo, con suerte diversa; en la de abajo, el "peronismo-peronista" persiste y se reproduce, garantizando la continuidad.
Este es el secreto de la perdurabilidad del justicialismo como fuerza política, según Levisky, y también el reaseguro de la estabilidad (no de la mejora) del sistema político, al menos en las últimas dos décadas.
Las pruebas están a la vista: en 1989 y en 2001 ese fue el cometido que cumplió el justicialismo.
Con un régimen de partidos fragmentado, con un no peronismo fatalmente centrífugo, en medio de crisis sociales y económicas profundas, el movimiento fundado por Perón, aun dividido y sin mística, llevó a cabo esa función.
Asentada la paradoja política según la cual un partido que tiende a vulnerar las instituciones está en condiciones, sin embargo, de asegurar la estabilidad, puede avanzarse hacia otro contrasentido, no menos inquietante.
La Argentina actual muestra un dinamismo económico inédito en las últimas décadas, debido al milagro de la soja.
Si se enlaza este hecho con la paradoja de Levitsky, puede llegarse a otra conclusión paradójica: el país está creciendo aceleradamente bajo un gobierno poco respetuoso de las instituciones.
Si esto fuera así, es necesario revisar un tema sensible: la relación entre instituciones y crecimiento económico.
Una parte de la biblioteca, llamémosla institucionalista, afirma que el requisito de la sustentabilidad del crecimiento es la calidad institucional.
Esta ha sido, a grandes rasgos, la tesis del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional en los últimos años y el argumento predilecto de muchos analistas y del grueso de la oposición a los Kirchner.
Sin embargo, la otra parte de la biblioteca aporta evidencia empírica que contradice, o al menos relativiza, la premisa institucionalista.
Para poner un caso, en su libro ¿Qué fue del buen samaritano? , una lectura turbadora, el economista surcoreano Ha-Joon Chang -profesor en la Universidad de Cambridge- ofrece una visión alternativa y muchos contraejemplos.
Atengámonos, por razones de brevedad, a dos anomalías que se le achacan a la administración Kirchner: corrupción e inflación.
Respecto de la primera sostiene Ha-Joon Chang:
"La vida sería más sencilla si cosas moralmente inaceptables como la corrupción tuvieran también consecuencias económicas inequívocamente negativas.
Pero la realidad es mucho más compleja".
Avala esta afirmación puntualizando que si bien naciones de comportamiento irreprochable como Finlandia, Suecia y Singapur funcionaron muy bien económicamente, otras, como Indonesia, bajo una dictadura, tuvieron buen desempeño; y aun varias más, con ciertos problemas estructurales de corrupción, como Italia, Taiwán y China, lo han hecho todavía mejor.
Respecto de la inflación, evoca Joon Chang, entre otros, el caso de Corea, que en las décadas del 60 y 70, mientras su renta per capita crecía al siete por ciento anual, soportó una inflación cercana al 20%.
También menciona la experiencia de Brasil en los años 70.
Por si esto no bastara, Chang cita un estudio de conclusiones polémicas, cuyos autores son dos prestigiosos economistas del Banco Mundial, Michael Bruno y William Easterly.
El paper , titulado Inflation Crises and Long-Run Economic Growth ( Crisis inflacionarias y crecimiento económico de largo plazo ), concluye que por debajo del 40% anual de inflación no existe una correlación sistemática entre ésta y el ritmo de crecimiento.
Afirman también que por debajo del 20%, una mayor inflación parecería ir asociada a un mayor crecimiento durante algunos periodos.
Podrá sostenerse que estas conclusiones son rebatibles o que Joon Chang está empeñado en una obsesiva disputa con los organismos internacionales que le nubla la vista.
También se argüirá, tal vez con razón, que minimizar el efecto de la inflación es una irresponsabilidad en la Argentina.
Téngase en cuenta, sin embargo, que los argumentos reseñados no surgieron en Cuba, sino que provienen de una discusión en la elite intelectual de los principales países capitalistas del mundo.
Mi intención al adentrarme en cuestiones tan polémicas como éstas es mostrar la triste paradoja que podría encerrar nuestro futuro: estamos en condiciones de ser un país factible, pero de cuarta.
Que aúne, sin sonrojarse, superávit y corrupción.
Estabilidad política y desprecio por las instituciones.
Aumento del PBI e injusticia.
Consumo masivo y mortalidad infantil.
Bicentenario y resentimiento político.
Cosechas récord y hambre.
No será el mundo quien nos haga mejores.
A él le bastará con que cumplamos módicos papeles: no abrazarnos con Ahmadineyad, colaborar en la lucha contra el terrorismo global, coquetear con Chávez, pero no casarnos con él.
Y si no le garantizamos al extranjero inversiones de largo plazo, vendrá por negocios financieros, que no dan trabajo pero son muy rentables.
Le toca a nuestra clase dirigente y hoy en particular a la oposición -peronista y no peronista- descubrir y mostrar la diferencia entre la mediocridad y la excelencia, entre el crecimiento y el desarrollo, entre las instituciones y la anomia.
La oposición, como sostuvo hace poco en estas páginas Luís Gregorich, deberá proponer el programa del futuro y suscribir un pacto de gobernabilidad.
Y ella, con inteligencia, tendrá que establecer un puente con lo bueno que hizo el actual gobierno, mientras rechaza su intolerable desprecio por la calidad, la verdad y el consenso.
No un futuro catastrófico, que al menos sería épico, sino la gris probabilidad de ser viables pero mediocres, acaso despierte la conciencia de las elites argentinas”
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1271538
El discurso de CFK en Olivos, hacer clic aquí; tiene varios destinatarios, entre ellos el "peronismo-peronista" de la planta baja de Fidanza; o, Peronistas sin Perón, como comente mas arriba.
Si los “nuevos” quieren sumarse, serán recibidos con los brazos abiertos; si no quieren sumarse, y prefieren “armar” el Partido Socialista de la Revolución Nacional (PSRN) como en los 50; aplauso medalla y beso.
Si prefieren, en cambio, “converger” con la Izquierda del Grupo A; no habrá reproches, es su Derecho y Responsabilidad Personal y Política.
Pero lo que no se va aceptar, es que se erijan en Comisarios Políticos; Internos o Externos.
Para lo primero, hay que ganar las Internas; y en base a la relación de Fuerzas, se vera.
Lo segundo, no es un comportamiento de Amigos y Aliados; sino de Opositores Políticos.
En los próximos meses, la “Planta Baja” del “Sistema Antisísmico” debe resolver las tensiones existentes entre el “Bloque”, (Impresentables del GBA+CGT de Moyano+ MMSS), y los otros dos factores de Poder del Peronismo, la Región Centro (Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos e Interior de la PBA), y los Feudales (Peronismo Federal o Gobernadores del Interior).
Mas el reacomodamiento dentro del mismo Bloque; Territoriales, Sindicales, MMSS; GBA vs. Interior PBA vs. La Plata; Todos vs. el “descontrol” Político de la CABA; etc.
Como preparase para el “sacudón” de la Crisis externa; que aunque se demore por las tareas de precaución tomada; más temprano que tarde, nos van a pagar de lleno.
Y el “modelo” vería afectado sus premisas principales, entre ellas el “cambio competitivo”; en una Guerra Comercial el intercambio es por razones políticas, no de precio.
Solo hay que recordar Ottawa y el Pacto Roca-Runciman.
Frente a todos estos desafíos, puntualizar la épica o el discurso es relativamente secundario; luego de 1983, en el 89, el 2001 y antes del 25 de Mayo del 2003, no se tenían guiones o teorías.
Tampoco la guía del Viejo.
Y se salio adelante, como se pudo y con lo que se tenia a mano; mas tarde, cuando se pudo respirar, se corrigieron los errores y se sacrificaron a las Conducciones responsables.
Seria maravilloso tener a mano Contingencias, como en ciertos países, reducirían los costos; pero si no se dispone de ellas, igual trataremos de Sobrevivir.
Y en el trayecto, la Generación 60/70, esta lista para hacerse cargo; le sobra experiencia y estomago, y CFK es conciente de ello.
¿O alguien cree que Boudou decidió por si mismo “abandonar” la PBA, donde lo había enviado NK, y pasar a ser el Candidato del CNSP y las 62?
El Horizonte no es el 2011, como en el resto de los Colectivos Políticos y Sociales, sino el 2013 y 2015.
Cuando las condiciones objetivas serán mucho más severas que las actuales.
Feliz año para todos.