miércoles, 7 de septiembre de 2011

El Poeta Secular de la Tradición de Crispación Argentina.

Los que vierten sus lágrimas amantes
sobre las penas que no son sus penas;
los que olvidan el son de sus cadenas
para limar las de los otros antes;


Los que van por el mundo delirantes
repartiendo su amor a manos llenas,
caen, bajo el peso de sus obras buenas,
sucios, enfermos, trágicos,... ¡sobrantes!


¡Ah! ¡Nunca quieras remediar entuertos!
¡nunca sigas impulsos compasivos!
¡ten los garfios del Odio siempre activos
los ojos del juez siempre despiertos!


¡Y al echarte en la caja de los muertos,
menosprecia los llantos de los vivos!


No te des por vencido, ni aun vencido,
no te sientas esclavo, ni aun esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y arremete feroz, ya mal herido.


Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;
no la cobarde estupidez del pavo
que amaina su plumaje al primer ruido.


Procede como Dios que nunca llora;
o como Lucifer, que nunca reza;
o como el robledal, cuya grandeza
necesita del agua y no la implora...


Que muerda y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo, tu cabeza!


Nació en La Matanza, murió en La Plata.

Huérfano y abandonado, quiso ser plástico, pero no califico para ser becado; se conformo con ser docente, poeta y polemista.

Fue destituido por usurpación de Títulos y Honores, era maestro de primeras letras sin estar habilitado; aunque los maldicientes aseguran que se debió a sus poemas críticos.

Fue Supernumerario de la Cámara de Diputados de la PBA, y Bibliotecario y Traductor de la Dirección General de Estadística de dicha provincia.

Ejerció de Periodista Militante, hasta que se canso, y volvió a la Docencia Rural; donde lo volvieron a cesar.

Critico del típico Sistema de patronazgo del siglo XIX; se vio obligado a transar o morir de inopia, con tan mala suerte que murió antes de cobrar.

Testimonios de sus contemporáneos:

"Odiaba a los "literatos".

…, era de una ignorancia asombrosa. . .

No podía ser considerado de ninguna manera como un hombre de letras.

Esto no quiere decir que no trabajase sus versos.

Al contrario, vivía dedicado a ellos, corrigiéndolos, perfeccionándolos.

No escribía con claridad ni sencillez.

Pero el retorcimiento de sus frases no era resultado de su cultura literaria sino de su singular conceptismo. . .

Recuerdo sus violentas expresiones para juzgar a Max Nordau, a D'Annunzio, a José Ingenieros, a Leopoldo Lugones y a algunos otros.

Una vez se despachó contra Tolstoi, lo cual nos asombró.

Odiaba los socialistas. . .

En sus invectivas tremendas, dichas a gritos, en tono un tanto oratorio, barajaba sin pestañar los epítetos "estúpido", "cretino", "miserable", "vil" y otros análogos.

A veces calificaba a algún colega como un hijo de tal.

Era apocalíptico y mal hablado. . .

He conocido pocos ególatras como él. . .

No sólo hablaba sin cesar de sí mismo, sino que no admitía que se le discutiese y menos que se juzgara sus versos desfavorablemente. . .

El magisterio que ejercía ante nosotros era moral, no literario. . .

Más de una vez lo oí decir que él no era un literato sino un hombre, un hombre que gritaba la verdad a sus compatriotas".

Manuel Gálvez.

Ni "extensa ni variada", según Rojas, refleja con exactitud las terminantes, contradicciones de su personalidad.

Concebida en un tono profético, casi bíblico, presenta imperdonables descuidos formales y aun errores gramaticales.

En compensación, muestra espontaneidad, apasionamiento y un permanente afecto por lo popular y los humildes.

Rojas afirma que su producción puede agruparse en tres volúmenes: poesías, Evangélicas y Discursos.

Algunas de sus poesías alcanzaron inusitada popularidad como El Misionero, Vencidos, Jesús, Confiteor Deo, Piú Avanti, La Inmortal, Milongas Clásicas -que Rojas estima como un fracasado intento de poesía popular- y su célebre Apóstrofe contra el Kaiser Guillermo.

La fuente, hacer clic aquí.

Pedro Bonifacio Palacios, 13 de mayo de 1854, 28 de febrero de 1917.

El Poeta Secular de la Tradición de Crispación Argentina, conocido como Almafuerte.

1 comentario:

Nando Bonatto dijo...

Le falto un poema a la tendinitis