martes, 20 de mayo de 2008

Sira Muñoz en El Desierto de los Tártaros


El corte de la ruta 14 atrae a todos. Es el punto mediático de la protesta del campo. Esta ciudad parece convertida en el tótem de la acción directa, de la voluntad de bloquear caminos hasta conseguir un objetivo. ¿Es realmente así? A treinta kilómetros de la fila de camiones brasileños obstaculizados por manifestantes está el piquete que dio origen a esta nueva leyenda urbana de ciudad-emblema de reclamos. En Arroyo Verde, la Argentina y Uruguay subieron tensiones por la planta pastera de Botnia. Hoy la ruta internacional 136 es controlada por una simpática mujer de algo más de 60 años.

Sira Muñoz es de las primeras asambleístas. Cuando LA NACION la encontró la semana última en el piquete que cerró hace dos años el paso internacional la atención nacional estaba centrada en el paro agropecuario, en el corte de la ruta 14 y en los dichos de Alfredo De Angeli. Casi sola quedó Muñoz para sostener la otra protesta. Un par de hombres más están por la zona. Nada en comparación con esas manifestaciones que fijaron la agenda exterior frente a Uruguay y llevaron a Romina Picolotti, antigua abogada de los asambleístas, a ser secretaria de Medio Ambiente de la Nación.

http://www.lanacion.com.ar/archivo/nota.asp?nota_id=1013766&origen=acumulado&acumulado_id=

Una sección especial se debe destinar a esta obra, que fue la más conocida e importante de Buzzati. Fue escrita en 1940 y vertida con posterioridad a diversas lenguas. Al francés, en 1949. Su atmósfera, para muchos críticos es definidamente "kafkiana", pero esta caracterización no mengua su originalidad y su valor excepcional. Al fin de cuentas, después de Kafka, la literatura universal va a caer bajo su influjo.

La novela trata de modo harto sugestivo la huida, la fuga vana del tiempo. Y de alguna manera la espera del fracaso dentro del marco de un antiguo fuerte aislado en la frontera, donde el teniente Drogo aguarda alcanzar la gloria, de la cual, empero, será despojado por la enfermedad. En efecto, después de una larga serie encadenada de rituales de actividades rutinarias de la vieja guarnición del fuerte Bastiani, se va perfilando el ataque de los Tártaros, cuya existencia se fue tornando día a día cada vez más mítica. Drogo, evacuado por razones de salud no ha de poder participar en el combate y así se hallará derrotado en el umbral de la propia muerte, topándose con la patética vacuidad de su vida. J.M.Coetzee retoma la idea en "Esperando a los bárbaros", un escritor también muy influenciado por Kafka.

http://es.wikipedia.org/wiki/Dino_Buzzati#El_desierto_de_los_t.C3.A1rtaros

De mis amigos líbreme Dios, que de mis enemigos ya me cuido yo

2 comentarios:

Hard Core dijo...

no opino, pero es parte de la misma movida, el descrimiento y el abandono. Te todos. Cuenta Jean Grenier en su libro Las Islas que un dia llega Cesar a un Juicio que se Celebraba en Roma y al ver al juez al acusado y a los testigos y los abogados, sin ira manda a condenar a todos porque manifestaba que todos eran culpables, bien, yo no tengo el don de condenar a nadie, ni sentenciar psicologicamente la culpabilidad de nadie, pero en estas situaciones uno podria imaginarse que hasta Cesar era culpable de permitir que en Roma sucediera todo eso. Buen recuerdo de Dino Buzzatti.

Charlie Boyle dijo...

MAnolo, ya que trae a Kafka me ha hecho recordar "La Ley". Un tipo que quiere entrar a la ley e intenta todo lo posible para poder ingresar, gasta su vida en el intento y siempre es parado por el guardión de la ley.
Ya viejo, moribundio y casi amigo del guardián le pide entrar por clemencia y este le dice: Si me convencieras y yo te dejo entrar , mas adentro hay otro guardián que te pararía, así que es en vano que lo haga.
El hombre le le pregunta desolado, al ver que se va a morir sin cumplir su objetivo, que haría el guardían cuando el se muera y este le contesta. Irme a mi casa, el único propósito que yo esté acá es impedirte el ingreso.
Sira es un emblema de guardián. El el símbolo del poder brutal impiadoso e irracional. Es la barbarie.
Es mas creo que si Sira se va a su casa algún día nadie se daría cuenta.