domingo, 12 de junio de 2011

La Ciencia vs. la Ilusión Filosófica; Movilización Social y Contra hegemonía Peronista.





¿Esto es un Provocación Populista?, ellos.

¿Te parece?, yo, sardónicamente.



La diferencia entre la Astrología y la Astronomía es un carro lleno de bosta, llamado elipsoide.

Un insulto al Imperativo Categórico de la Belleza Filosófica, y la Armonía de las Esferas Celestiales.

Johannes Kepler; uno de los últimos Grandes Astrólogos, y el primer Astrónomo; sobre el cual se subieron Newton y compañía.



Participación en protestas y manifestaciones

La medición de la participación en protestas


Una forma menos institucionalizada y más contenciosa de participación en las sociedades modernas es la protesta social.

En América Latina, las protestas han sido un aspecto distintivo del funcionamiento del sistema político en los últimos años.

En efecto, éstas jugaron un papel clave en la destitución de varios presidentes, ya sea directamente a través de la propia presión popular o indirectamente facilitando la implementación por parte del Congreso del mecanismo constitucional del juicio político (Pérez-Liñán 2007).

En nuestro país, existe una larga tradición de movilizaciones populares históricamente asociadas a poderosas organizaciones sindicales y más recientemente a la consolidación del denominado movimiento “piquetero”.

La pregunta utilizada para medir la participación de los individuos en manifestaciones y protestas es la siguiente:

PROT3.

¿En los últimos 12 meses ha participado en una manifestación o protesta pública?

(1) Sí ha participado (2) No ha participado (88) NS (98) NR

Como se ve en el Gráfico VI.28, la participación de los argentinos en manifestaciones o protestas públicas es la más alta del hemisferio.

En efecto, el 15,4% de los entrevistados dice haber participado en este tipo de actividades durante el transcurso del último año.

Esta cifra es muy significativa si se tiene en cuenta que el promedio para la región es apenas de 7,5%.

Vale decir, el porcentaje para Argentina es casi dos veces el promedio regional.

El lote de países que presenta valores de participación en protestas superiores al 10% de los encuestados se completa, en este orden, con los Estados Unidos, Perú, Paraguay, Uruguay y Bolivia.

En el extremo opuesto, con porcentajes inferiores al 5%, se ubican Panamá, Chile, El Salvador, Guyana y Jamaica.

Cuando se examinan estas cifras comparadas con las obtenidas en 2008, como se ve en el Gráfico VI.29, observamos que existe una disminución significativamente apreciable (del orden de los 12 puntos porcentuales) en el número de argentinos que declara haber participado en protestas o manifestaciones públicas.

En parte, esta diferencia puede deberse al hecho de que en años anteriores la pregunta formulada fue ligeramente diferente.9

Otra razón está relacionada con las recurrentes y masivas “protestas del campo” de 2008 a raíz de la implementación de la Resolución 125, la cual establecía un sistema de retenciones móviles a la exportación de granos.

Dada la importancia que reviste el tema de la protesta social en Argentina, dejamos el análisis de los determinantes de las mismas para un examen más detallado en el Capítulo VIII y pasamos a considerar ahora la cuestión de la participación electoral.



Participación electoral


La última dimensión de la participación cívica que nos interesa analizar en este capítulo es también la forma más institucionalizada: la participación electoral.

Como veremos enseguida, esta modalidad continúa siendo la forma más común de participación en buena medida debido a que constituye la forma más directa y la que menos recursos (en términos de tiempo, dinero y organización) requiere.

Asimismo, es menester recordar que salvo contadas excepciones el voto es obligatorio en las Américas.

Para estudiar el fenómeno de la participación electoral utilizamos la siguiente pregunta del cuestionario:

VB2.

¿Votó usted en las últimas elecciones presidenciales?

(1) Sí votó (2) No votó (88) NS (98) NR

El Gráfico VI.30 muestra el porcentaje de encuestados en el conjunto de países incluidos en esta ronda que expresó haber votado en las últimas elecciones presidenciales.

En el extremo superior de la muestra se encuentran Chile, Uruguay y Ecuador con porcentajes que superan el 90%.

En el extremo opuesto se ubican Jamaica, Costa Rica, Colombia y Honduras con valores cercanos o ligeramente inferiores al 60%.

Entre los países donde el voto es obligatorio, Honduras obtiene el porcentaje más bajo de participación electoral.

Mientras que Estados Unidos obtiene el porcentaje más alto entre las naciones donde el voto es voluntario.

Como puede apreciarse, Argentina ocupa una posición media en el contexto de la región con un porcentaje de 75,2% de los encuestados (un punto porcentual por debajo del promedio regional) que manifiesta haber votado en las elecciones presidenciales de 2007.

La evolución del nivel de participación electoral en Argentina durante el bienio 2008-2010 se presenta en el Gráfico VI.31.

Como podemos ver, dicho nivel experimentó un leve descenso del orden de los 3 puntos porcentuales.

Además de preguntarles a los ciudadanos sobre su participación en la arena electoral, la encuesta incluye una pregunta que indaga sobre si la persona simpatiza con algún partido político en particular.

El 19,5% de los argentinos responde que simpatiza con un partido.

Este promedio es uno de los más bajos de las Américas, como se aprecia en el Gráfico VI.32, superando sólo al promedio de encuestados que dicen simpatizar con un partido político en Guatemala, Ecuador y Chile.

El porcentaje de ciudadanos que dicen simpatizar con un partido político en Argentina se ha reducido en 2010 respecto de 2008, como se ve en el Gráfico VII.33, aunque la diferencia no es estadísticamente significativa, como lo indica la superposición de las barras de error.

Los habitantes del Centro seguidos por los de la Patagonia, como se observa en el Gráfico VII.34, son quienes se muestran más cercanos a los partidos políticos, claramente por encima del promedio nacional, mientras que quienes viven en el Noroeste parecen ser más escépticos frente a los partidos.

Pero, otra vez, las diferencias tampoco alcanzan significancia estadística.

A quienes en la ronda 2010 contestaron afirmativamente a la pregunta anterior se les preguntó con cuál partido simpatizaban.

Las respuestas aparecen resumidas en el Gráfico VI.35.

Como se observa, entre los simpatizantes de algún partido predominan quienes se sienten cercanos al Partido Justicialista y al Frente para la Victoria (movimiento político liderado por el matrimonio Kirchner que en realidad constituye una fractura dentro del mismo PJ).

Ambos partidos juntos suman casi el 50% de las adhesiones.

El otro partido que tiene una proporción relevante de simpatizantes es la Unión Cívica Radical.

Esto no sorprende dado que la UCR continua siendo el principal partido de la oposición a nivel nacional.

Considerablemente más abajo en la simpatía ciudadana se encuentran, en este orden, Proyecto Sur, PRO y el Acuerdo Cívico y Social.

Una cuestión importante de la participación electoral es la relación entre identificación ideológica y voto.

Para evaluar la relación entre ideología y preferencias electorales en la última contienda para la elección de Presidente en nuestro país, graficamos el auto-posicionamiento ideológico de los votantes de los tres candidatos más importantes.

El Gráfico VI.36 muestra el promedio de la posición ideológica de los argentinos que votaron por la candidata oficialista Cristina Fernández de Kirchner (Frente para la Victoria) y los opositores Elisa Carrió (Coalición Cívica) y Roberto Lavagna (Concertación para una Nación Avanzada) en las elecciones presidenciales de 2005.

Valores más bajos significan que el promedio de ubicación ideológica del votante del partido está más hacia la izquierda, mientras que valores más altos muestran un promedio más hacia la derecha de la escala de posicionamiento ideológico.

En líneas generales puede decirse que los argentinos se identifican como centristas.

Los votantes de la CNA tienen, en promedio, un posicionamiento ideológico significativamente más hacia la derecha que aquellas personas que votaron por los otros dos partidos.

Los votantes del FPV están ubicados, en promedio, más a la izquierda en la escala.

De hecho, como muestra el Gráfico VI.37, los argentinos en promedio están entre quienes se ubican más a la izquierda en el espectro ideológico, sólo superados significativamente por los uruguayos que se ubican un tanto más a la izquierda de la escala.

Estos resultados evidencian cierta afinidad entre el color ideológico de los gobiernos actuales de centro derecha en la región y el de sus electores.

Salvo el caso de Uruguay, sin embargo, no es evidente la afinidad entre la ideología de los electores y los gobiernos que pertenecen a la denominada “nueva izquierda”, es decir, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil y Argentina (Levitsky y Roberts 2010).

El caso de nuestro país igualmente es singular ya que, como se aprecia en el Gráfico VI.38, la posición ideológica de los argentinos se ha movido ligeramente a la izquierda en los últimos años.

¿Cuáles son los factores que inciden sobre la probabilidad de que un entrevistado concurra a votar?

A continuación respondemos este interrogante a través de un modelo logístico de regresión que incluye, junto con las características socioeconómicas y demográficas usuales, las variables que miden la percepción y victimización por criminalidad y corrupción, la crisis económica, la confianza interpersonal, la asistencia a reuniones de partidos o movimientos políticos, la participación en protestas, el interés en la política y las percepciones sobre el desempeño económico del gobierno de turno y del actual Presidente.

También estimamos este mismo modelo incluyendo la auto-identificación ideológica de los entrevistados.

Pero, debido a que esta variable no es estadísticamente significativa y su incorporación reduce el número de observaciones, decidimos excluirla de la ecuación.10

Los resultados del modelo se presentan en el Gráfico VI.39.11

Como se aprecia, solo cuatro variables tienen un efecto estadísticamente significativo sobre la probabilidad de que un individuo concurra a votar: el interés por la política, la riqueza, la edad y el género.

El efecto de estos cuatro factores siempre tiene signo positivo.

Vale decir, como se ilustra en el los Gráfico VI.40, los ciudadanos más interesados en la política, los de mayor riqueza, los de mayor edad y las mujeres tienen una probabilidad significativamente mayor de participar con su voto en el proceso electoral.10



Conclusiones


Este capítulo comenzó con un análisis comparativo de la confianza interpersonal y mostró que Argentina se ubica en un nivel comparativamente bajo entre las naciones del continente, superando únicamente a Brasil, Ecuador, Bolivia, Belice y Perú.

Los motivos del bajo nivel de confianza están asociados con el desempleo, la percepción de inseguridad y la victimización por corrupción.

Es decir, la confianza en los demás decrece entre quienes residen en hogares donde al menos un miembro perdió el empleo, quienes se sienten más inseguros y quienes han sido víctimas de la corrupción en alguna de las instancias estudiadas.

Por otra parte, el nivel de confianza interpersonal entre los argentinos es consistentemente más alto a medida que aumenta la satisfacción con la provisión de servicios locales y la edad de las personas.

Luego, el capítulo examinó el nivel de involucramiento de los argentinos en la solución de problemas comunitarios a través de la interacción con el gobierno local, y la participación en diferentes organizaciones civiles como asociaciones de padres de familia, grupos de mujeres, reuniones en organizaciones religiosas, juntas de mejoras, y asociaciones de profesionales.

En ambos casos, los promedios de involucramiento y participación de los argentinos son comparativamente bajos.

Esto sugiere que el nivel de capital social, al menos en lo que se refiere a los espacios locales, también lo es.

El capítulo continuó con un análisis sobre el interés de los ciudadanos en la política y la participación activa de los mismos en la política partidaria.

En relación al primer punto, los datos indican que Argentina es uno de los países donde los ciudadanos expresan mayor interés en la política junto con los uruguayos, canadienses y dominicanos.

En relación al segundo punto, aunque la confianza y la identificación con los partidos políticos son considerablemente bajas en el país, la participación activa de los ciudadanos para tratar de convencer a otros de que voten por el partido de su preferencia y la militancia directa en una fuerza política se sitúan, en promedio, cerca a la media regional.

El capítulo explora entonces cuáles son los determinantes que inciden en la probabilidad de que una persona trabaje para un candidato o partido político.

Los resultados indican que la victimización por corrupción, el desempleo, el interés en la política y la recepción de ayuda monetaria por parte del Gobierno Nacional tienen un efecto positivo, mientras que la percepción de inseguridad tiene un efecto negativo sobre dicha probabilidad.

Finalmente, el capítulo termina con un análisis de la participación de los entrevistados en la arena electoral.

Encontramos que quienes están más interesados en la política, los de mayor riqueza, los de mayor edad y las mujeres tienen una probabilidad significativamente mayor de participar con su voto en el proceso electoral.

Informe Vardebilt, patrocinado por la USIAD, hacer clic aquí.

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